Patria es Solidaridad, desde Venezuela el puente de solidaridad con los presos políticos colombianos.
Aunque las autoridades del país se nieguen a considerarlos tales, en las cárceles de Colombia hay más de 7.500 presos políticos detenidos en condiciones inhumanas.
El mismo hecho de no considerarlos como presos políticos (porque esto significaría considerar los guerrilleros como beligerantes y no como terroristas) es parte de la estrategia con que el Estado sigue negando la misma matriz política y social del conflicto que afecta Colombia desde más de 50 años.
Son más de 7500 activistas sociales, políticos, sindicalistas, miembros de movimientos juveniles, defensores de los derechos humanos, intelectuales y guerrilleros que, cada uno a su manera y desde su propia trinchera de lucha, representan las múltiples caras de la resistencia social y política colombiana, invisibilizada sistemáticamente a los ojos de la opinión pública internacional. La periodista colombiana Azalea Robles habla de “tergiversación mediática” de los presos políticos en las cárceles colombianas, contrariamente a cuanto ocurre por los rehenes en manos de la guerrilla, por los cuales existe una sobre exposición mediática en los medios de comunicación.
Sabemos también que en Colombia a las voces de la oposición política le quedan pocas opciones: bajo la tierra en una de las cientos de fosas comunes que a veces salen a la luz o detrás de las rejas de una prisión. Es la cara todavía muy oculta de un país que la opinión pública internacional sigue llamando “democracia”.
Así que, si logran sobrevivir, las voces de las denuncias, de las luchas y de la resistencia de miles de personas desaparecen a los ojos de la sociedad civil nacional e internacional en las 140 prisiones del país.
De estos 7500, los guerrilleros detenidos son unos 500 y están acusados de terrorismo, un cargo casi siempre aplicado en conjunto con el de narcotráfico o de algún otro delito común con el fin de que desaparezca la figura del delito político. Los demás son los llamados “presos de conciencia” o sea los que son encarcelados por su “pensamiento crítico y su labor social”, como el caso emblemático de la poeta y periodista Angye Gaona, mujer de reconocida trayectoria humana y social, detenida en el mes de enero de este año por supuestos vínculos con la guerrilla.
El intercambio de prisioneros o “acuerdo humanitario” sin duda podría ser un paso decisivo hacia la llamada “humanización del conflicto”. Sin embargo la actitud constante del gobierno colombiano de despolitización del conflicto, lleva a que la creciente militarización del país vaya de la mano con el hacinamiento en las cárceles. Hasta la fecha, solamente la guerrilla de las FARC ha hecho liberaciones unilaterales, mientras que el gobierno sigue justificando su fracaso, pero también su falta de voluntad para buscar la paz, con el pretexto de la lucha contra el terrorismo y la aplicación de la política de “seguridad democrática”.
La situación humanitaria y sanitaria en la que se encuentran los presos políticos en las cárceles es terrible. Esta tipología de detenido es objeto de hostigamientos y torturas con el claro intento de humillar su militancia y aplastar su terquedad y su compromiso social.
Nos encontramos en Caracas con los integrantes de la asociación Patria es Solidaridad formada por la mayoría por colombianos y venezolanos, que se ocupa de los presos políticos en Colombia a través de diferentes iniciativas y, sobre todo a través de una importante campaña de información.
Patria es Solidaridad también se ocupa de desplazados y de colombianos indocumentados en Venezuela, la otra casa de conflicto, acaso la menos conocida.
Por Annalisa Melandri — www.annalisamelandri.it
Caracas, marzo 2011
AM: Patria es Solidaridad es una organización que trabaja en Caracas por la “movilización de la solidaridad mundial con los presos políticos colombianos”. ¿Cuándo nace la asociación y porque en Caracas?
PeS: Nos fundamos hace tres años pero estamos trabajando activamente desde dos años ya que el primer periodo fue de preparación del trabajo y de la asociación como tal. Nuestro carácter es bolivariano y trabajamos por los derechos humanos de los colombianos desde Venezuela ya que las condiciones del conflicto político en Colombia no nos lo han permitido. Trabajar en Caracas nos da más posibilidades de ejercer y desplegar una solidaridad internacional con nuestros hermanos que están en las cárceles del régimen colombiano con mucha más libertad que si estuviéramos en Colombia, donde quizás esta entrevista tendríamos que hacerla clandestinamente.
Vale mencionar que hacer solidaridad desde Caracas es significativo también por ser este país referencia por los cambios en América latina y en el mundo.
Es importante resaltar que a pesar de las dificultades que implica trabajar en Colombia sobre un tema tan sensible para los intereses del gobierno colombiano, hay organizaciones que lo hacen en medio de una política de seguridad democrática que ha criminalizado el tema de la solidaridad. Estos compañeros que hacen solidaridad en el ojo del huracán merecen nuestro respeto y nuestra ayuda por su heroica labor. Nosotros somos, por decirlo así, una extensión de ellos en Venezuela y ejercemos labores que a ellos se le dificultan. En lo que se refiere a la composición de Patria es Solidaridad, la mayoría somos colombianos y venezolanos que participábamos en varias organizaciones y que decidimos solidarizarnos y humanizarnos con este drama que vive la población colombiana en el conflicto social y armado.
AM:. ¿Pueden contarnos en detalle en qué consiste el trabajo de ustedes?
PeS: Nosotros como asociación nos ocupamos de tres frentes de trabajo: el frente de trabajo de los presos políticos y los prisioneros de guerra, el frente de trabajo estudiantil y el frente de trabajo de la población refugiada, desplazada y en situación migratoria irregular en Venezuela.
Para nosotros la solidaridad con los presos políticos va en dos vías, primero en el aspecto material, segundo en el aspecto moral y político. Las dos son muy importantes porque los presos tienen muchas necesidades materiales pero es también importante el pronunciamiento político de todos los países.
Allá en Europa por ejemplo es importante que se conozca que en Colombia existen los presos políticos, que hay 7500 presos en las cárceles y que nosotros como asociación abogamos por un intercambio humanitario. Son importantes por eso las denuncias que hacemos y que están colgadas mensualmente en nuestra página web. En un mes podemos tener cuatro, cinco, denuncias de atropellamiento en las cárceles. Necesitamos que esto se conozca o sea que haya un eco de esto y que el mundo se exprese sobre el drama humanitario de los presos.
Además el estado colombiano quiere desmoralizar la moral al máximo a estos presos políticos, trata de acabar con los luchadores sociales bajo cualquier mecanismo y para ellos es muy gratificante que un pronunciamiento se haga en Europa y que algún colectivo por ejemplo se pronuncie respecto a la situación en que ellos están viviendo en las cárceles. El aspecto moral es determinante para la persona presa: una carta de aliento, un video, un audio, un pronunciamiento que a los compañeros les permita saber que no están solos y que hay personas y organizaciones movilizándose por ellos.
AM: ¿Qué quiere decir en Colombia ser un preso político y quiénes son los presos políticos?
PeS: Tenemos tres categorías de presos políticos: están los presos de conciencia que son aquellas personas capturadas y retenidas por manifestar sus ideales en contra del gobierno; están los prisioneros y prisioneras de guerra que son aquellos presos políticos guerrilleros de las FARC o del ELN que son capturados en flagrancia y que se reconocen como guerrilleros y están los presos políticos por falsos positivos que son aquellos presos que son capturados en redadas o en capturas dentro de su casa, de su hogar o en capturas masivas en poblaciones, a quienes les hacen un montaje judicial y los criminalizan sin tener ninguna prueba, sin tener nada en absoluto.
El estado colombiano también usa esta manera para amedrentar cualquier expresión de oposición hacia el gobierno. La persona permanece, como no conoce sus derechos, uno o dos años en la cárcel y cuando sale de la prisión el gobierno lo único que le dice es: “bueno disculpe, nos equivocamos”, pero queda señalada por la vida, no es indemnizada por el Estado y nadie le dará trabajo; en otras palabras se quiebra su tejido social y familiar, esto sin contar con las implicaciones en materia de seguridad porque la persona se vuelve en muchos casos en objetivo militar del paramilitarismo.
Para establecer una diferencia entre un preso político y un delincuente común o un preso social, tiene que estar claro que el preso político es aquella persona capturada o que se le quita su libertad por sus ideales. Por ejemplo esta es la diferencia entre los presos políticos colombianos y los que se hacen llamar “presos políticos” venezolanos que están tras las rejas la mayoría por corrupción. Aquí en Venezuela los que se hacen llamar presos políticos no son presos políticos sino políticos presos. El único preso político venezolano que consideramos como tal es Carlos Ilich Ramírez militante comunista internacionalista que cayó preso defendiendo la causa de Palestina. Los políticos presos en Venezuela son capturados por delitos comunes y los presos políticos colombianos son capturados por sus ideales políticos en favor de los intereses del pueblo.
AM: ¿Cuál es la situación de los presos políticos en las cárceles?
PeS: La situación de los presos políticos colombianos es bien dramática. Los compañeros son casi invisibles, para la gente común parece que no existen, parece que en Colombia no haya presos políticos, no se habla de ellos. Su situación es bastante crítica, nosotros en estos últimos meses hemos denunciado tres suicidios de presos políticos. Hay maltrato por la policía carcelaria que es el INPEC y por el grupo de reacción inmediata GRIP.
Hay varias maneras de represión carcelaria. Primero, la Colombia es un país bien montañoso y las personas que son detenidas casi siempre son campesinos así que una de las maneras de reprimirlos es también la de trasladarlos de una ciudad a otra, otra una muy recurrente es también la de colocarlos en patios con presos sociales o con paramilitares. Esa es una manera de amedrentar la expresión y la organización dentro de las instituciones carcelarias.
AM: ¿Cuantos presos políticos hay en las cárceles del país y cuantas son las mujeres detenidas?
PeS: En general sin hacer discriminación entre los presos políticos y los presos sociales, según estadísticas de enero 2010 del INPEC, en las mazmorras del régimen colombiano existen 139 establecimientos de reclusión con capacidad para 55.042 personas, pero se encuentran privadas de la libertad 76.471 personas, 71.644 hombres y 4.827 mujeres. De de esta cantidad 25.619 son los sindicados y 50.852 son condenados, es decir que hay 23.837 hombres y 1.782 mujeres a las que no se les ha resuelto su situación jurídica y que pese a eso las mantienen privadas de la libertad.
Nosotros estamos en esta tarea de afinar el censo respecto a los presos políticos. Hemos introducido en las cárceles un formato que se llama “formato de diagnostico” con el que hacemos un censo cuantitativo pero también valorativo de la situación. Tenemos conocimiento de una cifra de más de 7500 presos que es un número que la gente ya conoce y que está muy publicitado por internet, de los cuales 500 son los guerrilleros presos. Esta es una cifra que nosotros usamos oficialmente porque en este momento no podemos tener un dato cierto, pero seguramente son mucho más, alrededor de 1000 o 1200 son los guerrilleros presos, por la mayoría de las FARC-EP.
Alrededor de un 20% de los prisioneros políticos son mujeres. No hay distinción de género en la criminalización de la lucha política, sin embargo vale la pena mencionar que en el caso de las mujeres se reproduce y se aumenta la violación de los derechos sexuales y reproductivos, castigando a la mujer prisionera política con más fuerza que a los hombres por salirse de los esquemas femeninos que históricamente se les ha impuesto.
Hay presos políticos de todos los sectores de la sociedad colombiana, del sector campesino, obrero, estudiantil, juvenil, indígena, comunal etcétera. La represión del Estado colombiano no mira si eres mujer, si eres joven, si eres indígena, si eres campesino, no discrimina entre luchas dentro del marco legal y la lucha de las organizaciones armadas. Toda la protesta social en Colombia ha sido criminalizada y señalada de estar relacionada con el narcotráfico y el terrorismo con el fin de eliminar el delito político.
AM: ¿Por qué el gobierno colombiano no reconoce de tener presos políticos o los invisibiliza? ¿Y cómo se puede lograr que sean visibilizados?
PeS: Por la misma razón que no reconoce el estatus de beligerancia a las fuerzas insurgentes. El gobierno colombiano al reconocer el delito político reconocería también que el conflicto en Colombia es un conflicto armado de profundas raíces sociales y que tiene como origen la gran desigualdad social y económica, además, al reconocer el conflicto social y armado reconocería la gran responsabilidad de la oligarquía colombiana en el derramamiento de sangre durante más de cincuenta años. El estado colombiano esté obstinado en mantener la guerra y a darle una salida militar al conflicto, entre otras cosas porque la guerra es su negocio y no son sus hijos los que la pelean, si no los hijos del pueblo colombiano. Somos los pobres los que engrosamos las filas de la guerrilla, del ejército y del paramilitarismo, que es la otra máquina de guerra del estado colombiano. Por todas estas razones no han sido capaces siquiera de apostarle a un intercambio humanitario con las FARC como paso hacia un diálogo.
Los gobiernos narco-paramilitares en Colombia han cambiado las leyes internas para condenar las personas por muchos delitos, inclusive los delitos comunes. Ahora un guerrillero no es capturado solamente por rebelión sino es capturado por rebelión, por narcotráfico, por terrorismo y otros delitos que le han sumado para que la condena supere los 40 años. Por ello es sumamente importante antes que todo abrir la discusión, manifestar que en Colombia existen los presos políticos y que estos son el producto del conflicto social y armado que hay en el país.
AM: ¿Cómo se organizan los presos políticos en las cárceles?
PeS: Lo primero que hacen los presos políticos en la cárcel es organizarse, porque si no se organizan son más débiles y allá aprovechan para reprimirlos más duramente. Las mujeres del Buen Pastor por ejemplo se han organizado con una asociación que se llama Manuelita Sáenz. En general se organizan para defenderse de las arbitrariedades del régimen penitenciario, en algunos casos se organizan para producir artesanías y manualidades para sostenerse económicamente.
Las organizaciones políticos militares hacen esfuerzos por mantener algún nivel de organicidad de sus militantes en las cárceles pero es muy difícil porque el sistema penal colombiano ha sido transformado para evitar todo tipo de organización, para ello inventaron por ejemplo las cárceles de máxima seguridad donde los presos políticos no tiene contacto entre si y a veces ni siquiera con otros presos, en otros casos mandan a los presos muy lejos de sus lugares de origen o militancia y activismo político así se aísla al preso incluso de sus familias y de sus organizaciones.
El gobierno colombiano le teme a la organización dentro de las cárceles. Trata con la represión de mantenerle la moral baja a los presos y así los trasladan a otra zona para alejarlos de las familias. Es difícil que la familia de un campesino se desplace con 24 o 25 horas de viaje por ejemplo para llegara a la cárcel modelo de Barranquilla o a la de mujeres del Buen Pastor en Bogotá para visitar el preso. Desde Patria es Solidaridad hacemos un gran esfuerzo por alentar y apoyar todas las iniciativas de organización de los presos políticos dentro de las cárceles pese a las dificultades y a la oposición de todo el aparato jurídico y penal.
AM: ¿Como hacen desde Venezuela a dar seguimiento a los presos políticos en Colombia?
PeS: Nosotros trabajamos con los abogados en Colombia porque la única manera para darles seguimientos a los presos políticos es por parte de los abogados y de los familiares, no hay ninguna otra manera de hacerlo.
Los abogados que llevan los procesos y que trabajan con nosotros pueden entrevistarse con el preso o hacernos un diagnostico de cómo está la situación allá por lo menos respecto a la salud y a las necesidades básicas. La mayor necesidad de un preso obviamente es la libertad y el preso político está siempre con su mente afuera con su familia y con la lucha de la libertad del pueblo colombiano en cada uno de los frentes de lucha en el que se encuentre: estudiantil, campesino, obrero, sindicalista.
En Colombia tenemos colectivos de abogados que trabajan con nosotros y los aportes económicos salen por eventos que hacemos nosotros de aquí o por eventos que hacen en otros lados y que se canalizan por medio de nosotros para los familiares o los abogados.
AM. Decían que abogan por el intercambio humanitario. ¿Hay avances en tal sentido con el gobierno?
PeS: El estado colombiano no reconoce que hay un conflicto social y político, afirma que hay una guerra con narcoterroristas y entonces al reconocer un intercambio humanitario estaría reconociendo que hay una organización beligerante. Humanizar la guerra quiere decir tener una posibilidad de dialogo. Para que haya un intercambio humanitario simplemente hay que haber voluntad de las partes de querer humanizar un poco la guerra.
Reconocemos que las FARC han sido uno de los actores políticos que ha hecho con las liberaciones unilaterales un gesto muy valioso para la paz en Colombia y que el gobierno colombiano hasta el momento no lo ha querido asumir como un gesto real de paz. Además un intercambio humanitario estaría suportado por la ley nacional porque esta suportado por el Derecho Internacional Humanitario. Nosotros también abogamos por todos aquellos presos políticos que están en las cárceles del imperio. En este sentido nosotros como Patria es Solidaridad también exigimos la repatriación de Simon Trinidad, de Sonia y de otros presos políticos que están en Estados Unidos por narcotráfico y terrorismo. Sabemos que son simples montajes judiciales, una de las herramientas que el Estado utiliza para desmoralizar a combatientes de las FARC.
Obviamente las organizaciones que trabajan por los derechos humanos y por la paz en Colombia no son interlocutores validos para el gobierno colombiano en lo que se refiere al intercambio humanitario, con contadas excepciones como la organización Colombianos y Colombianas por la Paz por el reconocimiento y la gran labor de la ex senadora Piedad Córdoba. Nuestra labor por el momento se ha dado en términos de difusión de la necesidad del intercambio humanitario en Colombia, para esto es importante sumar solidaridad internacional y presionar desde el movimiento social mundial para obligar al gobierno Colombiano a discutir los términos de una verdadera paz con justicia social para todos que acabe con cincuenta años de derramamiento de sangre.
AM: ¿Se ocupan también de desplazados y de problemas de migrantes?
PeS: Estamos en la tarea también de ocuparnos de desplazados, de migrantes y de poblaciones irregulares. En Venezuela existen alrededor de 5millones de colombianos en condiciones de desplazamiento, algunos refugiados, algunos asilados, algunos simplemente desplazados económicos que ni siquiera ellos mismos se reconocen como desplazados al llegar a este país en una condición de incertidumbre donde no tienen ningún vinculo político o familiar. Les toca una vida muy difícil y desarrollar en tareas que los desvinculan inclusive políticamente. Una persona que era un luchador campesino, con su familia, con sus hijos, le toca sumarse a los cinturones de miseria de Caracas y dedicarse a la buhonería que es la venta informal a la calle y deja su condición de campesino, todo su saber tradicional de 30/40, todo eso lo pierde cuando llega aquí, porqué llega en una condición de desamparo total.
AM: ¿Cuál es la actitud de los venezolanos respecto a los colombianos?
PeS: La respuesta en general que hemos recibido de pueblo venezolano, es de plena solidaridad, está llena de profundo afecto bolivariano, así mismo la política del gobierno es una política incluyente del colombiano en la estrategia de bienestar social, que contempla el plan Simón Bolívar, en donde el fin último es la suprema felicidad social. Cualquier hecho de esclavismo, de maltrato, de abuso o de exclusión, que pueda presentarse, es claro que no es política de gobierno, sino son acciones individuales y enemigas del proceso bolivariano. Nosotros de Patria es Solidaridad, como bolivarianos consideramos que más que ser hermanos, los colombianos y los venezolanos somos un mismo pueblo.
AM: Finalmente, la campaña de solidaridad que impulsa Patria es Solidaridad con los presos políticos se llama “Plan Hermanamiento”. ¿Pueden contarnos en qué consiste?
PeS: Esta campaña consiste en que una persona o una organización se hermana con un preso político. Plan Hermanamiento es hacerle un seguimiento y un acompañamiento tanto material como moral a un preso político en Colombia.
Una asociación supongamos italiana, puede enviarle dinero, enviarle las cosas que necesita y este envío pero debe ser hecho por preso político. Puede hacer una campaña de solidaridad, una fiesta de solidaridad, un recital poético y recoger cartas o una solidaridad material. Esta solidaridad material puede llegar a nuestra asociación que se hace puente para que llegue a los presos.
En seguida los datos:
Tel: 0212–7425751
e-mail: patriaessolidaridadyahoocom (patriaessolidaridadyahoocom)
Pagina web: www.patriaessolidaridad.com.ve
http://it.peacereporter.net/articolo/28349/Santos%3A+in+Colombia+c%27%26egrave%3B+un+conflitto
05/05/2011
Santos, ammissione storica: in Colombia c’è un conflitto
Per la prima volta un presidente colombiano ammette l’esistenza di un
conflitto armato. Il che implica riconoscimento delle vittime e degli attori
armati che cessano così di essere terroristi. L’ira di Uribe
“Ebbene sì, in Colombia c’è un conflitto armato”. Questa la rivoluzionaria
conclusione raggiunta dai senatori di maggioranza, riuniti con il presidente
Juan Manuel Santos per discutere sulla Legge sulle vittime. Una posizione che
ribalta completamente la posizione tenuta dai due governi Uribe, che hanno
sempre e indiscutibilmente negato la guerra interna che da oltre sessant’anni
piega il paese. Una presa di posizione ideologica molto forte, che nega la
definizione di “minaccia terroristica” con cui Alvaro Uribe era solito
appellare e liquidare la guerriglia.
Una definizione che immediatamente va anche a delineare con precisione
l’universo delle vittime ai cui familiari dovrebbero essere destinate le
riparazioni e che arrivano finalmente a essere altro rispetto a chi ha subito
la delinquenza comune.
Finora la definizione di conflitto armato è stata sempre usata politicamente,
mentre giuridicamente mai era venuta in ballo. Adesso invece per la prima volta si riconosce l’esistenza di una guerra interna e tutto cambia.
E oltre ad avere un’importanza simbolica e ideologica, questa novità va anche
a scavare un solco incolmabile fra Juan Manuel Santos e il suo predecessore, di cui molti lo volevano erede fedele. E che adesso non sta certo a guardare.
Appena venuto a conoscenza della grossa novità, ha espresso tutta la sua rabbia in Twitter: “Coloro che minacciano la vita, l’onore e i beni della popolazione civile non è in Conflitto con lo Stato. Sono una minaccia criminale”. E ancora: “I gruppi Narco-terroristi colombiani non sono parti in conflitto. Sono criminali che profumano le loro azioni con discorsi politici”.
Come riporta la rivista Semana, secondo il dizionario colombiano “Diccionario
para desarmar la palabra”, conflitto armato significa “Scontro continuo e
sostenuto fra due o più parti che ricorrono alla forza per dirimere la
controversia suscitata dall’opposizione fra le loro volontà, interessi o punti di vista”, dunque è proprio il caso della Colombia e dubbi non ce ne
sarebbero. Secondo un segretario governativo che si occupa di diritti umani “c’è chi dice che la Legge sulle vittime cerchi di essere uno strumento per chiudere un ciclo di violenza nel paese, tramite alcune misure di transizione, e questo obbliga lo Stato colombiano a definire qual è il ciclo che viene chiuso e quali vittime verranno risarcite. Tutto ciò ci impone di definire le misure all’interno del conflitto armato”. Solo così “si chiariscono e si legittimano gli strumenti della legge”, aggiunge. Quindi conclude: “Chiudere un ciclo, questa è la mia migliore definizione dal punto di vista politico. Se non avessimo detto ‘conflitto armato’ nessuno avrebbe capito a quali vittime ci saremmo riferiti”.
Secondo l’avvocato della Commissione colombiana dei giuristi, Arturo Mujica,
questo riconoscimento del conflitto renderà più veloce l’espletamento delle
richieste delle vittime. “E’ come riconoscere che il paramilitarismo, la
guerriglia e lo Stato stesso producono vittime. Questa sarebbe la prima volta
che si fa un riconoscimento simile a livello politico, dato che finora tutti i governi hanno mantenuto posizioni a dir poco ambigue in proposito”, sottolinea l’avvocato. “Riconoscerlo, spalanca le porte affinché molte vittime di paracos, guerriglieri e agenti dello Stato possano cercare giustizia, riparazioni e verità”, conclude.
Stella Spinelli
Figuriamoci, adesso anche i mezzi alternativi si prestano al giochino regionale per cui Santos debba diventare una colomba? Credo che la dichiarazione di Santos lasci il tempo che trova se dall´altra parte fa deportare illegalmente gionalisti che scrivono cose al governo non gradite come se fossero terroristi internazionali . Inoltre il suo ministro della difesa dice cose diametralmente opposte. Santos ha solo bisogno di chiudere in fretta i TLC con Europa e Stati Uniti e di conquistare un ruolo egemone in America latina, cosa che gli sta riuscendo benissimo, aiutato anche dal Venezuela. Ah questa é di oggi…
El secretario de estado adjunto de Estados Unidos, William Burns y la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, María Ángela Holguín firmaron en el Palacio de Nariño, Colombia, un nuevo acuerdo de cielos abiertos que establecerá una relación bilateral de transporte aéreo.
El Departamento de Estado indicó en un comunicado que el acuerdo fortalecerá y expandirá los fuertes vínculos comerciales y de turismo que ya existen con Colombia, beneficiando a empresas y viajeros estadounidenses y colombianos por medio de la ampliación del servicio aéreo y alentará la vigorosa competencia de precios por parte de las aerolíneas, al tiempo que salvaguardará la protección y seguridad de la aviación.
Según los medios locales, el actual acuerdo entre ambos países supuso 2,3 millones de pasajeros en 2010, y 272.142 toneladas de carga, que representan el 57% del mercado internacional.
La notizia ti stupisce? Ti dirò di più. Subito dopo la cumbre del CELAC a Caracas del 26 di Aprile, Messico, Colombia, Perù e Cile si sono incontrati per accordare un trattato di libero commercio tra loro.
E’ piuttosto ovvio che una rondine non faccia primavera e che una semplice dichiarazione di Santos non sia sufficiente, fatto sta che marca una differenza di non poco conto dalla linea precedente uribista. Inoltre c’è una legge parlamentare in campo.
Saremmo piuttosto ingenui se pensassimo che l’imperialismo se ne stia con le mani in mano e saremmo ancora più colpevolmente ingenui se pensassimo che il governo bolivariano del Venezuela non si renda conto di quello che si sta muovendo e di ciò che è realmente in gioco sul piano internazionale e non solo in un’unica area geopolitica.
“Puri come colombe e scaltri come serpenti”, va ripetendo da anni il Comandante Chavez e se avesse dato ascolto alle anime belle, ai puri di spirito, ai liberi pensatori e ai dottrinari di ogni risma e categoria, agli schematismi semplicistici e alle facili etichettature, anche di coloro che in fondo non devono assumersi nessuna particolare responsabilità dopo che hanno detto la loro, con certezza non avremmo mai sentito parlare di Rivoluzione Bolivariana, di mision vivienda, milagro, barrio adentro… e di tutto ciò per il quale ci siamo spesi in questi anni a tentare di dare a conoscenza che ha coinvolto e sta coinvolgendo sempre più milioni di esseri umani in America latina e nel mondo.
Intanto le bombe piovono sulla Libia, paese petrolifero con il quale il governo bolivariano stava stringendo rapporti ufficiali sempre più fitti; La Siria (primo paese al di fuori del continente latinoamericano ad essere entrato come osservatore dell’ALBA) è sempre più nell’occhio del ciclone e bersaglio del terrorismo mediatico e delle ingerenze imperialiste. Gli USA hanno annunciato operazioni militari congiunte in grande scala con la Corea del Sud intorno al confine con la RDPK.
E’ chiaro che l’aggressività imperialista va accrescendosi sempre più in questa fase sul piano militare come su quello diplomatico (anche questo va concepito come parte dello scenario integrato della guerra) quindi, o ci si munisce di una strategia chiara per affrontare questo scenario, sapendo soppesare le proprie forze e quelle antagoniste in maniera ampia diffusa e condivisa o non c’è alcuna alternativa futura possibile.
Mai più attuale fu la citazione di Mao: “La rivoluzione non è un pranzo di gala, non è una festa letteraria, non è un disegno o un ricamo, non si può fare con tanta eleganza, con tanta serenità e delicatezza, con tanta grazia e cortesia, la rivoluzione è un atto di violenza.” E non è certo che a noialtri piaccia la violenza e per questo la cerchiamo. Anzi, se potessimo faremmo volentieri a meno delle armi e della distruzione che il capitalismo ha generato e continua a generare, ma è questo lo scenario reale con il quale siamo costretti, tutti, a misurarci, che ci piaccia o meno, che lo si voglia o no.