El 30 de noviembre de 2008, la colombo-francesa Ingrid Betancourt inició una gira por diversos países de América Latina con los propósitos de, según la ex candidata presidencial, “agradecer a los presidentes latinoamericanos que participaron de una u otra forma en su liberación” y de “llegar a constituir un gran frente multinacional para facilitar la liberación de los rehenes que aún permanecen en manos de las FARC-EP; así como presionar a ésta organización para que dejen las armas y busquen el camino de la democracia”. Betancourt parece desconocer la historia cuando las FARC-EP, a través de la Unión Patriótica participaron en la vida política colombiana, siendo asesinados más de 5 mil líderes de esa agrupación política por el Estado oligárquico-paramilitar, entre ellos muchos guerrilleros.
Tras su arribo a diversos países, Ingrid Betancourt hizo evidentes los verdaderos objetivos de su viaje. En Brasil calificó a las FARC-EP como una “organización de terroristas” y dio su respaldo a las acciones militares del gobierno de Uribe contra la guerrilla. En Bolivia volvió arremeter contra las FARC-EP al calificarlas de “cartel de la droga”.
Tras su fuga y la de otros prisioneros en manos de la organización insurgente, entre los que se encontraban tres agentes norteamericanos, posibilitada principalmente por la traición de dos comandantes guerrilleros encargados de la vigilancia, control y seguridad de ese grupo, operación en la que participaron los aparatos de inteligencia colombianos, norteamericanos e israelitas, en la que en forma ilegal se hizo uso de logotipos de la Cruz Roja Internacional, Betancourt lanzó loas al ejército colombiano y procedió a abrazarse con el ministro de Defensa Juan Manuel Santos, uno de los principales artífices de la política guerrerista del gobierno narco-paramilitar de Uribe y al general Mario Montoya, responsable, directa o indirectamente, de un sinnúmero de crímenes perpetrados por el ejército colombiano y los paramilitares contra civiles colombianos acusados de colaborar con la guerrilla.
Luego de ese primer episodio conmovedor, donde se demostró que los medios una vez más habían mentido sobre la situación de los prisioneros en manos de las FARC-EP, puesto que la salud de Ingrid Betancourt, luego de un chequeo médico al que se sometió en Francia, demostró estar en perfectas condiciones más allá de la situación penosa y lamentable que significa un encierro, la ex candidata presidencial colombiana se enfrascó en la participación y realización de un sinnúmero de actos para denunciar la situación de los “secuestrados” en manos de las FARC-EP. Para ello ha contado además con el respaldo de artistas como Alejandro Sanz, investigado por evasión de impuestos, Shakira, Carlos Vives y Juanes, músicos que gozan de aceptación en el mundo de las disqueras internacionales. Ingrid Betancourt ha recibido, cual heroína, un sinnúmero de reconocimientos en Europa por su valentía y entereza.
Hasta la presente fecha la ex candidata presidencial solo ha hecho referencia a los prisioneros en manos de las FARC-EP, pero, como es obvio, no ha dicho ni una palabra sobre la situación de los cerca de 7200 presos políticos en manos del Estado colombiano. De igual manera mantiene un mutismo absoluto sobre las amenazas, persecución y los crímenes perpetrados contra campesinos, estudiantes y sindicalistas por parte del Estado terrorista colombiano y sus organizaciones paramilitares.
Durante su gira Betancourt prácticamente tampoco ha dicho nada sobre la situación de pobreza real que viven más allá de la mitad de colombianos y colombianas. Mucho menos ha hecho referencia a la concentración desigual de la propiedad de la tierra en el campo colombiano donde 22 millones de hectáreas están en manos de 12 mil terratenientes, mientras tres millones de campesinos pobres apenas poseen dos millones y medio de hectáreas. Nada importa a esta representante de la burguesía colombiana la situación del 60% de hogares rurales colombianos que viven por debajo de la línea de pobreza.
La gira de Ingrid Betancourt, a quien bajo propuesta del gobierno de la chilena Michelle Bachelet y del peruano Alán García se la postularía para el premio Nobel de la Paz pese a su defensa abierta y pública de la política militar de Uribe, demuestra que está ejerciendo el papel de vocera de ese régimen narcoparamilitar, cuyo propósito es el de lograr que se dé un espaldarazo a su lucha contra la insurgencia colombiana, así como robustecerlo en la región y el mundo con el pretexto de que está luchando contra el terrorismo de las FARC-EP, causa común, según lo establecido por los maestros de la propaganda estadounidense y colombiana, de todo el mundo. Ingrid Betancourt le ha proporcionado al gobierno colombiano otra eficaz cortina de humo para ocultar los graves problemas de corrupción que lo acechan en todos los niveles, así como su política criminal.
Quedan atrás las declaraciones de Betancourt cuando acusaba Uribe de tener vínculos con el paramilitarismo. Hoy, incluso, no se inmuta cuando deja entrever que Uribe debería tener opción a una tercera reelección presidencial.
Ingrid Betancourt ha mostrado, una vez más, su verdadero rostro: la de ser una pieza en el engranaje de la maquinaria del Estado narcoparamilitar colombiano.
La categoría gramsciana de hegemonía demuestra aquí su importancia: cuando la clase dominante y sus representantes ven peligrar sus intereses terminan aliándose para luchar contra su enemigo común que, en el caso colombiano, es, fundamentalmente, la insurgencia revolucionaria.
Mientras Ingrid Betancourt recibe el respaldo de Uribe, de Sarkozy, de los mandatarios latinoamericanos que ha visitado en la región (los mismos que han enfocado sus dardos únicamente contra las FARC-EP y han dejado de lado la política criminal del régimen narcoparamilitar enquistado en el Palacio de Nariño) y de falsimedia a nivel internacional, se oculta la campaña de persecución desatada por el Estado colombiano contra la senadora Piedad Córdoba quien, en innumerables ocasiones, ha demostrado la voluntad política para llevar a cabo un acuerdo que posibilite la entrega humanitaria de prisioneros. En declaración reciente Uribe dijo:
“… las FARC ahora, con el apoyo de una dirigente de la política, nos están tendiendo una nueva celada. El Gobierno está informado de que ahora están tramando una nueva liberación humanitaria. Entonces asesinan y enseguida desorientan tramando una nueva liberación humanitaria. Lo denuncio hoy ante mis compatriotas para que no caigamos en esa trampa.
El Gobierno está empeñado, con la Fuerza Pública, en encontrar a los secuestrados. No le vamos a permitir ahora a esa dirigente de la política esa trampa que nos quiere tender con las FARC, aliada del ELN en todas estas acciones terroristas, de lanzarnos la ilusión de unas nuevas liberaciones y de un nuevo acuerdo humanitario. Por anticipado lo decimos: no lo aceptamos.”
Mucho menos se hace mención de las nuevas medidas persecutorias contra el movimiento estudiantil bolivariano secundario y universitario colombiano al que se lo persigue y acosa por defender la lucha revolucionaria en su país.
Esa es la política que defiende Ingrid Betancourt.
Da pena ver cómo los problemas fundamentales que vive Colombia como son la intromisión gringa en los asuntos internos de ese país hermano, la desigual distribución de la riqueza, la pobreza extrema, la existencia de un Estado corrupto de corte fascistoide, represivo al servicio de los grupos de poder, que actúa conjuntamente con el paramilitarismo para defender los intereses de los grandes ganaderos y terratenientes, no hayan sido debatidos en esta gira de Ingrid Betancourt, con miras a encontrar alternativas de solución a los mismos.
Vergüenza se siente ver a esos gobernantes, incluidos los que supuestamente defienden posturas progresistas, recibir en los palacetes de gobierno a ésta personaje de la oligarquía colombiana, a quien, sin cuestionamiento alguno a sus posturas, han brindado todo su respaldo.
Los medios y los periodistas serviles ni siquiera se preocupan por conocer con detalle los planteamientos de Ingrid Betancourt sobre otros temas que no sean las FARC. Por ejemplo, sería bueno saber sus ideas sobre la reciente marcha indígena-campesina realizada en contra de la política de Uribe y que fue reprimida por el ejército colombiano; o sobre el negocio de las pirámides financieras en las que se hallan involucrados los hijos de Uribe.
Los enemigos de la paz en Colombia son aquellos que no han querido sentarse a hablar y buscar la solución efectiva a estos problemas. Y no lo van hacer, porque la clase dominante colombiana no va entregar por la vía del diálogo su poder al pueblo. Ninguna clase social dominante se suicida.
Esa es la razón por la que se hallan empecinados en derrotar a la insurgencia colombiana.
Los poderosos se creen con el derecho de juzgar la lucha de los pueblos y de exigirles su rendición a cambio de nada. La paz que ellos buscan para el movimiento revolucionario colombiano, es la paz de los cementerios.
Por ello es necesario que las fuerzas revolucionarias de izquierda a nivel mundial emprendan una campaña internacional de solidaridad con el pueblo colombiano y sus organizaciones políticas en armas o no, porque en esta lucha el único camino para derrotar a los enemigos del género humano: el imperialismo y sus lacayas oligarquías, es la unidad de las y los revolucionarios.
Simone Bruno es un fotoreportero italiano y desde hace cinco años vive en Bogotá. Es corresponsal por el diario online Peace Reporter, relacionado a la agencia de noticias MISNA (Missionary Service News Agency) y a la asociación humanitaria Emergency. En estas semanas cubrió la marcha de la Minga, la mobilitación indígena y campesina que llegò hasta Bogotá, pidiendo respecto por los pueblos originarios y derecho a la tierra y a la vida y planteando un proyecto de participación politíca al desarrolllo del país.
Simone Bruno estubo testimoniando sobretodo los violentos enfrentamientos ocurridos en en La María-Piendamó (Cauca), donde se registraron dos muertos y más de 70 heridos, y donde se demostró que el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) utilizó armas non convencionales contra los indígenas. Las fotografías de Simone han sido publicadas en todos los más importantes diarios italianos y en los mayores espacios de información en Internet.
Por eso recibió hace unos días en su pagína de Facebook amenazas de muerte con el siguiente texto: (“mamertico de mierda se esta metiendo con fuerzas que lo van a aplastar muy valiente tirando piedras y agrediendo agentes del estado en la maria si quiere ser un martir con mucho gusto le cumplimos el deseo rece malparido”) desde un usuario desconocido de nombre Sol Dussant. En esa entrevista nos explica qué representa el movimiento indígena en Colombia y sus potencialidades por un cambio en el país.
A.M. – Simone, tu vives desde hace 5 años en Colombia. ¿Tuviste antes de ahora problemas de amenazas o de hostigamiento relacionados en tu trabajo?
S.B. - No nada, esta es la primera vez en absoluto.
A.M. — ¿Denunciaste las amenazas a las autoridades? ¿Qué respaldo tuviste?
S.B. — La denuncia la hice a través del consulado Italiano en donde encontré personas muy gentiles y que me ayudaron mucho. Recibí también apoyo por parte del embajador en Italia, Sabas Pretelt de la Vega, que en un comunicado de prensa rechazó las amenazas que recibí.
A.M. — En el texto de la amenaza se hace referencia al resguardo de la María. Tu estuviste allá cubriendo la Minga. Hubo muertos y heridos. ¿Cómo era la situación?
S.B. — Muy dura. La represión del ESMAD (policía anti-motines) fue brutal y con armas de fuego, machete y recalzados, ósea granadas artesanales rellenas de pólvora, puntillas, escotillas y vidrios. Vi muchos heridos y constate el tipo de armas que los provocó. Había heridos de balas y otros con escotillas en el cuerpo. Tambien hubo un muerto, Ramos Valencia, proveniente del resguardo Tacueyó, que ha recibido una bala en la cabeza, que le atravesó de lado a lado.
A.M. — Un video de la CNN demostró inequivocablemente que miembros de la ESMAD dispararon contra los campesinos de la Minga y Álvaro Uribe tuvo que admitir públicamente eso. Los participantes de la Minga se defendieron solamente con bastones de mando y piedras. Tu denunciaste eso en tus notas, ¿Piensas que las amenazas puedan llegar desde alguien cercano a la ESMAD?
S.B. — Esto es difícil saberlo. Por seguro las amenazas se deben a mi presencia en la María, el mensaje lo dice muy claramente. Quien se molestó por el trabajo de los periodistas es quien no quería que se supiera la verdad de los hechos y de la violaciones de los derechos humanos por parte de la policía. Es también quien no sabe respectar un movimiento como el movimiento indígena Colombiano que propone una manera otra de pensar y de vivir y una resistencia pacífica.
A.M. — La Minga ha llegado a Bogotà y en los próximos días habrá también eventos en algunas ciudades europeas en solidaridad a ella. ¿Qué opinas de esa movilización indígena y campesina? ¿Puede representar realmente, cómo parece, un momento de ruptura entre la sociedad colombiana y el gobierno?
S.B. — Creo que es la coincidencia de dos procesos. En un lado me parece que la sociedad empieza a despertar de un largo sueño. Son testigo las movilizaciones de prácticamente todos los sectores sociales: corteros de cañas, estudiantes, profesores, transportadores, jueces, entre otros.
En otro lado está la Minga que es expresión de un lento proceso interno al movimiento Indígena Colombiano, del cual los indígenas Nasa del Cauca son sin duda es sector más fuerte y organizado. La coincidencia de las dos cosas hizo que la Minga se volvió el catalizador y acelerador de todas estas protestas que en algunas manera confluyen. Esto no es casual los Nasa vienen tejiendo, como ellos dicen con otros sectores y movimientos sociales desde hace mucho años. En la historia Nasa se cuentan 4 fases de resistencia, la ultima se denomina de alternativa y empieza más o menos con la constitución del 1991, ósea con la llegada de la ola neoliberal en Colombia. Los Nasa se dan cuenta que el enemigo ya no es el terrateniente, sino un poder multinacional que no se ve. Para enfrentarse entienden que se tienen que abrir a otros actores y seguir luchando untos. Es, si quiérenos el final de la fase solamente indigenista del proyecto Nasa.
A.M. — ¿Qué proyección a largo plazo imaginas pueda tener la Minga en Colombia?
S.B. — Es un proceso largo. En este mes largo la Minga ha tenido mucha visibilidad. En los próximos meses quizás no será así, pero el proceso sigue seguramente a nivel interno y se va fortaleciendo mucho. En la próxima expresión pública será aun más fuerte y tendrá aun más apoyo de otros actores sociales. Esto ha sido verdad en el pasado si pensamos a la que se llamaba Minga por la vida del 2004 y todas las movilizaciones anteriores. Con estas expresiones los indígenas toman momentum y se relacionan con nuevos actores. Se retiran, elaboran y vuelven a salir.
A.M. — ¿Cómo se desarrolla actualmente en Colombia la protesta social y el conflicto armado en el marco de esa criminalización violenta de la protesta y en la actual situación de represión y persecución de la oposición?
S.B. — La criminalización de la protesta es un ejercicio muy practicado en Colombia en donde las FARC se trasforman en la excusa para aplastar los movimientos sociales.
Los movimientos democráticos están aplastados entre el actor estatal y paramilitar por un lado y por las guerrillas por el otro. Todos los movimientos más respetables en Colombia toman una posición de neutralidad o se declaran comunidades de paz, por esto, son atropellados por ambos lados y por ambos actores. La culpa que tienen no es tanto la de no participar, sino de cuestionar el conflicto mismo, que es lo que permite sobrevivir tanto a las FARC cuanto al gobierno. Queda realmente poco espacio para desarrollar la protesta social, tanto físicamente, cuando en el imaginario de los Colombianos que prefieren muchas veces no saber nada de lo que pasa, no opinar y no ser involucrados.
A.M. — ¿No crees que las amenazas a un periodista son la demostración que está haciendo bien su trabajo?
S.B. — O que los indígenas espantan..
A.M. — ¿Cómo periodista amenazado cómo imaginas se pueda seguir trabajando por la libertad de expresión y por la denuncia de las violaciones de los derechos humanos cometidas por el Estado en Colombia?
S.B. — Yo tengo la suerte de ser Italiano y vivir a Bogotá. El apoyo de la prensa Italiana ha sido muy importante, pienso por ejemplo en Maso Notarianni de Peacereporter y Alessandra Coppola del Corriere que por primeros se han preocupados de mi situación. La visibilidad y el respaldo permiten sentirse más seguros. Pero hay centenares de periodistas Colombianos que trabajan y viven en áreas rurales del país, para ellos denunciar lo que pasa quiere decir arriesgar seriamente su vida y las de sus familiares. Esto tiene una repercusión evidente sobre la calidad de la información en el país. Así como la concentración de los medios en la manos de poder económicos muy fuertes, cuya finalidad es maximizar es la ganancia y no es informar. Estos medios serán siempre al servicio del gobernante de turno. No es casual que los activistas decidieron dar el video a CNN y no a los medios Colombianos, eso porque si lo hubiesen dado a un medio Colombiano probablemente ahora poca gente lo conocería. Hablo de los grandes canales de televisión, porque un error que se puede hacer es generalizar sobre la prensa Colombiana. Acá existen unos buenos medios de información y unos excelentes periodistas. Pienso a Semana, El Espectador, el programa Contravia de Hollman Morris, el noticiero de Canal Uno de Daniel Coronell y algunos periodista de El Tiempo y Cambio. Es gracias a ellos si sabemos de los grandes escándalos como por ejemplo el de la parapolitica. Y es por eso que la lista de periodistas amenazados es muy larga.
Traduciamo e diffondiamo una lettera inviata da stimati e riconosciuti intellettuali all’insorgenza colombiana delle FARC-EP, in merito allo scambio umanitario dei prigionieri di guerra in mano alle due parti belligeranti.
A seguire la risposta delle FARC-EP.
LETTERA DI INTELLETTUALI ALLE FARC
mercoledì, 17 settembre 2008
Signori membri del Segretariato:
La soluzione della crisi che investe in diverse forme la società e lo Stato colombiano richiede una attenta riflessione, nonché la partecipazione dei diversi settori espressione della società civile e degli attori impegnati nel conflitto interno armato, sociale e politico che opprime il paese, con l’obiettivo di evitare danni alle istituzioni e propiziare la costruzione di una democrazia piena con giustizia sociale e pace, alla quale tutti si sentano di appartenere.
In virtù di tutto ciò, la nostra aspirazione è di lavorare per sbloccare i cammini che conducano alla concretizzazione di un Accordo Umanitario che permetta la liberazione dei sequestrati in potere all’insorgenza armata delle Farc e, allo stesso tempo, la libertà dei prigionieri di questa guerriglia sotto la giurisdizione dello Stato.
Siamo consapevoli del fatto che una soluzione diversa dall’intesa politica, per celebrare un Accordo Umanitario e facilitare un’uscita negoziata al conflitto, comporterebbe la sofferenza di importanti settori della popolazione, l’imminente pericolo per la vita dei prigionieri che stanno nella selva, la degradazione della guerra, e lo stimolo alla militarizzazione e all’autoritarismo e alla debilitazione istituzionale del processo politico nazionale.
L’escalation del conflitto ha travalicato la geografia nazionale e coinvolge territori di paesi fratelli con diversi atti di violenza istituzionale che hanno posto in difficoltà le relazioni diplomatiche del nostro paese.
Nonostante ciò, siamo certi che i presidenti e i capi di Stato dei popoli fratelli nell’emisfero e dei designati paesi amici europei concorreranno in modo solidale ad appoggiare i processi di dialogo che stiamo proponendo.
Per le ragioni esposte e con l’animo di intraprendere sin d’ora la ricerca di soluzioni a favore della pace in Colombia e la tranquillità degli esseri umani che subiscono il conflitto, vi invitiamo cordialmente a sviluppare un dialogo pubblico attraverso uno scambio epistolare mediante il quale voi, noi e in generale la società colombiana possa identificare gli elementi che permettano di definire una agenda che chiarisca quali siano i percorsi in cui sia possibile intendersi, in attesa del tanto anelato accordo umanitario.
Consideriamo che esiste già un’apprezzabile corrente di opinione che favorisce la promozione di fattori contrari alla soluzione armata e che è in condizione di collocare i referenti adatti per generare un confronto democratico sui temi della pace e della guerra in Colombia, al fine di propiziare la pacifica convivenza all’interno di una nuova etica sociale.
Firmatari: Piedad Córdoba Ruiz, Medófilo Medina, Fabio Morón Díaz, Víctor Manuel Moncayo, Alfredo Beltrán Sierra, Jaime Angulo Bossa, Javier Darío Restrepo, Daniel Samper Pizano, Francisco Leal Buitrago, Iván Cepeda Castro, Marc Chernick, Gabriel Izquierdo S.J., Gloria Cuartas, Alberto Rojas Puyo, Fernán González S.J., José Gutiérrez, Álvaro Camacho Guisado, Fabiola Perdomo E, Apolinar Díaz-Callejas, Lisandro Duque Naranjo, Alberto Cienfuegos, Alpher Rojas Carvajal, Leopoldo Múnera Ruiz, Renán Vega Cantor, Carlos Lozano Guillen, Carlos Villalba Bustillo, Jorge Enrique Botero, Apecidez Álviz F, Carlos A. Rodríguez Díaz, Ricardo Bonilla G, Andrés Felipe Villamizar, Arlen B. Tickner, Zulia Mena, Gustavo Duncan, Lilia Solano, Julio Silva Colmenares, Oscar Mejía Quintana, Olga Amparo Sánchez, Arturo Escobar, Rafael Ballén, William García Rodríguez, César Augusto Ayala Diago, Fernando Cubides Cipagauta, Darío Villamizar H, Luis Fernando Medina, Santiago Araoz F, Fabián Acosta, Ciro Quiroz, Alonso Ojeda Awad, Jimmy Viera, Efraín Viveros, Eduardo Gómez, Carlos Villamil Chaux, Moritz Akerman, Ricardo Montenegro V, Santiago Vásquez L, Enrique Santos Molano, Libardo Sarmiento Anzola, Hollman Morris, Víctor Gaviria, Jaime Caicedo T, Patricia Ariza, Jennifer Steffens, Bruno Díaz, Héctor Moreno Gálviz, Mauricio Archila Neira, Dora Lucy Arias, Carlos Álvarez Núñez, Carlos Medina Gallego, Diego Otero Prada, Guillermo Silva, Luis Enrique Escobar, Eduardo López Hooker, Eduardo Carreño, Alexandra Bermúdez, Fernando Estrada G, Norma Enríquez, Pilar Rueda, Fernando Arellano, Gabriel Awad, Cristo Rafael García Tapias, Alfonso Santos C, Jorge Lara Bonilla, Miguel Eduardo Cárdenas, Andrés Vásquez, Jaime Calderón Herrera, Álvaro Bejarano, Álvaro Delgado, Álvaro Villarraga, Armando Palau, Darío Morón Díaz, Mauricio Rojas Rodríguez, Jairo E. Gómez, Carlos Rosero, Gonzalo Uribe Aristizábal, Edgar Martínez C, Cristina Ortegón, Esperanza Márquez M, Daniel Libreros C, Didima Rico Chavarro, Eduardo Franco Isaza, Evelio Ramírez, Fructuoso Arias, Gabriel García B, Gabriel Ruiz O, Germán Arias Ospina, Gloria Polanco, Gustavo Puyo A, Gustavo García, Hernán Cortés A, Ivón González, Jaime Pulido Sierra, Jaime Vasco A, Juanita Basán A, Juan de Dios Alfonso, Luis Alberto Ávila A, Luis Eduardo Salcedo, Luis Jairo Ramírez H, Marleny Orjuela, Mario Santana, Orsinia Polanco, René Antonio Florez C, Ricardo García Duarte, Rubén Darío Flórez, Sara Leukos, Víctor José Pardo.
RISPOSTA DELL’INSORGENZA
Stimati compatrioti:
Abbiamo ricevuto benevolmente la vostra missiva di settembre, che invita a ricercare collettivamente delle strade verso la pace, diverse dalla attuale linea di guerra perenne del governo, la quale significa persistere nell’impossibile soluzione militare ai problemi politici, economici e sociali che sono alla base del cruento conflitto che strazia il paese.
Accogliamo il maturare di una corrente di pensiero che si distanzia dal falso trionfalismo e dai parametri della soluzione bellicista per i grandi problemi nazionali. Non dubitiamo del successo della vostra iniziativa perché interpreta il sentimento di pace e la volontà della maggioranza.
Questa lettera rappresenta già l’inizio dello Scambio Epistolare che ci proponete per discutere nel merito di un’uscita politica del conflitto, dello scambio umanitario e della pace. Parteciperemo, dinanzi al popolo, ad un dialogo ampio e franco, senza dogmatismi, senza settarismi, e senza pregiudiziali intorno ai temi che suggerite. E’ necessario sforzarci di coinvolgere la più grande quantità possibile di organizzazioni politiche e sociali e di persone indipendenti.
La nostra disposizione nel ricercare le possibilità dello scambio umanitario e della pace con giustizia sociale, che è oggi la necessità più urgente e sentita di tutta la nazione, rimane immutata. La liberazione unilaterale di sei congressisti nel recente passato, consegnati al Presidente Hugo Chàvez e alla senatrice Piedad Còrdoba, intendeva creare le condizioni e l’ambiente propizio allo scambio di prigionieri in potere delle parti contendenti. Questo atto è un’irrefutabile testimonianza di volontà politica.
Molto rispettosamente, suggeriamo, per rafforzare questo nuovo tentativo, di tener conto della manifesta disponibilità della grande maggioranza dei Presidenti latinoamericani, nel contribuire con i propri sforzi, alla realizzazione dello scambio umanitario e della pace.
La immensa bandiera della pace con giustizia sociale dovrà sventolare definitivamente, libera, sotto il cielo della Colombia. La guerra eterna contro il popolo che ci vogliono imporre per perpetrare l’ingiustizia, non può essere il destino della patria.
Ricevete il nostro cordiale saluto,
Compatrioti
Segretariato dello Stato Maggiore Centrale delle FARC-EP
“Ti stai intrufolando dove non devi con troppa forza e verrai schiacciato. Se vuoi diventare un martire con molto piacere soddisferemo il tuo desiderio”.
Simone Bruno, il nostro corrispondente dalla Colombia, è stato oggi minacciato di morte attraverso la sua pagina di Facebook. Detta così, nel nostro Paese dove il social network si usa quasi solo per svago, potrebbe sembrare una cosa da poco.
Ricevere minacce in un paese come la Colombia invece è una cosa molto seria. Negli ultimi dieci anni sono stati uccisi 120 giornalisti, colpevoli di aver denunciato le ingiustizie sociali in una terra stretta tra la brutale repressione del governo e la violenza della guerriglia.
Simone si era recato nello stato del Cauca, nella città di María-Piendamó, per documentare la protesta degli indigeni con le sue splendide foto e i suoi racconti.
Un reportage importante, che raccontava il tentativo degl iindigeni di far conoscere al mondo intero la loro drammatica situazione: secondo la Onic (Organizzazione nazionale indigena colombiana) durante l’ultimo anno sono stati uccisi 1253 indigeni, uno ogni 53 ore, e 54mila sono stati espulsi dalle loro terre ancestrali.
Contro l’esproprio delle terre, la rapina delle risorse, gli indigeni non solo colombiani si stanno battendo da decenni in America Latina. Una battaglia per la vita stessa delle popolazioni. Nella sola Colombia, diciotto dei 102 popoli indigeni ancora esistenti sono oggi a rischio di estinzione, dato che sono composti da meno di 200 abitanti ognuno. Come i Nasa ripetono spesso: “Un indigeno senza terra è un indigeno morto”.
Simone era andato nello Stato del Cauca il 12 ottobre scorso, si era fermato con gli indigeni una settimana. Aveva documentato la brutale azione delle Forze speciali della polizia Colombiana che aveva represso nel sangue le proteste dei Nasa, e per questo è stato minacciato: “Sronzo di merda, ti stai intrufolando dove non devi con troppa forza e verrai schiacciato. Sei coraggioso a buttare sassi e ad aggredire gli agenti dello stato di María e se vuoi diventare un martire con molto piacere soddisferemo il tuo desiderio. Prega, figlio di puttana”.
Simone ha immediatamente avvisato i responsabili di Facebook della minaccia ricevuta, e subito la pagina del mittente è stata rimossa, ma l’identità di chi lo ha minacciato rimane ancora sconosciuta.
Simone Bruno ha trentasei anni, e in Colombia ha scelto di vivere. Lavora lì da cinque anni: “La Colombia — dice a proposito della minaccia ricevuta — evidentemente è ancora lontana dall’essere un paese che rispetta chi la pensa in modo differente. La minaccia è a me, ma diretta a colpire il movimento indigeno”.
Questo il reportages da María-Piendamó, per il quale Simone è stato minacciato di morte.
Ringraziamo Simone per il lavoro che ha fatto, e lo ringraziamo insieme ai popoli indigeni per il coraggio e la passione che con il suo lavoro ogni giorno dimostra.
Maso Notarianni
Vedi le fotografie di Simone Bruno sulla marcia degli indigeni colombiani
Senza dubbio la recente visita in Messico del presidente colombiano Álvaro Uribe è stata “altro” da quello che hanno raccontato in questi giorni i quotidiani messicani e latinoamericani.
Formalmente Uribe sembrerebbe essersi recato in Messico per chiedere al suo omologo Felipe Calderón un aiuto per sollecitare agli Stati Uniti lo sblocco del TLC la cui firma è congelata ormai da mesi.
“Tutto quello che potrà dire Calderón alle orecchie delle autorità, dei mezzi di comunicazione e del popolo nordamericano, potrà essere di grande aiuto per la Colombia. Ho chiesto questo aiuto al presidente Calderón” ha spiegato Álvaro Uribe lunedì 10 novembre, nel corso della sua terza e ultima giornata di visita in Messico.
I due presidenti, nel loro incontro hanno discusso inoltre di alcuni aspetti relativi al Trattato di Libero Commercio in vigore tra i due paesi, concordando sul fatto che alcuni settori commerciali esclusi fino a questo momento dagli accordi debbano essere tenuti invece in maggior considerazione.
Uribe ha inoltre espresso “solidarietà” al paese per lo sforzo compiuto dal Governo nella lotta alla criminalità organizzata e al narcotraffico, confermando in una conferenza stampa, che sia la Colombia che il Messico coopereranno maggiormente in tal senso, ma dichiarandosi tuttavia contrario alla depenalizzazione di alcune droghe come invece proposto recentemente dai presidenti dell’Honduras, Manuel Zelaya e dallo stesso Felipe Calderón.
L’incontro con la destra latinoamericana – Il vertice al Centro Fox
Tuttavia non sono stati soltanto questi i motivi del viaggio di Álvaro Uribe. Infatti, nei giorni immediatamente precedenti la visita ufficiale a Los Pinos, residenza di Felipe Calderón, a San Cristóbal, nello stato di Guanajuato, Álvaro Uribe aveva tenuto un discorso pubblico sul tema della “Sicurezza Democratica” presso il Centro Fox, ambigua struttura creata e diretta dall’ex presidente messicano Vicente Fox, dove si svolgeva il vertice San Cristóbal “Humanismo Eficaz”, organizzato dalla Internacional Demócrata del Centro (IDC). Erano presenti oltre ai rappresentanti dei circa 110 partiti politici di destra e centro destra di 88 paesi diversi che vi fanno parte, il direttore della polizia colombiana e il governatore di Guanajuato, l’ultra conservatore del Yunque, Manuel Oliva.
Era inoltre presente il politico cattolico Eduardo Fernández ex vicepresidente della IDC, ed ex presidente dell’ Organización Demócrata Cristiana de América, (ODCA), organizzazione che come la sua affiliata IDC, riunisce i partiti di tendenza democratico cristiana in America latina, organizzazione più volte accusata di rappresentare le intenzioni golpiste di Washington nella regione e di aver partecipato al colpo di Stato in Cile nel 1973 e in Venezuela nel 2002.
Proprio Eduardo Fernández infatti, fece da tramite tra la Spagna e il Venezuela nell’organizzazione del golpe contro Chávez. Pochi giorni prima dell’11 aprile 2002 lo troviamo infatti a Madrid e poi a Washington dove partecipò ad una riunione dell’ODCA.
Non poteva mancare quindi all’incontro a Guanajuato, Yon Goicoechea, leader del movimento studentesco venezuelano, insignito al premio Milton Friedman per il suo impegno nel “raggiungimento della libertà nel mondo”. In realtà il premio Friedman, conferito a Goicoechea, che consiste praticamente in 500mila dollari, altro non è stato che uno dei tanti modi che gli Stati Uniti hanno trovato per finanziare in Venezuela l’opposizione interna a Hugo Chávez. Goicoechea ha praticamente denunciato nel suo discorso, che il crimine e il narcotraffico stanno dominando di fatto tutto il suo paese e che il presidente venuezolano Hugo Chávez è completamente incapace a garantire la sicurezza dei suoi concittadini. Ha inoltre denunciato che il paese investe 80 volte più negli armamenti che nella sicurezza interna. “A questo si aggiunge uno scenario di violenza politica nel quale si organizzano da parte dello Stato gruppi armati irregolari per reprimere”, ha aggiunto, in quello che è stato uno degli interventi conclusivi del vertice.
Scontato è stato il suo discorso (se si pensa al premio recentemente ricevuto), e anche paradossale se si i considera che è stato fatto al cospetto dell’”ospite d’onore” Álvaro Uribe che notoriamente è un ottimo intenditore di corruzione, gruppi armati irregolari e narcotraffico.
… e quello con l’estrema destra messicana – El Yunque e il caso Sucumbíos
Numerosi sono stati gli incontri che Uribe ha avuto con vari rappresentanti dell’associazione messicana ultra conservatrice di destra El Yunque.
Oltre al governatore dello Stato di Guanajuato, Manuel Oliva, membro del Yunque, Alvaro Uribe si è incontrato nel corso di un colloquio privato con alcune organizzazioni civili tra le quali Mejor Sociedad, Mejor Gobierno e Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C..
E proprio mentre in quei giorni in Messico Uribe veniva dichiarato persona non grata da varie associazioni per la difesa dei diritti umani tra le quali la Limeddh (Lega Messicana per la difesa dei Diritti Umani) e l’Associazione dei genitori e dei familiari delle vittime del massacro di Sucumbíos, vengono rivelati dettagli di un suo colloquio avuto con José Antonio Ortega presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C., nonché dirigente di El Yunque.
Colloquio che Ortega ha richiesto esplicitamente per consegnare personalmente al presidente colombiano copia della denuncia presentata un mese dopo la morte dei quattro ragazzi messicani da lui e dal presidente di Mejor Sociedad, Mejor Gobierno, Guillermo Velazco Arzac, anch’egli vincolato con El Yunque, alla Procura Generale della Repubblica contro Lucía Morett, l’unica sopravvissuta al massacro che attualmente vive in Nicaragua ed altri 15 giovani tra i quali figurano i nomi dei quattro deceduti, per il reato di terrorismo.
Il Yunque, fin dai primi giorni in cui trapelò la notizia che in Ecuador si trovavano ragazzi messicani, cercò con un diffamatoria campagna di denigrazione portata avanti tramite i maggiori mezzi di comunicazione del paese, di accusarli di essere in procinto di progettare “atti di terrorismo” in territorio messicano e li accusò di far parte sia delle FARC che dell’EPR, (Ejército Popular Revolucionario) il maggior movimento armato del paese.
José Antonio Ortega, nel corso del suo colloquio con Álvaro Uribe, ha affrontato infatti il tema della presenza dell’EPR in Messico e non ha perso l’occasione per criminalizzare l’attività politica di Antonio Pavel, un altro sopravvissuto di Sucumbíos, membro della Direzione Collettiva del Comitato Centrale del Partito dei Comunisti, attivista nel recente sciopero dei maestri dello stato di Morelos, segnalando il suo nome al presidente colombiano che ha ringraziato la “società civile” presente all’incontro per la collaborazione e ha chiesto esplicitamente all’ambasciatore colombiano in Messico Luis Camilo Osorio di offrire tutto l’appoggio necessario e di seguire costantemente l’andamento dei procedimenti penali in corso contro i giovani.
Non è un caso che Luis Camilo Osorio sia stato presente all’incontro.
La Limeddh e l’Associazione dei genitori e familiari delle vittime di Sucumbíos da mesi organizzano varie iniziative pubbliche nei pressi dell’ ambasciata colombiana in Messico, dichiarandolo persona non grata nel paese. Ogni primo del mese inoltre, viene consegnato alla rappresentanza diplomatica colombiana un bollettino nel quale vengono affrontati i temi delle violazioni dei diritti umani in Colombia, viene illustrato un profilo dettagliato della figura dello stesso ambasciatore, accusato di aver più volte insabbiato le denunce contro paramilitari e narcotrafficanti e di aver manipolato e sottratto all’azione penale gravi casi di violazioni dei diritti umani quando ricopriva la carica di Fiscal General nel suo paese.
I bollettini inoltre vogliono essere un momento dedicato al riscatto della memoria di Verónica, Sorel, Juan Gonzales e Fernando e quindi un ampio spazio è dedicato alla loro vita, ai loro sogni e a quello che erano e che volevano essere.
Ultimamente la senatrice Rosario Ibarra de Piedra ha consegnato alla Procura Generale della Repubblica più di 12mila firme raccolte chiedendo garanzie per la sicurezza e la libertà di Lucía Morett, in vista di un suo possibile ritorno nel paese e il ritiro delle denunce contro gli altri 15 ragazzi, chiedendo inoltre la fine della criminalizzazione della protesta sociale e delle idee.
Probabilmente anche del caso Morett hanno discusso Uribe e Calderón, ma pare quanto mai evidente, che alla luce di questi nuovi avvenimenti, un ritorno a casa in tutta sicurezza della giovane messicana non è al momento auspicabile per lei.
Guarda il video dell’intervista a Guido Piccoli realizzata da Alessandro di Rienzo
«In America Latina è esagerato dire che democratici e repubblicani uguali sono e allo stesso modo si comportano, ma c’è parte di verità in questo». Per Guido Piccoli, esperto di America Latina, non vi sarà una immediata e drastica inversione di tendenza nella prossima amministrazione Usa verso i governi e popoli dell’America del sud. «Negli ultimi anni l’autore di politiche più pesanti con i popoli latinoamericani fu proprio il democratico considerato più progressista e più amato John Kennedy», ricorda il giornalista autore di Colombia, il paese dell’eccesso. «La vittoria di Obama forse cambierà qualcosa? Forse a essere un po’ più intelligenti, meno arroganti, al fine di ottenere risultati diversi. Ma sul punto più caldo, sul Venezuela, con Caracas che si pone come capitale in opposizione a Washington, Obama ha detto cose che non fanno ben sperare. Ma con la Colombia, che più ha seguito Bush in questi anni, Obama cercherà di ampliare i diritti dell’opposizione e dei diritti umani», ha auspicato Piccoli.
«Un lavoro non facile» aspetterà Barack Obama nel relazionarsi con quello che Gianni Minà un decennio fa considerava come continente desaparecido. Adesso, spiega Guido Piccoli, «il cortile di casa degli Usa non esiste più».
El pasado martes por la noche murió Sisto Turra. Un hombre brusco, irónico y cariñoso como pocos. Un anarquista que amaba provocar a la gente que le hablaba de política. Un excelente maestro para los estudiantes del Policlinico de Padua, hospital principal de esa ciudad. Mucho más que el presidente de la Sociedad Italiana de Ortopedia y Traumatología para los colegas de uniforme blanco que hoy a las 11 de la mañana, le harán un homenaje homenaje en el patio del antiguo Palacio del Bo. Pero lejos de Padua, donde vivió y murió, y de Feltre, donde nació hace 70 años y donde reposarán sus cenizas; Sisto fue principalmente “el padre de Giacomo” asesinado en Cartagena el 3 de septiembre de 1995 cuando contaba solo con 24 años. Sisto empezó a morir en este momento, cuando fue informado por un mariscal del comado de policía de Padua y, a poco después, cuando un oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Farnesina habló de sobredosis. En la narco-Colombia, Giacomo había “razonablemente” muerto por abuso de drogas. Razonable para todos, pero no para Sisto. Cuando, después de atravesar el Atlántico, le fue presentado un cadáver sobre un mármol de la morgue, quedó atónito. “Resígnese” ordenó el oficial del consulado. Pero ese no era el cuerpo de un muerto de sobredosis, sino el de un muchacho masacrado a palizas. Sisto lo gritó a todos aquellos que le aconsejaban de cargar el cuerpo en el primer avión para Italia; a los periodistas que hablaban de un italiano más “que vino a embutirse de coca y marihuana”; a la policía local, que alegó que el muchacho, bajo efectos de las drogas, se había golpeado a sí mismo, brazos, piernas, pelvis, costillas y fémur contra un poste de la luz.
Sisto en aquel entonces no entendía el motivo de tal barbarie. Al igual que Giacomo, graduado en antropología y fascinado por los indígenas de la Sierra Nevada, hacia caso omiso de la otra cara de Colombia: el terrorismo de Estado y los abusos de los hombres en uniforme que, esa noche, por casualidad, no atropellaron a sus víctimas habituales — pobre u opositores -, sino a un joven turista que se había rebelado contra unos ladrones y sus cómplices en uniforme. Sisto encontró una razón para vivir, la de hacerle justicia a su hijo. Movió montañas con el apoyo especialmente de Simonetta, Judith y Battistina, madre, hermana y tía de Giacomo; de la compañera Franca, de tantos amigos tan diferentes entre ellos como los del Centro Social Pedro de la ciudad de Padua o del oficial anti-droga Piero Innocenti de la embajada italiana en Bogotá. Empleó abogados, involucró parlamentarios y parlamentos, jueces y tribunales internacionales, logró debilitar las relaciones entre Roma y Bogotá y hacer encarcelar durante unos pocos meses a los cinco asesinos de Cartagena; hizo publicar un libro de poemas de Giacomo ( “Mi viaje”) y titularle un salón de la Universidad de Padua, estimuló la curiosidad de investigación de García Márquez, miró en la cara y le hizo bajar los ojos a Alvaro Uribe. “Tengo la sensación de no hacer algo por él, sino de hacer algo que él habría hecho” escribió un día. Empezó incluso a amar a Colombia y a los colombianos que reconoció como víctimas, de la misma manera que Giacomo, de la violencia estatal. Leyó que Giacomo se había convertido en un símbolo también en Colombia, donde la prensa había definido “Turra colombianos ” a otras personas asesinadas. Quiso creer en la seriedad del proceso, de la apelación y de la casación. Cuando se acabó la última payasada legal, Sisto empezó a morir de nuevo, rindiéndose de inmediato . Así cómo se rindió el martes, cansado de estar en una cama de hospital, atravesado por sondas y tubos, ya privado de los últimos placeres: Seneca, su whiskey, la Fórmula Uno, el coche rápido sintonizado en la emisora Marilú. Sisto Turra no podía ganar sus batallas. Pero hizo jugó su papel hasta el final. Por lo tanto se quedará en el corazón y en la memoria de quienes lo amaban. Para siempre.
Martedi notte è morto Sisto Turra. Un uomo brusco, ironico e affettuoso come pochi. Un anarchico che amava provocare chi gli parlasse di politica. Un eccellente professore per gli studenti del Policlinico. Molto più che iI presidente della Società Italiana di Ortopedia e Traumatologia per i colleghi in camice bianco che oggi, alle 11, gli tributeranno l’alzabara nel cortile antico del Palazzo del Bo. Ma lontano da Padova, dov’è vissuto e morto, e da Feltre, dove nacque 70 anni fa e dove finiranno le sue ceneri, Sisto era soprattutto «il papà di Giacomo» ucciso a Cartagena il 3 settembre 1995 a soli 24 anni. Sisto cominciò a morire allora, quando fu informato da un maresciallo della questura di Padova, e poi quando un funzionario della Farnesina parlò di overdose. Nella narco-Colombia, Giacomo era «ragionevolmente» morto per droga. Ragionevolmente per tutti, ma non per Sisto. Quando, dopo il viaggio sull’Atlantico, gli fu presentato un cadavere sul marmo dell’obitorio, rimase attonito. «Si rassegni» gli ingiunse il funzionario del consolato. Ma quello non era il corpo di un morto d’overdose, bensì di un ragazzo massacrato di botte. Sisto lo urlò a tutti coloro che gli consigliavano di caricare la bara sul primo aereo per l’Italia, ai giornalisti che parlarono dell’ennesimo italiano «venuto a riempirsi di coca e marijuana», alla polizia locale che sosteneva che il ragazzo, sotto effetto della droga, si fosse fracassato da solo, contro un palo della luce, braccia, gambe, bacino, costole e femore.
Allora Sisto non capiva la ragione di tanta barbarie. Così come Giacomo, laureando in antropologia e affascinato dagli indigeni della Sierra Nevada, ignorava l’altra faccia della Colombia: il terrorismo statale e gli abusi degli uomini in uniforme che quella sera, per caso, se l’erano presa non con le solite vittime — poveri o oppositori — ma con un giovane turista che si era ribellato a alcuni ladroni e ai loro complici in divisa. Sisto trovò una ragione di vita nell’intento di rendergli giustizia. Spostò montagne col sostegno prima di tutto di Simonetta, Giuditta e Battistina, madre, sorella e zia di Giacomo, della compagna Franca, di tanti amici così diversi tra loro, da quelli del centro sociale Pedro di Padova all’ufficiale anti-droga Piero Innocenti. Ingaggiò avvocati, coinvolse parlamentari e parlamenti, giudici e tribunali internazionali, riuscì a incrinare le relazioni tra Roma e Bogotà e a far detenere per qualche mese i cinque assassini di Cartagena, fece pubblicare un libro di poesie di Giacomo («Il mio viaggio») e intitolargli un’aula dell’università di Padova, sollecitò la curiosità investigativa di Garcia Marquez, guardò in faccia e fece abbassare gli occhi a Alvaro Uribe. «Ho la sensazione non di fare qualcosa per lui, ma di fare qualcosa che lui avrebbe fatto» scrisse un giorno. Prese perfino a amare la Colombia e i colombiani che riconobbe vittime al pari, e ancora più, di Giacomo della violenza statale. Lesse che Giacomo era diventato un simbolo anche in Colombia, dove i giornali avevano definito «Turra colombianos» altri morti ammazzati. Volle credere alla serietà del processo, dell’appello e infine della cassazione. Quando fu consumata l’ultima pagliacciata giuridica, Sisto riprese a morire, arrendendosi di colpo. Come si è arreso martedì, stanco di stare in un letto d’ospedale, infilzato da sonde e tubicini, ormai privo degli ultimi piaceri: Seneca, il suo whisky, la Formula Uno, l’auto veloce sintonizzata su radio Marilù. Sisto Turra non poteva vincere le sue battaglie. Ma ha fatto la sua parte fino in fondo. Perciò rimarrà nel cuore e nella memoria di chi l’ha amato. Per sempre.
Álvaro Uribe è stato costretto ad ammettere ieri che la polizia ha usato armi da fuoco contro la folla, di fronte al video della CNN che mostra inequivocabilmente un poliziotto della ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios) nell’atto di sparare contro un obiettivo non ben identificato durante la protesta di martedì scorso organizzata dalle comunità indigene e contadine nel sud del paese. Il CRIC ( Consejo Regional Indígena del departamento del Cauca ) ha denunciato la morte di due indigeni di etnia Paez avvenuta durante la marcia che si stava svolgendo lungo la strada Panamericana e indicando come responsabili degli omicidi proprio i membri della Polizia che si trovavano sul luogo.
Il presidente colombiano, nel corso di una conferenza stampa ha negato tuttavia che gli spari dei poliziotti abbiano causato morti e afferma invece che i due decessi sono avvenuti mentre gli indigeni stavano maneggiando esplosivi.
Versione che tra l’altro sarebbe in contraddittorio con quella fornita da questo video:
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nel quale un colonnello della Polizia immediatamente dopo il decesso delle due persone conferma che questo è avvenuto per arma da fuoco ma fornisce una versione secondo la quale a sparare sarebbero state persone che si trovavano tra la folla dei partecipanti alla marcia.
Versioni discordanti che dimostrerebbero confusione, incapacità e nervosismo nel gestire una protesta che si sta ingigantendo sempre di più.
Intanto si fanno sentire pesantemente anche le condanne a livello internazionale delle continue violazioni dei diritti umani commesse dal governo colombiano e della criminalizzazione e repressione delle legittime proteste del popolo.
La F.I.D.H. (Federazione Internazionale dei Diritti Umani) in un recente documento ha espresso una condanna durissima per quanto sta avvenendo in Colombia ed ha manifestato “profonda preoccupazione” tra l’altro di fronte alle “denunce della presenza di civili armati protetti dalla polizia che sparano ai manifestanti dalle colline, così come per gli atti di barbarie commessi da elementi dell’ESMAD, i quali hanno ferito gravemente un indigeno con il machete, lasciandolo varie ore ferito senza permettere l’accesso ai mezzi di soccorso”.
Alcuni parlamentari europei invece, tra i quali l’onorevole Vittorio Agnoletto, hanno espresso pubblicamente condanna, tramite una dichiarazione parlamentare, della repressione del movimento indigeno e sindacale che sta avvenendo in questi giorni nel paese.
A María-Piendamó, ne cuore del Cauca, si sono concentrati 20.000 indigeni tra cui moltissimi bambini, donne e anziani e in maniera collettiva hanno deciso di occupare la Carretera Panamericana per attirare l’attenzione internazionale e nazionale sulla loro situazione. Questa strada unisce Cali a Popayan e la Colombia con L’Ecuador ed è di vitale importanza.
Il bastone della pace. I Nasa non usano armi, ma sono protetti da una Guardia Indigena munita di un simbolico bastone colorato simbolo di comando, che da sempre fa parte della loro cultura. Guardia possono essere tutti: bambini, donne, uomini, vecchi e giovani. Solo con questo si sono riversati in due punti equidistanti dall’ entrata della Maria per bloccare la strada. Dopo pochi minuti sono arrivati gli Esmad (squadroni antisommossa della polizia) che hanno attaccato con gas e manganelli. Gli indigeni hanno resistito eroicamente fino a quando la polizia ha cominciato a usare fucili a pallettoni e granate non convenzionali composte da polvere da sparo, schegge, chiodi e pezzi di vetro.
Due morti e settanta feriti. Il bilancio solo nel primo giorno di scontri è di settanta feriti e due morti, tra cui Ramos Valencia il cui cranio è stato trapassato da parte a parte da un proiettile. Insieme al piombo sono piovute le accuse presidenziali, echeggiate dal governatore del Cauca Guillermo González Mosquera e dal capo della polizia Oscar Naranjo Trujillo (ex zar antidroga, costretto alle dimissioni dopo che suo fratello è stato arrestato per narcotraffico in Germania), secondo le quali gli indigeni erano armati e istigati dalla guerriglia, mentre l’ Esmad non aveva armi da fuoco.
Le verità. I mezzi di comunicazione colombiani, dimenticando una cosa elementare come verificare le notizie, hanno subito stigmatizzato la protesta facendo da eco alla rabbia presidenziale. Nella Maria non c’è stata istigazione, ma un processo decisionale che viene dal basso e di cui i governatori indigeni non sono che portavoce. Gli indigeni non avevano armi da fuoco, che invece impugnavano i poliziotti, come dimostrano i morti e i feriti, come dimostra il cranio esploso Ramos Valencia e la carne lacerata di altre decine di persone.
Colpa delle Farc. La criminalizzazione della protesta è un esercizio molto comune in Colombia, dove le Farc si trasformano nella scusa perfetta per attaccare i movimenti sociali. Per il presidente i guerriglieri sono: gli studenti, i tagliatori di canna, i giudici, i trasportatoti, i professori, gli Indigeni e i contadini. Se davvero fosse così allora vorrebbe dire che la sua politica di seguridad democratica è un fallimento totale dato che la guerriglia si sarebbe infiltrata in tutto il paese.
Reali sono altre cose. Chi accusa il movimento indigeno è un governo che conta 60 parlamentari coinvolti nello scandalo della Parapolitica. Scandalo che lo stesso governo cerca di insabbiare come confessa José Miguel Vivanco direttore per le Americhe di HRW che ha dichiarato: “L’esecutivo è arrivato a estremi non conosciuti in America Latina per screditare una corte (Corte Suprema di Giustizia) che sta processando a più di 60 congressisti, quasi tutti del governo, per paramilitarismo”. Oppure l’ex governatore del Cauca Juan José Chaux Mosquera, che era uso criminalizzare gli indigeni Nasa e che alla fine del suo mandato è stato premiato dal presidente Uribe con l’ambasciata della Repubblica Domenicana. Incarico a cui è stato costretto a rinunciare una volta rese note alla opinione pubblica le sue frequentazioni. L’ex governatore si incontrava nel palazzo di Narì (nomignolo con il quale nelle intercettazioni telefoniche i paramilitari si riferiscono, mostrando una certa familiarità, al palazzo di Nariño, sede presidenziale) con esponenti di noti paramilitari per contrattare il loro silenzio.
C'è chi usa la penna come un fucile al servizio di giustizia e verità e chi invece, come strumento di potere. E menzogna e falsità sono strumenti di potere. (AM)
“Colombia Invisible” largometraje de Unai Aranzadi. El nuevo teaser.
Lo que hizo Trujillo en el Rio Masacre fu un GENOCIDIO si asumimos la definición de genocidio dada por la el estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional en su artículo n. 6:
A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por “genocidio” cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal:
a) Matanza de miembros del grupo;
b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;
d) Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo;
e) Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.
Reflexionando… cooperación internacional
Creo que la cooperación internacional tenga que dejar definitivamente ese rol compasivo y caritativo que caracteriza sus acciones, que además de permitirle recaudar mucho dinero (sobre el cual hasta cierto punto hay control) y una estructuración demasiado burocrática y clientelar de su aparato, funciona solo como paliativo de las situaciones de subdesarrollo. Si la cooperación no asume la tarea de impulsar cambios ESTRUCTURALES y definitivos en las realidades en las que trabaja nunca, nunca lograremos reducir pobreza y miseria, ya que estas confirmarán, definitivamente ser funcionales al mismo sistema neoliberista.
«Nadie es una isla completo en si mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la Tierra. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; por eso la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca preguntes por quién doblan las campanas porque están doblando por ti».
HONDURAS
23/9 E' stato ucciso l'avvocato Antonio Trejo difensore dei contadini che stanno portando avanti le lotte per la recuperazione delle terre appartenenti ai movimenti MOCSAM, MARCA y el MUCA; aveva presentato inoltre un ricorso di incostituzionalità delle Citta Modello
COLOMBIA/URIBE
El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, concedió docenas de licencias para disponer de pistas de aterrizaje al capo del narcotráfico Pablo Escobar, aseguró la periodista Virginia Vallejo, quien fuera amante del jefe del Cartel de Medellín.
"Por Pablo (Escobar) pude saber que (Álvaro) Uribe le concedió docenas de licencias para disponer de pistas de aterrizaje. Me decía que sin la ayuda de 'ese muchachito bendito' estaría trayendo la pasta de coca a pie desde Bolivia", dijo Vallejo en una entrevista a la revista argentina 'Noticias'. Fue organizada con el motivo de la reedición en Argentina de su libro 'Amando a Pablo, odiando a Escobar', lanzado en 2007.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/124476-escobar-uribe-narcotrafico-colombia-aterrizaje-vallejo
MEMORIA
El 3 de octubre de 1984, Luis Fernando Lalinde Lalinde, de 26 años de edad, fue detenido y posteriormente desaparecido por el Ejercito colombiano. Desde ese día, Fabiola Lalinde emprendió la búsqueda de su hijo. Aunque sufrió constantes hostigamientos e intimidaciones, logró encontrar el cadáver de Luis Fernando después de 4.428 días de incesante búsqueda. Fue detenido en el marco de la “Operación Cuervos” adelantada por el ejército, cuando se encontraba en Jardín (Antioquia) tratando de rescatar un guerrillero herido del EPL, en 1984, durante el Proceso de Paz del Presidente Belisario Betancur, cuando este movimiento político se encontraba en cese al fuego.