Berta Cáceres: “La nuestra es una lucha digna”
Berta Cáceres: La nuestra es una lucha digna que representa esta herencia que tenemos de pueblo rebelde
El 24 de mayo pasado, mientras viajaban en la zona de Río Blanco, donde desde hace casi tres meses los indígenas de la etnia lenca de la zona se encuentran en movilización pacífica contra el proyecto hidroeléctrico llamado Agua Zarca, la coordinadora del Copinh (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras), Berta Cáceres y el comunicador Tomás Gómez, fueron detenidos — y puestos en libertad después de 24 horas — durante una operación conjunta de ejército y policía con la acusación –falsa — de posesión ilegal de armas de fuego.
Además de la evidente ilegalidad de la detención, llevada a cabo sin orden de arresto y con la construcción de falsas pruebas y testimonios en contra de Berta, hay que señalar que tanto la líder indígena que otros miembros de Copinh desde el año 2009 están sujetos a las medidas cautelares de protección dictadas por la Corte Interamericana de Protección de los Derechos Humanos (Cidh), como resultado de las múltiples amenazas de muerte recibidas desde el golpe de Estado de ese año.
El proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca, financiado por el Banco Mundial y el Banco Centroamericano de Integración Económica, tiene como objetivo el aprovechamiento de las aguas del río Gualcarque, en el noroeste del país, para la producción de aproximadamente 22 MW de energía.
La realización del proyecto, cuya aprobación se hizo sin consulta previa con las comunidades indígenas locales como lo exige la Convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas (Oit), ha sido otorgada a la compañía local Desa y a la empresa estatal china Sinohydro.
En Honduras, hace apenas cuatro años, en junio de 2009, un golpe de Estado llevado a cabo por la poderosa oligarquía del país y los militares y con el apoyo de los Estados Unidos, derrocó al presidente democráticamente electo Manuel Zelaya por las políticas que estaba llevando adelante, que miraban “peligrosamente” hacia la izquierda bolivariana. En aquellos días fueron enormes, por número y por gravedad, las violaciones de los derechos humanos cometidas en contra de militantes, activistas y periodistas y también condenadas por los organismos internacionales.
La situación hoy en día, después de las elecciones farsa del noviembre de ese año, que llevaron al presidente Porfirio Lobo a la presidencia, no es muy diferente: la impunidad reina soberana, los índices de violencia hacen de Tegucigalpa, la capital, y de San Pedro Sula, las ciudades más peligrosas del planeta y los recursos del país están en manos de unas pocas familias locales que detienen el poder económico y político y de las empresas extranjeras.
Berta Cáceres, desde el presidio permanente de Río Blanco, nos cuenta el avance jurídico de su detención, que representa para las comunidades indígenas lenca la construcción de la planta hidroeléctrica y nos habla de la represión y de la militarización del país y sus efectos sobre la comunidad, además de las amenazas de muerte que reciben constantemente tanto ella como otros activistas del Copinh.
AM.- Berta cuéntanos del juicio y efectivamente en qué forma podemos decir que se ha caído el montaje del ejército en tu contra.
B.C. - Antes que todo, quiero agradecer la solidaridad expresada porque tuvo mucho peso, mucho peso político, ya que la persecución al Copinh es una persecución política que también deriva en una persecución judicial. Por supuesto que las acusaciones no tuvieron sustento, ya que era un montaje en el que quedó claro que las supuestas evidencias eran falsas y los testigos no pudieron convencer al Juez de Letras que estaba asignado en este caso. Un resultado de la resolución fue el sobreseimiento provisional que significa que no hubo credibilidad en las pruebas y también que se suspendieron las medidas ejecutivas que me habían impuesto como ir a firmar cada viernes y la prohibición de salida del país. Aunque el juicio no se ha cerrado es un triunfo porque demuestra la presión de la lucha que hace el pueblo indígena Lenca de Rio Blanco y en este contexto de lucha la presión que hacen las transnacionales Desa y Sinohydro es muy fuertes a todos los niveles del gobierno y a todas las instancias. A ese propósito hemos denunciado que desde Sinohydro se preparan para el montaje de más acusaciones contra mi persona y otros compañeros del Copinh que nos han acompañado en la lucha en favor del pueblo lenca de Río Blanco. Respecto a la situación de la lucha de Río Blanco, la comunidad mantiene la decisión de no sentarse a negociar con Desa y Sinohydro y exige su salida del territorio, la cancelación del proyecto, la cancelación del concesionamiento del sagrado Río Gualcarque y también se exige la salida del ejército y de las fuerzas represivas. Estamos pidiendo además compañera, que se redoble la movilización y la solidaridad con la articulación de denuncias formales publicas a nivel nacional e internacional ya que Desa y Sinohydro están incrementando la militarización y la represión, ya que no pueden con sus estrategias como son la de sobornar y de desmoralizar a la población indígena y de querer prácticamente sacar el Copinh de este sector, como hasta ahora no lo han podido lograr, se están jugando su última carta que es la de la represión. Pedimos urgentemente las acciones solidarias desde cada una de sus capacidades, desde sus voluntades, desde esa solidaridad que no tiene frontera.
A.M. — Berta háblanos por favor del proyecto hidroeléctrico “Agua Zarca” y en qué forma afectaría el territorio y las comunidades.
B.C. - El proyecto hidroeléctrico Agua Zarca ya está aprobado por el Congreso Nacional y por los diputados “vende patria”; el ministro de la Secretaria de Recursos Naturales y Ambiente (SERNA) ha autorizado la licencia ambiental y el alcalde de Intibucá ha dado el permiso de la operación en que también está involucrado el alcalde de San Francisco de Ojuera, del departamento de Santa Barbara, ya que los dos municipios colindan y esto pese a la ilegalidad y a la violación del convenio 169 de la OIT, o sea a pesar de que se han violado el derecho de consulta libre, previa e informada para los pueblos indígenas.
Con estas peticiones y con la acción de seguir permitiendo que opere este proyecto hidroeléctrico Agua Zarca también se han violentado los acuerdos firmados entre el Copinh y el Estado de Honduras. Señalamos además que al otro lado del río por ejemplo se está construyendo, mientras que en el lado del Río Blanco no han podido debido a la resistencia indígena heroica, histórica que hace el pueblo lenca de este sector.
Con estas acciones que han empezado las empresas Desa y Sinohydro ya han comenzado los impactos ambientales: hay derrumbes de grandes toneladas de roca y tierra que amenazan una parte importante del río. El proyecto generaría un desastre no solo es natural sino que afecta también la población con la destrucción de cultivos que hacen parte de la práctica de soberanía alimentaria del pueblo lenca de la zona, ya se han destruidos cultivos de maíz, frijoles, ayote y otros productos que son parte de la dieta alimentaria de esta zona como también plantas naturales, la biodiversidad propia y la misma vida acuática del río. También hay desplazamiento, hay violación de tejido cultural, violación del derecho espiritual que tiene el pueblo lenca ya que según la cosmovisión del pueblo lenca, en este rio que es sagrado viven sus espíritus, sobre todo los espíritus femeninos y es muy importante para el equilibrio y la armonía integral de la zona indígena desarrollar de manera integral sin ese intervencionismo de las empresas privadas o de las transnacionales sin que sea necesario entregar los bienes comunes de las naturaleza como ha sido por el Rio Gualcarque a manos privadas para a cambio de esa de manera demagógica tener escuelas o carreteras porque esa en una obligación del estado de Honduras, no hay pretexto para privatizar los bienes comunes tan importantes como el agua sin tener en cuenta el impacto social, económico, cultural y espiritual que causa este tipo de proyectos hidroeléctricos que privatizan no solo el río sino que todas las fuentes de agua alrededor y también privatizan el territorio y causan graves amenazas y violaciones a los derechos humanos individuales y colectivos. Quiero aprovechar para denunciar que Desa está ya entrando a otras comunidades indígenas rio arriba que pertenecen a San Francisco de Opalaca y está intentando apoderarse del río Winse que es un importante afluente del rio Gualcarque.
A.M. — Berta, podemos decir entonces que en Honduras después del golpe de Estado, se ha puesto manos a la obra a todos los grandes proyectos que involucran las transnacionales para el saqueo del territorio?
B.C. - Claro, claro que si porque después del golpe de Estado las transnacionales y las empresas tienen mayor impunidad para operar violando los derechos humanos individuales y colectivos y tienen un mayor poder para imponerse ante el servilismo y la complicidad de los políticos, de los funcionarios públicos y de las instituciones del Estado ya que en Honduras después del golpe se han entregado a estas empresas casi todos los ríos de este país, no solo para la generación de energía sino también para la privatización del mismo servicio energético que debería ser público. Además de eso se está impulsando también la privatización del río Talgua para la explotación minera. En este país hay muchas empresa transnacionales, canadiense, italianas, británicas, estadounidenses, australianas y de otros lados que van a entrar con toda fuerza por la aprobación de la inconstitucional Ley de Minería que privilegia el uso del agua a las transnacionales y no para los seres humanos. Por ultimo quiero decir que Sinohydro es parte de las transnacionales estatales chinas que entrarán a construir con los grandes capitales gringos y europeos los megaproyectos de las Regiones Especiales de Desarrollo más conocidos como ciudades modelo.
A.M. – Entonces, aunque en América latina en algunos sectores de izquierda exista una cierta forma de complacencia hacia las inversiones chinas en la región, el Copinh sin embargo lleva adelante una lucha frontal contra cualquier forma de capitalismo, sea chino que gringo…
B.C. - Nosotros como Copinh hemos siempre sido críticos en eso, ya que la destrucción de la vida, llámese como se llama el país sea China, sea Rusia, sea Estados Unidos o Europa que destruye y agrede la vida de los pueblos, para nosotros es inaceptable y además es condenable. Aquí está entrando todo, aquí no hay diferencia entre explotadores, aquí hay una lógica de extractivismo, de privatización, de querer acabar con la forma de vida de los pueblos especialmente de los pueblos indígenas. Creemos que no puede llamarse desarrollo, colaboración o cooperación un proyecto destructor que va en contra de los derechos de los pueblos indígenas y de los bienes comunes de la naturaleza. Nosotros estamos claros y claras que igualmente está destruyendo la transnacional Voith de Alemania, que también está involucrada en esto, como Eterna, que es una empresa hondureña involucrada también en el proyecto Agua Zarca y que ha participado también en la construcción de las bases militares yankees aquí en Honduras; participan en la misma forma a esa destrucción tanto la estatal china Sinohydro cuanto por supuesto la empresa Desa que tiene que ver con el poder financiero aquí en Honduras como Ficosah, Camilo Atala, Freddy Nasser, involucrados también en el golpe de Estado. Así que nosotros no vemos diferencia, venga de donde venga la destrucción. Por eso llamamos a la solidaridad, sabemos que Sinohydro ya tiene antecedentes en la destrucción de los derechos de los pueblos indígenas, por ejemplo en Ecuador, en África y en Asia. Esa es una lucha bastante fuerte, peligrosa porque se está incrementando la represión pero también es una lucha digna que representa esta herencia que tenemos de pueblo rebelde
A.M. — Hemos hablado de militarización del territorio. ¿Cómo se ve afectada la vida cotidiana de ustedes en ese contexto y cuáles son los mayores factores de riesgo respeto al compromiso de ustedes en la defensa de mismo?
B.C. - Yo quisiera con eso mencionar que Honduras siempre ha sido un país históricamente ocupado por varios ejércitos, sea para agredir el pueblo hondureño que para amenazar la lucha de otros pueblos hermanos en el continente y eso es precisamente lo que pasa actualmente. Se ha incrementado a seis bases militares la presencia gringa sobretodo donde hay grandes riquezas y biodiversidad como por ejemplo en La Mosquitia donde han impulsado una gran base militar y en la plataforma marítima, en las costas hondureñas. Esta es una grande amenaza no solo para Venezuela, Cuba, sino para todo el Gran Caribe y el resto de Latinoamérica donde está avanzando la lucha emancipadora de los pueblos. Esa militarización se expresa también en el fortalecimiento del ejército, al que se le han dado poderes inconstitucionales porque los militares hacen actividades que le corresponderían a la policía come es el caso de mi detención y la policía al mismo tiempo se ha militarizado también. Recuerden que Honduras es el país con mayores índices de violencia y de asesinatos en relación a la población, vivimos en un país altamente lleno de impunidad, de vulnerabilidad para los luchadores y las luchadoras sociales, en un país donde se ha legalizado la criminalización de las luchas y de los movimientos sociales y eso es algo muy, muy delicado para nosotros, como también se han aprobado leyes peligrosas como la Ley de Escuchas Telefónicas y la Ley Especial de Intervención sobre las Comunicaciones Privadas, la Ley de Inteligencia que tiene un capítulo para las organizaciones como el Copinh que luchan en defensa de los territorios. Nosotros hemos recibido por lo menos tres amenazas de muerte, el sábado precisamente hemos recibido información de un plan para asesinarnos, no solo a mi sino qua a otros compañeros que han estado cerca a la lucha del Rio Blanco, como también a los grandes líderes comunitarios del Rio Blanco, también se nos ha perseguido con vehículos varias veces, con hombres armados vestidos de civil, con fusiles, hay un hostigamiento y un control permanente, nos persiguen cuando nos desplazamos hacia la capital y de la misma hacia Rio Blanco, o sea en concreto eso es lo que nos toca vivir a diario. Uno sabe cuando sale de su casa pero no sabe cuándo va a regresar y en eso también hay que decir que hay una complicidad en las instituciones porque la policía y el ejército saben lo que pasa. El otro fenómeno que se está dando en Honduras es la gran industria de las agencias privadas de seguridad, en las que operan mas de cien mil elementos o sea su número sobrepasa totalmente el del ejército y la policía juntos y no olvidemos el sicariato, sabemos que Desa y esto lo denuncio con mucha responsabilidad ha impulsado el odio hacia el Copinh, y eso implica también, con la oferta de dinero, poner eso al servicio del sicariato.
P.S.
El pasado 15 de julio, durante una manifestación en la zona de Achotal, Rio Blanco, en el departamento de Intibucá, según cuanto denunciado por el Copinh, miembros del ejército han disparado contra los manifestantes, alrededor de 300 personas, provocando la muerte de un leader de la comunidad indígena lenca, Tomas García y graves heridas a su hijo de apenas 17 años, Allan García Domínguez.
La prensa hondureña ha ignorado la noticia y cuando se ha ocupado del caso lo ha hecho exclusivamente sobre la base del comunicado de la empresa Desa, que informa que el hecho ha ocurrido luego de la «invasión violenta a la propiedad privada por parte de miembros del Copinh», quienes habrían puesto en riesgo la incolumidad de los trabajadores de la empresa y el personal extranjero que participa al proyecto además de haber destruido bienes, vehículos e instalaciones de la compañía.
El 19 de julio la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) ha emitido una nota de prensa con la cual condena duramente el accionar del ejército, especificando sin embargo que «presumiblemente» se puede hablar de responsabilidades del mismo, por lo menos hasta cuando no se hayan llevado a cabo investigaciones s respecto a los acontecimientos. La CIDH invita de toda forma las autoridades a investigar sobre cuanto ocurrido y a «garantizar» la integridad física y la seguridad de los lideres y de los miembros del pueblo lenca quienes «están protestando en contra de la ejecución de proyectos en su territorio ancestral». La Comisión además reitera que la «las manifestaciones y protestas son una expresión del derecho de asociación y la libertad de expresión, derechos fundamentales garantizados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y esenciales para la existencia y el funcionamiento de una sociedad democrática».