Caso Becerra: porqué renuncio a la redacción de la revista ALBAinformazione
“La solidaridad con el movimiento revolucionario puede ser tomada como pretexto, pero nunca será la causa de las agresiones yanquis. Negar la solidaridad para negar el pretexto es ridícula política de avestruz, que nada tiene que ver con el carácter internacionalista de las revoluciones sociales contemporáneas. Dejar de solidarizarse con el movimiento revolucionario no es negarle un pretexto sino solidarizarse de hecho con el imperialismo yanqui y su política de dominio y esclavización del mundo.” (Fidel Castro Ruiz)
Estimados amigos y colegas, esta nota para informarles de haber decidido, después de un momento de reflexión, dejar la redacción de la revista ALBAinformazione.
Esta decisión no ha sido ciertamente fácil y su motivación está relacionada a cuanto ocurrido al camarada y periodista Joaquín Becerra, editor de la agencia de comunicación ANCOLL y miembro fundador de la Agencia Bolivariana de Comunicadores (ABC).
Su detención, en el día 23 de abril por el gobierno venezolano y la posterior deportación después de dos días en Colombia, efectuada en violación del Derecho Nacional e Internacional, me han herido profundamente como militante anti imperialista y antifascista, como activista por la defensa de los derechos humanos, como internacionalista, pero sobre todo como persona que ha sido siempre solidaria con la Revolución Bolivariana con el proceso político en marcha en Venezuela que tiene en el presidente Hugo Chávez su promotor y alma y hacia quien, por esta razón, todos tenemos una deuda moral innegable.
Además de eso, dos acontecimientos que considero hasta más graves de la deportación de Joaquín, han concurrido a confirmar esta decisión. Primero, la declaración del presidente Chávez quien dijo que nosotros que apoyamos Joaquín somos un “movimiento infiltrado hasta la medula” y que lo “sembramos en Venezuela como una papa caliente”. Esto es simplemente ofensivo e inaceptable y no hay que añadirle más comentarios que no sea el de relevar de que se trata de afirmaciones completamente gratuitas. Segundo, los graves hechos de censura ocurridos en el canal TeleSUR y la destitución de la presidenta de la Radio del Sur Cristina Gonzáles por parte del ministro del Poder Popular para la Comunicación y la Información, Andrés Izarra. Radio del Sur fue entre los medios independientes que han apoyado Joaquín y han dado cobertura a las protestas contra la decisión del gobierno.
Lamentablemente las mismas posturas del gobierno de Chávez hacia Joaquín, o sea tildarlo de “papa caliente” o revolucionario irresponsable si no infiltrado, o casi considerarlo como un daño colateral necesario para que el proceso revolucionario pueda seguir su misión, las he relevado en varias discusiones de estos días entre los mismos integrantes de la redacción de la revista. Aunque con muchos de ellos me une amistad y compromiso revolucionario, no puedo dejar de sentir estas acusaciones como si fueran dirigidas contra mi misma u otros estimados amigos, camaradas y periodistas que están en serio riesgo de que le pase lo mismo que a Joaquín.
Mi compromiso, aunque mínimo, en la redacción de la revista ALBAinformazione (a la que estaba dedicada también una sección especial en mi pagina web), lo he asumido desde el principio como la manera con que poder expresar prácticamente el internacionalismo militante, que creo sea también una de las formas con que se manifiesta la solidaridad como “ternura de los pueblos”.
Estaba convencida de que, en el caso de Venezuela, propio por su gobierno que siempre he considerado “amigo”, estar en la redacción de la revista era también la forma con la cual poder conjugar además de la solidaridad con las luchas de los pueblos, también la solidaridad hacia un gobierno que propio estas luchas afirma de querer defender contra el capitalismo y el imperialismo, pero sobre todo contra las poderosas oligarquías de los países latinoamericanos todavía serviles a los Estados Unidos y Europa.
La solidaridad con el gobierno venezolano me parecía tan debida y tan necesaria propio porqué por estas posiciones y por las reformas sociales, importantes que estaba actuando en el país se encontraba continuamente bajo amenaza desde varios lados, no ultimo el militar, que se podía desplegar desde las bases norteamericanas situadas en la cercana Colombia.
Venezuela, representa para muchos de nosotros la esperanza de la realización del gran sueño de Simón Bolívar, la integración latinoamericana, la construcción de la Patria Grande; una oasis de resistencia y creatividad política y humana en el Sur del mundo contra la prepotencia y el predominio económico pero también cultural del Norte.
Por lo tanto, considero la deportación en Colombia de Joaquín Pérez Becerra una gravísima injusticia (sobre todo porque cometida en violación de la Convención de Ginebra de 1951 que prohíbe la entrega de una persona que goza de asilo político en el país desde donde esta persona tuvo que huir), pero también y sobre todo me parece una injusticia desde un punto de vista humano y revolucionario.
Entregar un hombre en las manos de sus verdugos seguramente no es revolucionario, pero sobre todo no es ético y no es civil.
Joaquín, recuerdo, se vio obligado a huir propio de Colombia hace muchos años, para no convertirse en otro número de los más de 4000 muertos del genocidio político de la Unión Patriótica conocido con el macabro nombre de Baile Rojo. Antes de llegar a Suecia, que le concedió el estatus de refugiado político, los paramilitares y el ejército colombiano le habían secuestrado y matado a su primera esposa.
Quisiera decirle al presidente Chávez che incluso la reaccionaria Italia berlusconiana ha negado la entrega solo hace unos meses del líder del PKK de nacionalidad holandesa, detenido en su territorio, a Turquía que pedía su extradición.
Otra elección es siempre posible. Siempre hay una salida digna cuando no se quiere poner por encima de todo y todos la razón de Estado, este “monstruo canceroso que todo lo devora” como escribió recientemente el intelectual argentino Néstor Kohan respecto a este tema.
No, presidente Chávez, camaradas y amigos de la redacción, no se molesten, pero no puedo aceptar en silencio esta injusticia y también no puedo aceptar en silencio la acusación que se nos hace de ser un movimiento infiltrado “hasta la medula”. Esta acusación golpea en manera baja e infamante muchas personas, movimientos sociales y políticos cercanos y con quienes solidarizo.
Joaquín no es un terrorista como nosotros no somos infiltrados ni por la CIA ni por el DAS. No quiero poner en dificultad a nadie, en lo contrario siempre hemos defendido el proceso actual en Venezuela y lo seguiremos haciendo.
Joaquín Becerra ha sido invitado varias veces a Caracas para dar conferencias, debates y encuentros. En una de estas reuniones publicas nació la Agencia Bolivariana de Comunicadores (ABC) de la que él fue miembro fundador, a la que también pertenece mi pagina web, y que quiere ser un espacio comunicacional para dar voz a nuevas experiencias de construcción del socialismo en Venezuela, a las luchas del pueblo colombiano, a las noticias ocultadas por los medios capitalistas, a las luchas de liberación de los pueblos de otros países, como el palestino y el libio por ejemplo.
Puedo entender entonces muy bien y no me quedo indiferente frente a ellas, las muchas señales de inquietud, confusión, desorientación y rabia que recibo todos los días de parte de amigos, colegas y compañeros de Joaquín, propio porque en ellas se reflejan mis mismas preocupaciones y mi mismo extravío.
Extravío que nace de la sensación que desde hace algún tiempo las cosas han cambiado en Venezuela sobre todo respecto a las relaciones con la cercana Colombia. No entiendo y no acepto pero como se pueda lograr esto sacrificando ideales, pero sobretodo personas. Y aquí la victima sacrificial es un camarada, un periodista y un militante quien siempre ha defendido sin vacilación, la Revolución bolivariana de cualquier ataque, no solamente los que llegaban desde los Estados Unidos sino también desde las poderosas oligarquías latinoamericanas, desde los grupos empresariales vinculados a las fuerzas conservadoras europeas, desde los monopolios de la información mainstream.
Es por lo tanto, respecto al “nuevo curso” que ha tomado el gobierno venezolano hacia la solidaridad revolucionaria, que necesito reflexionar con calma y objetividad.
Hace tres años el presidente Chávez hablaba frente a la Asamblea Nacional en estos términos: “las FARC y el ELN son fuerzas insurgentes que tienen un proyecto político y bolivariano que aquí es respetado”.
Mientras ahora a la ligera son entregados en las manos del gobierno colombiano miembros de la guerrilla o periodistas que son paragonados a terroristas como Chávez Abarca, acusado de ser el principal ejecutor material e intelectual de algunos de los más graves atentados terroristas en Cuba. O internacionalistas vascos como Walter Wendelin son expulsados del país sin ninguna razón.
Sabemos que este “nuevo curso” no ha tenido inicio con lo ocurrido a Joaquín y espero que no sean verdaderas las declaraciones como la que ha hecho al diario colombiano El Tiempo el ministro de Defensa de Colombia Rodrigo Rivera, que dice que para destruir las FARC hay que “cerrar cualquier posibilidad de lo que se llama salida política a esta confrontación” y que eso se logra “por el camino de la cooperación internacional… El caso de Joaquín Pérez es verdaderamente rutilante… La inteligencia de la Policía…logra establecer que viajaría a Venezuela. Y de forma resuelta, sin vacilaciones, el gobierno de Venezuela, en un tema coordinado con el presidente Chávez directamente, nos ha respondido enviándolo a Colombia. Y nos han dicho que frente a cualquier información como esta que les demos, ellos van a responder de la misma manera”.
Me gustaría obtener respuestas de parte del gobierno venezolano respecto a declaraciones alarmantes de este tipo. ¿Significa acaso que en futuro, cada vez que Colombia pida a Venezuela un militante, un refugiado político, un periodista (tal vez sobre la base de acusaciones inventadas como las que sacan de la computadora de Raúl Reyes), Venezuela procederá de oficio?
Siento la necesidad de apoyar el proceso revolucionario en Venezuela pero desde una perspectiva más apartada pero no menos solidaria.
Siento que no puedo seguir dando mi aporte a una revista que nació como forma de apoyo internacionalista e intelectual a un gobierno que se dice revolucionario y socialista pero que no duda en entregar en manos de sus verdugos una potencial víctima.
Además de la posibilidad de ser solidaria a un gobierno a cualquier condición y a cualquier costo, hasta a precio de la vida y de la solidaridad de un compañero, siento que tengo la posibilidad y el deber de hacerlo con quienes luchan desde abajo con tenacidad, a veces con dolor, pero que no se doblegan a juegos de poder.
La Revolución bolivariana, ese magnífico proyecto político que nos hace esperar en una América latina capaz de salir a cabeza alta con dignidad de las infamias del pasado de las dictaduras y de los crimines contra la humanidad, está hecha no solamente por el gobierno, sino también por muchos colectivos, personas y fuerzas políticas que sin vacilación, siguen luchando a cabeza alta contra el capitalismo internacional, contra el imperialismo de diferente color y bandera, contra la prevaricación del mas débil sobre el más fuerte.
Seguiré a sustentar y a defender este proyecto común y la esperanza que representa, desde esta postura.
“No existen poderes buenos” decía una celebre canción del cantor italiano Fabrizio De Andrè. Tal vez tenía razón…
Annalisa Melandri
Republica Dominicana, 22 mayo 2011
Caso Becerra: perché rinuncio a far parte della redazione della rivista ALBAinformazione
“La solidarietà con il movimento rivoluzionario può essere presa come pretesto, ma non sarà mai la causa delle aggressioni yankee. Negare la solidarietà per negare il pretesto è una ridicola politica da struzzi, che nulla ha a che vedere con il carattere internazionalista delle rivoluzioni sociali contemporanee. Smettere di solidarizzare con il movimento rivoluzionario non è negargli un pretesto ma solidarizzare di fatto con l’imperialismo yankee e la loro politica di dominio e schiavizzazione del mondo”. (Fidel Castro Ruiz)
Cari amici e colleghi, la presente per comunicarvi di aver deciso, dopo un difficile momento di riflessione, di rinunciare a far parte della redazione della rivista ALBAinformazione.
Tale decisione, sicuramente non facile, nasce per quanto accaduto al compagno e giornalista, Joaquín Pérez Becera, direttore della rivista ANCOLL e tra i fondatori dell’ Agenzia Bolivariana di Comunicatori (ABC).
Il suo arresto, il 23 aprile scorso, da parte del governo venezuelano e la successiva deportazione due giorni dopo in Colombia, avvenuta violando il Diritto Nazionale e Internazionale, mi hanno profondamente ferita, come militante anti-imperialista e antifascista, come attivista per la difesa dei diritti umani, come internazionalista ma soprattutto come persona sempre solidale verso la Rivoluzione bolivariana, il processo politico in corso in Venezuela di cui il presidente Chávez è promotore e anima e verso il quale proprio per questo, tutti noi abbiamo un debito morale innegabile ma anche aspettative significative.
Oltre a questo, sono avvenuti altri fatti che considero forse anche più gravi dell’arresto e della detenzione di Joaquín e che hanno fatto in modo che confermassi la mia decisione. Il primo, la dichiarazione del presidente Chávez che ha detto che tutti noi che appoggiamo Joaquín siamo un “movimento infiltrato fino al midollo” e che lo abbiamo “seminato in Venezuela come una patata bollente”. Questo è semplicemente offensivo e inaccettabile e non c’ è altro da aggiungere se non che si tratta di affermazioni completamente gratuite. Secondo, i gravi fatti di censura avvenuti in TeleSUR e la destituzione del presidente della Radio del Sur Cristina Gonzáles da parte del ministro del Potere Popolare per la Comunicazione e Informazione, Andrés Izarra. Radio del Sur è stata tra i mezzi di comunicazione indipendenti che hanno appoggiato Joaquín e hanno dato copertura alle proteste contro la decisione del governo.
Purtroppo le stesse posizioni del governo di Chávez verso Joaquín, e cioè il qualificarlo come “patata bollente” o rivoluzionario irresponsabile, se non infiltrato, o quasi considerandolo un danno collaterale necessario per il proseguimento del processo rivoluzionario, le ho rilevate in varia misura in questi giorni tra gli stessi membri della redazione della rivista. Anche se a molti di loro mi unisce amicizia e impegno rivoluzionario, non posso non sentire queste accuse come se fossero dirette contro me stessa o contro altri amici, compagni e giornalisti che si trovano in serio rischio che accada loro quanto accaduto a Joaquín.
Il mio se pur minimo impegno nella redazione della rivista ALBAinformazione, (alla quale era dedicata anche una apposita sezione nel mio sito personale), l’ho inteso fin dall’ inizio come forma con la quale poter esprimere praticamente quell’ internazionalismo militante, che credo sia anche una delle forme con le quali si manifesta la solidarietà sentita come “tenerezza dei popoli”.
Ero convinta che, nel caso del Venezuela e di quel governo che ho sempre considerato “amico”, questa fosse anche la forma con la quale poter coniugare oltre alla solidarietà ai popoli in lotta, quella verso un governo che proprio quelle lotte afferma di voler difendere e proteggere contro il capitalismo e l’ imperialismo, ma soprattutto contro le potenti oligarchie dei paesi latinoamericani ancora asservite agli Stati Uniti e all’ Europa.
La solidarietà al governo venezuelano mi sembra un atto dovuto e necessario proprio perché per queste sue posizioni e per le riforme sociali importanti, che sta attuando nel paese, si trova continuamente sotto attacco da più fronti, non ultimo quello della minaccia di aggressione militare che gli Stati Uniti possono dispiegare proprio dalle loro basi situate in Colombia.
Il Venezuela rappresenta per molti di noi la speranza per la realizzazione del sogno grande di Simón Bolívar, l’ integrazione latinoamericana, la costruzione della Patria Grande; un’ oasi di resistenza e creatività politica e umana nel Sud del mondo contro la prepotenza e il predominio economico ma anche culturale del Nord.
Per tutto ciò considero la deportazione in Colombia di Joaquin Perez Becerra una gravissima ingiustizia, sia dal punto di vista giuridico, (contraria alla Convenzione di Ginevra del 1951 che proibisce la consegna di una persona che gode di asilo politico al paese dal quale tale persona è dovuta fuggire), ma anche e soprattutto un atto contrario ai principi della solidarietà rivoluzionaria. Infine, consegnare un uomo nelle mani dei suoi carnefici non e’ etico e non e’ civile.
Joaquin, è stato costretto a fuggire dalla Colombia molti anni fa, per non diventare un numero in più degli oltre 4000 morti del genocidio politico della Unión Patriótica, conosciuto con il macabro nome di Baile Rojo. Prima di trovare rifugio in Svezia, paese che gli ha concesso poi lo status di rifugiato politico, i paramilitari e l’esercito colombiano sequestrarono e ammazzarono la sua prima moglie.
Vorrei far presente al presidente Chávez che perfino l’attuale governo reazionario dell’ Italia, si è rifiutato appena qualche mese fa di consegnare nelle mani della Turchia, che ne reclamava l’estradizione, un leader del PKK-KURDO arrestato nel proprio territorio, di nazionalità olandese.
Un’ altra scelta è sempre possibile. Esiste sempre una via d’uscita diversa dalla ragion di Stato, “spaventoso cancro che tutto divora”, come ha recentemente scritto l’intellettuale argentino Néstor Kohan proprio rispetto a questa vicenda.
No, presidente Chávez, compagni e colleghi di redazione, non me ne vogliate, ma io non me la sento di avallare questa ingiustizia in silenzio, come non me la sento di accettare in silenzio le accuse che ci sono state mosse di “ essere un movimento infiltrato fino al midollo”. Questa accusa colpisce in modo basso e infamante tante persone, movimenti sociali e politici ai quali sono vicina e con i quali sono solidale.
Joaquín non è un terrorista come noi non siamo infiltrati né dalla CIA né tanto meno dal DAS (i servizi segreti colombiani). Non vogliamo mettere in difficoltà nessuno, al contrario abbiamo sempre difeso il processo in corso in Venezuela e lo continueremo a fare.
Joaquín Becerra è stato invitato tante volte a Caracas per tenere conferenze, dibattiti e incontri. Proprio da uno di questi incontri pubblici è nata la Agencia Bolivariana de Comunicadores (ABC) della quale lui è stato uno dei fondatori, della quale fa parte anche il mio sito e che voleva essere uno spazio comunicazionale che desse voce alle nuove esperienze di costruzione del socialismo in Venezuela, alle lotte del popolo colombiano, alle notizie occultate dai media capitalisti, alle lotte di liberazione dei popoli di altri paesi, come per esempio quello palestinese e libico.
Capisco quindi e non sono indifferente ai tanti segnali di inquietudine, smarrimento, disorientamento e rabbia che quotidianamente mi giungono da amici, colleghi e compagni di Joaquín, proprio perché in quei segnali si riflettono le mie inquietudini e il mio smarrimento.
Smarrimento che nasce anche dalla sensazione che da tempo qualcosa stia cambiando in Venezuela, soprattutto rispetto alle relazioni con la vicina Colombia.
Non accetto però che questo venga fatto sacrificando ideali, e soprattutto persone. Qui la vittima sacrificale è un compagno, un giornalista e un militante che ha sempre difeso la Rivoluzione bolivariana dagli attacchi statunitensi, dalle potenti oligarchie latinoamericane, dai gruppi imprenditoriali legati alle forze conservatrici europee, dai monopoli della comunicazione mainstream.
E’ pertanto sul “nuovo corso” del governo venezuelano rispetto alla solidarietà rivoluzionaria che ho bisogno di riflettere con calma e obiettività.
Soltanto un paio di anni fa il presidente Chávez di fronte all’ Assemblea Nazionale parlava in questi termini : “Le FARC e l’ ELN sono forze insorgenti che hanno un progetto politico e bolivariano che qui rispettiamo.”
Adesso invece vengono consegnati nelle mani del governo colombiano membri della guerriglia o giornalisti come fossero criminali comuni e terroristi paragonandoli addirittura a terroristi veri come Chávez Abarca accusato di essere il mandante e l’esecutore materiale di alcuni dei più gravi attentati contro civili a Cuba. Oppure allo stesso modo espulsi internazionalisti baschi come Walter Wendelin.
Sappiamo che questo “nuovo corso” non è iniziato con la vicenda di Joaquín. Spero non corrisponda al vero quanto dichiarato dal ministro della Difesa della Colombia Rodrigo Rivera al quotidiano colombiano El Tiempo, e cioè che per distruggere le FARC bisogna chiudere “ogni possibilità alla soluzione politica al conflitto” e che questo si ottiene “attraverso la cooperazione internazionale”, aggiungendo che “il caso di Joaquín Pérez Becerra è illuminante … i servizi segreti della Polizia riescono a stabilire che lui andrà in Venezuela, e in forma sbrigativa, senza tentennamenti, ci hanno risposto mandandocelo in Colombia. E ci hanno detto che di fronte a qualsiasi informazione come questa che gli abbiamo dato, risponderanno nello stesso modo”.
Bene, vorremmo tutti avere delle risposte dal governo venezuelano rispetto a dichiarazioni inquietanti di questo tipo. Dobbiamo aspettarci che ogni volta che la Colombia richiede al Venezuela un militante, un rifugiato politico, un giornalista, magari sulla base di accuse costruite ad arte, magari tirate fuori dal “famoso” computer di Raúl Reyes, il Venezuela deporterà d’ ufficio?
Voglio continuare ad appoggiare il processo rivoluzionario in corso in Venezuela da una posizione più defilata, ma non meno solidale.
Non riesco più a dare il mio contributo a una rivista che è nata come forma di sostegno internazionalista e appoggio intellettuale a un governo che si dice rivoluzionario e socialista, ma che non esita a consegnare nelle mani dei suoi carnefici una potenziale vittima.
Oltre alla possibilità di rimanere solidali a un governo a qualsiasi condizione e a qualsiasi costo, anche a prezzo della vita e della sicurezza di un nostro compagno, sento di avere la possibilità e anche il dovere di farlo verso chi lotta dal basso, con tenacia e forse sofferenza e non si piega a giochi di potere e logiche di Stato.
La Rivoluzione bolivariana, quel magnifico progetto politico che fa sperare in una America latina capace di uscire a testa alta dalle infamie delle dittature del passato e dei crimini contro l’umanità, va oltre l’azione del governo, è attività dei tanti collettivi, tante persone e forze politiche che senza compromessi di sorta, continuano a lottare contro il capitalismo internazionale, contro l’imperialismo di ogni colore e bandiera, contro la prevaricazione del più forte sul più debole.
Continuerò a sostenere quel progetto comune e coltivare la speranza che esso rappresenta, al fianco di chi lotta dal basso.
“Non esistono poteri buoni”, diceva una celebre canzone di Fabrizio De Andrè. Forse aveva ragione…
Annalisa Melandri - www.annalisamelandri.it
Repubblica Dominicana, 22 maggio 2010
Lettera aperta al Venezuela di Bolívar
Lettera aperta al Venezuela di Bolívar
di Narciso Isa Conde
Stimati/e compagni/e e connazionali della nostra America:
Ci sono forti segnali che indicano come il governo bolivariano del Venezuela sia caduto nella trappola della collaborazione con quello della Colombia, rispetto alla criminalizzazione di quanti/e si battono e solidarizzano con la lotta per la libertà, per la pace con dignità e per l’emancipazione di questo paese fraterno, flagellato da oltre cinquanta anni da una guerra sporca messa a punto dal potere con il patrocinio USA. In questo contesto “penalizzante” sono stato preso di mira dalla perversa alleanza tra la Colombia e gli Stati Uniti.
L’ ostilità del regime colombiano è stata sistematica da un certo periodo di tempo a questa parte e proprio rispetto a questo fatto, alcuni mesi fa una fonte affidabile mi ha dato informazioni avvisandomi del rischio di viaggiare all’ estero attraverso o verso paesi che non offrivano garanzie di rifiuto alle pretese della Colombia e degli Stati Uniti di detenermi per processarmi o uccidermi, a seconda dei casi. Qualcosa di simile si tramava – e si trama contro altri compagni.
Nello specifico, in vista del fatto che queste intenzioni erano sempre più accertate, mi si raccomandò che evitassi tutti gli scali intermedi nei miei viaggi in Venezuela e che adottassi tutte le precauzioni necessarie, perfino quella di usare voli diretti per raggiungere questo paese amico, dando per scontati i vincoli di solidarietà e le identità rivoluzionarie esistenti tra il nostro Movimento Caamañista e le forze che governano il Venezuela.
Auto-limitazioni
Fui profondamente grato verso quel gesto e consolidai il mio impegno rispetto a tutto ciò con l’appoggio dei miei compagni/e di lotta:
· Rinunciando a un viaggio a El Salvador dopo essere stato invitato nel gennaio scorso all’ iniziativa di omaggio al comandante Schafik Handal, indimenticabile amico e compagno.
· Non partecipando quest’ anno al seminario internazionale “Los partidos politicos y Una Nueva Sociedad” realizzato lo scorso mese di marzo in Messico con il patrocinio del Partido del Trabajo (PT) di questo paese.
· Scusandomi con i compagni del partito “Primera Linea” della Galizia che recentemente mi avevano invitato alle loro Giornate Indipendentiste.
In sintesi: in questo primo quadrimestre del corrente anno mi sono limitato a un viaggio con volo diretto a Caracas alla fine di marzo per partecipare a due attività: il seminario “Solo Marx” organizzato dall’ alcaldia di Girardot-Maracay e dal Frente Alfredo Maneiro) e l’ Omaggio a Manuel Marulanda (patrocinato dal Capitolo Venezuelano del Movimento Continentale Bolivariano — MC della cui Presidenza Collettiva sono coordinatore).
Questo viaggio si é realizzato senza grandi problemi anche se ci sono stati alcuni segnali che non facevano sperare nelle garanzie convenute, cosa che mi ha obbligato a prendere precauzioni aggiuntive e cercare appoggi complementari.
Nuovi rischi
Trascorse alcune settimane ci troviamo di fronte alla drammatica cattura avvenuta all’ aeroporto di Maiquetía-Caracas e alla immediata estradizione in Colombia del compagno Joaquín Pérez Becerra, direttore dell’ agenzia di stampa Anncol, membro della Asociación Bolivariana de Comunicadores (ABC) nazionalizzato in Svezia e perseguitato con lʹaccusa di “terrorismo”, azione repressiva montata sulla base di accuse false e pregiudizi simili a quelli che ha utilizzato contro di me ed altri dirigenti rivoluzionari della nostra America e del mondo, il regime narco paramilitare terrorista della Colombia, sponsorizzato dalla CIA e dal MOSSAD. Tutto ciò di concerto con il governo venezuelano per iniziativa del presidente colombiano Manuel Santos.
L’ associazione tra le alte gerarchie militari e civili dei governi del Venezuela e della Colombia per organizzare questo fatto vergognoso non ha bisogno di ulteriori prove. Ambedue le parti hanno ammesso la collaborazione, incluso i presidenti dei rispettivi paesi.
E non si tratta di un fatto isolato. Sicuramente si inserisce all’ interno di accordi di maggior portata e profondità in materia di sicurezza intergovernativa, come si evidenzia dalle dichiarazioni recentemente offerte dal ministro della Difesa della Colombia, Rodrigo Rivera (APORREA 1-05-2011), il quale riferendosi alla cattura ed all’ estradizione di Joaquín ha precisato che “il governo del Venezuela, in un tema coordinato direttamente con il presidente Chávez, ci ha risposto inviandolo in Colombia. E ci hanno detto che rispetto a qualsiasi informazione come questa che gli abbiamo dato, risponderanno nello stesso modo”.
Quanto affermato da parte della Colombia fino ad oggi non è stato smentito e a ciò si è aggiunto l’annuncio enfatico che il regime colombiano rifiuta la negoziazione politica del conflitto armato e che attualmente persegue la sconfitta militare dell’ insorgenza, cercando l’appoggio internazionale per isolare e colpire le organizzazioni politico militari. Tutto questo nel contesto dell’abbandono, di fatto, da parte del Venezuela, della neutralità e della sua adesione alla persecuzione degli/delle stigmatizzati/e come “terroristi/e”.
D’ altra parte ho ricevuto informazioni molto serie che rivelano la determinazione di dare continuità a questa collaborazione tra la Colombia e il Venezuela e mi mettono in guardia sulle conseguenze repressive che potrebbero darsi se in simili circostanze decidessi di andare in Venezuela.
Prima di ricevere questa informazione da fonte assolutamente di fiducia, accompagnata dalla raccomandazione di non recarmi in Venezuela, non sono state poche le preoccupazioni e gli inviti alla prudenza che, solo per intuizione, mi hanno rivolto amici/che di qua e di là.
Ironia della storia?
Sembra una vicenda – ma non lo è — di fiction storica. In realtà possiede un toccante senso ironico rispetto allo sviluppo dei processi di ispirazione rivoluzionaria.
Tutto sembra indicare che la piazza libera bolivariana, il Venezuela di Chávez, tristemente e in modo assurdo, stia diventando ogni volta sempre più ostile verso settori coerenti e impegnati con la difesa dei principi di questo processo; cioè contro una parte dei suoi migliori sostenitori e sostenitrici dentro e fuori allo stesso processo.
Stante le cose in questo modo la principale oasi dell’ unità bolivariana presenta alcuni segnali di cedimento, manifestati nella negazione di abbracci solidali e da congiure utilitaristiche ingiustificabili a favore dei protagonisti dello stato terrorista colombiano, accettati ora incoerentemente come alleati occasionali nonostante siano nemici accaniti.
Vincolato storicamente come lo sono, — insieme a molti altri compagni/e - al processo di speranza iniziato da Chávez e dal MBR-200 nello stesso istante in cui un divino “golpista” (allora stigmatizzato ferocemente dagli stessi che adesso ci criminalizzano e perseguitano) pronunciò a frase “por ahora”, questa situazione mi sembra veramente paradossale.
Prove di arretramenti e incoerenze rischiose nell’ accidentato divenire della rivoluzione. Ironia della storia!
Dilemma e attesa
Nel mio caso, data la situazione difficile da digerire, sono costretto nell’ immediato a restare confinato nella mia “patria chica” (dove il costo politico di estradarmi e/o assassinarmi é immenso e i mezzi di difesa superiori) o assumere — se fosse necessario e se fossi motivato a farlo - l’ alto rischio che vorrebbe dire viaggiare in Venezuela in queste circostanze onorando impegni latinoamericanisti o partecipando a eventi organizzati da forze e associazioni che apprezzano il mio apporto, soprattutto se il presidente Chávez e il suo governo definitivamente non offrono garanzie inequivocabili che non avverranno più situazioni come quella del compagno Joaquín Pérez.
Il dilemma é forte anche se non imminente.
A mio avviso é possibile e necessario aspettare lo sviluppo dei fatti scatenati da questa aggressione inqualificabile, che mira ad essere diretta contro tutti i criminalizzati dal DAS, dalla CIA e dall’ assassino Santos. Già in precedenza guerriglieri delle FARC e dell’ ELN e militanti della sinistra basca sono stati vittime di tale politica.
Sono stato invitato a partecipare a vari eventI che saranno realizzati in Venezuela alla fine di maggio e al principio di giugno dell’ anno in corso.
Valuterò bene l’evolvere di questa grave situazione e la reazione del governo bolivariano rispetto al mio caso e a quello di altri compagni per agire di conseguenza.
Cercherò di difendere con coraggio i miei diritti e le mie relazioni storiche con la rivoluzione venezuelana, evitando di diventare inutilmente vittima dell’ imposizione delle “ragioni di questi Stati” o un pezzo sacrificale nello scacchiere della mal chiamata “politica reale”. Lo farò in tutti i casi simili.
Misurerò bene i miei passi rifugiandomi soprattutto nella ragione della politica rivoluzionaria di fronte agli illegittimi interessi di stati e di governi.
Non mi sottrarrò ai rischi che l’interesse generale del movimento e le mie intime convinzioni mi reclameranno come necessari. Non l’ ho mai fatto.
Sicuramente la fiducia si è incrinata non per decisione personale ma a causa di ingratitudini e incoerenze di alcuni protagonisti di un processo trasformatore che abbiamo difeso e continueremo a difendere con integrità e coraggio, ma senza canonicità, senza incondizionalità e senza lodi.
Coloro i quali la hanno infranta sono chiamati a ristabilirla, modificando percorsi e attitudini con l’ internazionalismo coerente, principi validi ed etica rivoluzionaria.
Attenderemo senza fretta i segnali del processo e della vita per prendere altre decisioni più precise.
Credo che agendo in questo modo non solo sto interpretando il mio sentire e le mie convinzioni ma anche quelle di tutti/e coloro che sono ingiustamente penalizzati/e da questa scoria che governa in Colombia e negli Stati Uniti.
Siamo militanti di largo respiro, combattenti per la vita, ostinati nell’idea che la giustizia dovrà farsi strada contro venti e maree, contro calunnie, stigmatizzazioni e sopraffazioni.
Crediamo sia dignitoso ribellarsi in casi come questo e rispetto ad ogni violazione dei diritti, abuso di potere o accordo indegno anche se commesso da guide meritevoli e leader stimati.
La nostra ribellione questa volta ha una grande carica di tristezza, anche se non tanta da annullare la nostra continua lotta per l’allegria.
E’ triste pensare al Venezuela bolivariano come “terra proibita”.
Molto triste, però – insisto – questa tristezza non ha il potere di chiudere la strada alla nostra lotta per la felicità, il benessere comune e la bellezza umana. Faccio fatica a credere che questi nobili propositi non saranno raggiungibili da questo popolo valoroso e dai suoi fratelli solidali nel mondo, come anche le rettifiche che aprono subito spazio al dialogo, alla fiducia e all’armonia; senza deporre identità e senza sacrificare la diversità che arricchisce la vita.
Bolívar vive!
Caamaño vive!
Narciso Isa Conde
Coordinatore del Movimento Caamañista (MC) e della Presidenza Collettiva del Movimento Continentale Bolivariano (MCB)
9 maggio 2011 Santo Domingo, RD.
Traduzione di Annalisa Melandri
Chávez sbanda pericolosamente, tradisce il popolo colombiano e pugnala alle spalle i bolivariani
Fonte: Associazione Nazionale Nuova Colombia
Quelle dei settori democratici, bolivariani e rivoluzionari colombiani, traditi da un ex-bolivariano che ha indossato in tempi record le vesti pestilenti di Santander (colui che tradì il progetto del Libertador di costruzione della Patria Grande latinoamericana), e umiliati nel più profondo della loro memoria storica (la consegna del giornalista Joaquín Becerra, superstite del massacro dell’Unión Patriótica per mano dell’oligarchia di cui il presidente venezuelano è diventato ‘compagno di merende’, è un affronto imperdonabile). Quelle di moltissimi soggetti della sinistra e delle forze antimperialiste latinoamericane, europee, australiane e via dicendo, che vedevano in Chávez un bastione di resistenza, denuncia e coerenza contro l’imperialismo nord-atlantico, e che di colpo si rendono conto che questa percezione va rivista e necessariamente messa in discussione.
E quelle di gran parte del movimento bolivariano venezuelano, dalle organizzazioni popolari dei quartieri storici di Caracas come il ‘23 de Enero’ al Partito Comunista, passando per le associazioni di artisti ed intellettuali, contadini e lavoratori, sindacati e collettivi.
Qualcuno, al netto di una candida ingenuità o di una scarsa informazione, potrebbe interpretare la codarda consegna allo Stato paramilitare colombiano del direttore di ANNCOL come un fulmine a ciel sereno. Tuttavia, questa vergognosa vicenda non può essere compresa appieno se non all’interno di un processo degenerativo che la “Rivoluzione bolivariana” e le “sinistre progressiste” latinoamericane sperimentano e retroalimentano da tempi non sospetti.
E’ sufficiente analizzare la composizione dell’esecutivo, il passato e il presente di una gran parte dei ministri di Chávez (a cominciare da quello delle Comunicazioni, Andrés Izarra) e la progressiva estromissione dalle cariche di maggior peso di quei compagni (come ad esempio Eduardo Samán) che non hanno accettato di essere cooptati, comprati o silenziati dalla nomenclatura di Miraflores.
Ma potremmo andare oltre: il Partito Socialista Unito del Venezuela, PSUV, che annovera tra i suoi più importati dirigenti alcuni personaggi di dubbia moralità come il parlamentare Diosdado Cabello, è diventato terreno di conquista per opportunisti e politicanti vecchi e nuovi che si riciclano manipolando le basi; e le Forze Armate e di Polizia, in cui abbondano generali ed ufficiali di vario rango che mal sopportano le lotte quotidiane di lavoratori e contadini per i loro diritti e per la radicalizzazione del processo bolivariano, pur chiamandosi “bolivariane” continuano ad essere permeate da delinquenti e anticomunisti.
In sintesi, un conglomerato di interessi ed ambizioni di potere che, se da una parte s’azzuffa con la vecchia oligarchia della IV Repubblica, dall’altra fa di tutto per impedire lo smantellamento dello Stato borghese nonostante i proclami infarciti di “Socialismo del secolo XXI” e di “Integrazionismo latinoamericano”.
LA “NUOVA” POLITICA INTERNAZIONALE DEL VENEZUELA
La consegna di Joaquín Pérez Becerra al fascista Santos è la diretta conseguenza di una politica internazionale sbiadita e sciagurata, fatta di concessioni e concezioni distorte in cui le “ragioni di Stato” sono il perno e l’internazionalismo rivoluzionario è una scomoda variabile (dipendente dalle prime) ormai superata.
Molti, in Venezuela e nel mondo, hanno avvertito un campanello d’allarme quando rifugiati baschi prima, e guerriglieri delle FARC e dell’ELN più recentemente, sono stati deportati rispettivamente in Spagna e in Colombia. Allorché Chávez ha iniziato a tessere le lodi del guerrafondaio Santos, definendolo “il mio miglior amico”, ed al ripristino delle relazioni diplomatiche tra i due paesi hanno fatto seguito accordi non solo in materia economica, commerciale e di infrastrutture ma anche di “sicurezza”, la preoccupazione è diventata una triste costatazione. Ne è la riprova il recente sdoganamento santista-chavista del dittatore honduregno Lobo (capo di un governo illegittimo che altro non è che l’estensione politico-temporale del golpe griffato Obama-Micheletti), che verrà reintegrato nell’Organizzazione degli Stati Americani e che riceverà nuovamente gli agognati barili di petrolio di PetroCaribe, con cui potrà rimpinguare i serbatoi dei blindati che reprimono il popolo di Morazán. Sdoganamento, cui si unito in seconda battuta l’inadeguato e velleitario Zelaya, presentato dal governo venezuelano come una vittoria della diplomazia di Miraflores, che esibisce promesse melliflue –da parte dei golpisti honduregni– di clemenza nei confronti di una resistenza honduregna sulla cui testa si sta cucinando la riabilitazione del regime sanguinario di Tegucigalpa. In sostanza, dovremmo credere alle promesse di un branco di lupi mannari che “s’impegnano” a non sbranare gli agnelli, certamente eroici ma pur sempre inermi.
Infine, ma non in ordine d’importanza, non possiamo ignorare un altro, squallido tassello del mosaico: il caso Walid Makled. Narcotrafficante ed affarista venezuelano di origine siriana arrestato nell’estate 2010 in Colombia, ha dichiarato di avere in suo possesso registrazioni audio-video compromettenti che dimostrerebbero il coinvolgimento di alti funzionari venezuelani in attività illecite e torbide. Indipendentemente dalla fondatezza o meno di queste accuse, strumentalizzate puntualmente dagli USA, una cosa è certa: il governo Chávez ha fatto e sta facendo di tutto affinché la Colombia lo estradi in Venezuela (che lo accusa di omicidio) e non negli Stati Uniti (che lo accusano di narcotraffico). E’ ineludibile domandarsi perché Chávez si premuri tanto di mettere le mani su Makled, la cui estradizione Santos si è impegnato a concretizzare a breve termine (come gaiamente annunciato dal ministro degli Esteri venezuelano Maduro poche ore dopo che Joaquín Pérez veniva sbattuto nel carcere Modelo di Bogotá), e non faccia altrettanto per ottenere l’estradizione, sempre dalla Colombia dove vive come un eroe, di un certo Carmona Estanga, presidente de facto dei golpisti nell’aprile 2002.
LE INCONGRUENZE DI CHÁVEZ
In meno di un anno, lo stesso regime paramilitare colombiano è diventato un “affidabile partner per l’integrazione” (con cui il Venezuela, tra le altre cose, condivide la presidenza di Unasur); il nemico Santos è diventato il “miglior amico”, e l’insorgenza colombiana un branco di “terroristi”, di cui Chávez non rivendica più il riconoscimento di forza belligerante (“Le FARC e l’ELN non sono terroriste, sono veri eserciti e bisogna dargli un riconoscimento”, disse Chávez nel gennaio 2008 di fronte all’Assemblea Nazionale, aggiungendo: “Sono forze insorgenti che hanno un progetto politico e bolivariano che qui rispettiamo!”)
Sempre nel giro di pochi mesi, quello che prima era un governo illegittimo e golpista (ci riferiamo a Lobo) è diventato un valido interlocutore con cui pianificare mosse politiche e nuovi affari, in cambio di briciole ancora saldamente nel paniere dell’oligarchia honduregna.
Lo stesso Chávez che non ha mai risparmiato parole di adorazione nei confronti del Libertador Simón Bolívar, elogiandone la coerenza, la tenacia e l’irriducibile volontà di sconfiggere il colonialismo e le oligarchie complici, oggi getta con un calcione i rivoluzionari colombiani in pasto a squali e coccodrilli narcoparamilitari. Pugnala alle spalle non solo guerriglieri che hanno impugnato le armi perché in Colombia l’opposizione legale è stata e continua ad essere sterminata senza soluzione di continuità, ma anche un giornalista come Joaquín Pérez Becerra che guerrigliero non è.
E lo consegna in meno di quarantotto ore dal suo arresto avvenuto all’aeroporto di Maiquetía violandone i più elementari diritti, essendo Joaquín cittadino svedese (naturalizzato da almeno un decennio dopo aver ottenuto lo status di rifugiato in Svezia in qualità di superstite del genocidio dell’Unión Patriótica). Joaquín non ha subito un’estradizione in piena regola, per rendere esecutiva la quale si sarebbe dovuto pronunciare un tribunale venezuelano; e non gli hanno permesso di parlare con i suoi avvocati né ricevere la visita del console svedese a Caracas, mantenendolo in stato di totale isolamento e, come denunciato dallo stesso Joaquín dal carcere Modelo di Bogotá, è stato trattato come una merda dalla Guardia Nazionale venezuelana e dal ministro Izarra. E su di lui non pendeva, come invece trasmesso da Santos a Chávez nella telefonata tra amici in cui il primo ha chiesto al secondo il favore personale di “recapitarglielo” con ogni mezzo, un mandato di cattura internazionale dell’Interpol, che altrimenti sarebbe stata effettuata in Svezia (dove Joaquín viveva da anni) o nel vigilantissimo aeroporto di Francoforte, dove il direttore di ANNCOL si è imbarcato con destinazione Caracas.
Quando un gruppo di ciarlatani norvegesi ha assegnato il ridicolo Premio Nobel per la Pace al guerrafondaio Obama, ci siamo identificati con la critica di Chávez che faceva rilevare come ci fosse un’insostenibile contraddizione in termini. Oggi, registriamo la stessa, indifendibile incongruenza se pensiamo che il presidente venezuelano, fresco vincitore del “Premio Rodolfo Walsh” (giornalista argentino assassinato dalla dittatura di Videla), ha trattato come un delinquente ed una volgare merce di scambio un giornalista che ha patito sulla propria pelle le sevizie di un’altra dittatura, quella degli oligarchi colombiani, le cui mani sporche di sangue non potranno mai ripulire né il teatrino parapolitico neo-granadino né le elezioni farsa di turno.
Sempre recentemente, Chávez ha criticato la corruzione e i vecchi vizi ancora fortemente presenti all’interno del suo partito, il PSUV, ed in altri ambiti della politica nazionale; per essere coerente con questa ineccepibile disamina, Chávez dovrebbe depurare una gran parte delle istanze dirigenti, a partire dall’esecutivo che presiede ed in particolar modo dal ministro delle Comunicazioni e dell’Informazione, Andrés Izarra. Questo “bolivariano” da operetta, già giornalista della CNN e della NBC negli anni ’90, ha prima annunciato sul suo blog l’arresto di Joaquín come se si trattasse di una grande vittoria delle autorità venezuelane, per poi imporre a tutti i giornalisti dei media ufficiali il silenzio circa la nazionalità svedese di Joaquín, il suo carattere di giornalista rivoluzionario solidale col Venezuela e, naturalmente, le violazioni ai suoi diritti fondamentali. Grazie a questo traditore i media governativi venezuelani, che dovrebbero informare con principi e paradigmi diametralmente opposti a quelli dei media borghesi internazionali, hanno fatto una pessima figura, per nulla mitigata da una o due eccezioni coraggiose (Vladimir Acosta su RNV e il gagliardo Walter Martínez del programma Dossier). Mentre si consumava lo scempio ai danni di Joaquín, non trovava niente di meglio da fare che lodare “gli sforzi di Santos per far fronte alle alluvioni” che stanno martoriando tre milioni di colombiani, per lo più abbandonati alla loro sorte dal nuovo “miglior amico” di Chávez.
Un altro ministro campione di “bolivarismo”, il cancelliere Nicolás Maduro, ha giocato un ruolo rilevante in tutta questa vicenda, e con il tempo potremo scoprire ulteriori dettagli. Per il momento, ci “deliziamo” con le sue recentissime dichiarazioni rilasciate alla stampa in occasione dell’incontro dei ministri dell’Ambiente del Vertice degli Stati dell’America Latina e dei Caraibi, Celac: “Il rispetto del Venezuela al Diritto Internazionale è indiscutibile, non ci sottomettiamo al ricatto di nessuno, da qualunque parte provenga, perché stiamo agendo in modo trasparente e in sintonia con la Legge e con le responsabilità che ha lo Stato venezuelano”.
Questo burocrate che veste camicia e basco rossi, rosso di fuori e marcio dentro come talune mele bacate, ha avuto anche la sfacciataggine di rimproverare la Svezia (che ha legittimamente e dovutamente chiesto spiegazioni alla cancelleria di Caracas per questa consegna di un suo cittadino senza il benché minimo rispetto dei passaggi legali e dei diritti sanciti dalla Costituzione Bolivariana medesima), domandandosi perché le autorità scandinave avessero permesso a Joaquín Pérez di uscire dal territorio svedese. La risposta la conosciamo tutti, compreso il signor Maduro: Joaquín è cittadino svedese, gode dello status di rifugiato e dei protocolli internazionali che ne riconoscono le relative garanzie, e aveva tutto il diritto di muoversi liberamente. Maduro fa orecchie da mercante, e chiosa con una dichiarazione che ci fa sorridere: “Noi continueremo a lavorare per un mondo di uguali, opponendoci alle guerre e costruendo l’integrazione dell’America Latina”. Sappiamo bene che per i tecno-burocrati come i menzionati ministri ci sono “uguali” più uguali di altri, la guerra a morte dell’oligarchia colombiana contro il popolo non è poi così importante, e la “integrazione” dell’America Latina è fatta soprattutto di megaprogetti, polidotti ed accordi politici con qualunque governo e stato, anche se terrorista e genocida come quello colombiano.
Ad ogni modo, se qualcuno nutrisse ancora dei dubbi circa la buona o mala fede del presidente venezuelano, il campo è stato definitivamente sgomberato dalle sue recentissime dichiarazioni. Infatti, incalzato da più parti si è visto obbligato a pronunciarsi, uscendo dall’autismo in cui era piombato e proferendo parole scandalose ed infantili: “La responsabilità non è mia, il primo responsabile è quel signore (Joaquín) che viene qua sapendo che l’Interpol lo sta ricercando con codice rosso”, aggiungendo che “Qualcuno dovrebbe dire chi lo ha invitato a venire qua, chi gli ha organizzato la trappola, come tutti sapevano…”; rivolgendosi poi a non si sa bene chi, anche se intuiamo che il riferimento sia a tutti quelli che hanno protestato per la vergognosa consegna di Joaquín a Santos, ha la sfrontatezza di dire: “Infiltrati, sono movimenti infiltrati sino al midollo”.
Ammesso e non concesso che Chávez abbia elementi per affermare una cosa così grave, dovrebbe essere esplicito e dire chi sarebbe infiltrato da chi, presentando elementi probatori. Il Movimento Continentale Bolivariano? Il Partito Comunista del Venezuela? I collettivi e comitati autogestiti del 23 de enero? O forse le migliaia e migliaia di persone, giornalisti, lavoratori, giovani, donne ed indigeni che in questi anni hanno interloquito con ANNCOL e che stimano Joaquín Pérez in virtù del tenace lavoro di denuncia e sostegno alle lotte dei popoli del mondo, a partire dalla resistenza colombiana e dal processo bolivariano in Venezuela?
Non soddisfatto, il primo inquilino di Miraflores è caduto nel grottesco con un’altra, infamante dichiarazione: “Così come abbiamo consegnato Chávez Abarca al governo di Cuba, abbiamo consegnato Pérez Becerra al governo della Colombia!” A chi non fosse informato, ricordiamo che Francisco Chávez Abarca è un terrorista anticastrista, già mano destra di Posada Carriles ed autore di diversi attentati terroristici ai danni di vari hotel e centri turistici cubani. Bel paragone Chávez, complimenti! Mettere sullo stesso piano un criminale prezzolato dalla CIA ed un superstite del peggior genocidio politico nella storia dell’America Latina, ci fa capire di che pasta tu sia fatto…
Chávez si è ulteriormente contraddetto quando ha rincarato la dose di ipocrisia: “Io non sto dicendo che lui sia un terrorista, spero che il governo della Colombia rispetti i suoi diritti umani e il diritto alla difesa”. Perché il mandatario di Miraflores non ha rispettato i diritti umani ed il diritto alla difesa di Joaquín? Perché, nel comunicato diffuso subito dopo l’arresto di Joaquín all’aeroporto di Caracas, si afferma che “il Governo Bolivariano ratifica in questo modo il suo impegno irriducibile nella lotta contro il terrorismo…”? E perché insiste sulla questione del mandato di cattura dell’Interpol ai danni di Joaquín, e non esige una spiegazione all’Interpol stessa che ha unilateralmente depennato, dalle sue liste di persone ricercate, diversi banchieri venezuelani scappati all’estero dopo aver speculato ed affamato il suo popolo per anni?
Infine, l’atteggiamento arrogante ed autoreferenziale del presidente venezuelano si è manifestato con un’ultima “chicca”: “Io prendo le decisioni e mi assumo le mie responsabilità, nessuno può venire qui a ricattarmi, né l’estrema sinistra né l’estrema destra!”
A parte il fatto che, alla luce dell’evoluzione del caso del mafioso Walid Makled, ci pare di poter confermare che l’estrema destra colombiana sta ricattando, eccome, il governo venezuelano, è del tutto sconsiderato bollare come “ricattatori di estrema sinistra” un pezzo importante del movimento bolivariano venezuelano e latinoamericano, nonché intellettuali del calibro di Adolfo Pérez Esquivel, James Petras, Hernando Calvo Ospina, Michel Collon, Carlos Aznares, François Houtart, Carlos Lozano, Jorge Beinstein e Juan Carlos Vallejo (tanto per citare solo alcuni dei firmatari di una lettera internazionale a Chávez di critica e invito alla rettifica).
Inoltre, non capiamo in quale dimensione spazio-temporale si trovi il vicepresidente venezuelano Elías Jauja, che dopo la consegna di Joaquín ha avuto l’ardire di ribadire la “solidarietà del Venezuela con i movimenti rivoluzionari internazionali”, come se non fosse successo niente. Se il governo venezuelano manda al macello un giornalista bolivariano, figuriamoci cosa dovrebbero aspettarsi i militanti dei movimenti rivoluzionari internazionali… Probabilmente, di essere ingabbiati anch’essi al loro arrivo a Caracas per una qualche “ragion di Stato”!
RIPERCUSSIONI E CONSEGUENZE
Alcuni adoratori/adulatori acritici del presidente e dei vertici venezuelani, dopo il primo smarrimento dovuto al carattere indifendibile dell’infame consegna di Joaquín alla Colombia, hanno dato fondo alla propria materia grigia (piuttosto amorfa, a dire il vero) per cercare di giustificare l’irresponsabile decisione di Chávez: “non si poteva fare altrimenti”, “se non l’avessimo consegnato gli Stati Uniti ci avrebbero invasi”, “se l’Interpol lo chiedeva, bisognava darlo alla Colombia”, “Chávez starà soffrendo molto per questa dolorosa decisione che salverà la Rivoluzione”, e via dicendo. Squallidi ed imborghesiti “intellettuali” da salotto, dediti ad arrampicarsi sugli specchi come scarafaggi. Altri ancora, emuli delle destre più becere e in perfetto stile inquisitorio, si sono spinti ben oltre: “Pérez Becerra doveva starsene buono in Svezia”, “Chi gli ha detto di venire qui a crearci problemi?”, “Qualcuno deve averlo pagato e manipolato per venire qui a creare uno scandalo internazionale e provocarci”… Sono frasi, titoli e concetti che si commentano da soli. E che sulla rete e negli ambiti in cui si discute accesamente dell’accaduto sono stati e continuano ad essere nettamente minoritari.
Decine di migliaia di messaggi, sms, mail, articoli, commenti nei blog, denuncie, appelli e adesioni sono circolati negli ultimi giorni sulla rete e nelle piazze, e molti altri sono in arrivo. Tutti, indipendentemente dalla calibratura più diplomatica o “incazzata” dei contenuti, hanno un minimo comun denominatore: le massime autorità hanno fatto un gesto grave, la consegna di Joaquín ad un regime sanguinario è sbagliata e Chávez (a cui piace esser chiamato “Comandante”) deve assumersene la responsabilità. A maggior ragione nella misura in cui, come le sopracitate dichiarazioni del cancelliere Maduro confermano, si tratta di una politica di Stato.
La consegna del direttore di ANNCOL è un grave errore etico, e lo abbiamo abbondantemente argomentato in questo articolo e negli altri comunicati e news diffusi. Violando principi elementari di solidarietà e internazionalismo, da parte di chi si dice “rivoluzionario”, inocula un virus devastante nel processo che rafforza il pragmatismo borghese e pregiudica irrimediabilmente la credibilità di chi ne è portatore. Inoltre, ricalca per modalità e complicità il famigerato Plan Condor, con cui negli anni ’70 del secolo scorso le dittature latinoamericane perseguitavano e mandavano al massacro militanti rivoluzionari.
E’ un miope errore politico, perché come ha detto la sinistra rivoluzionaria venezuelana, “la fiducia è fratturata”. Fatto grave, questo, se si pensa che anche Chávez ed il Psuv si erano finalmente resi conto che senza l’importantissimo contributo dei settori che la compongono, la difesa e lo sviluppo del processo (in chiave elezioni 2012, ma non solo) sarebbero molto più ardui. A ciò aggiungiamo che la consegna di Joaquín a Santos avalla un castello accusatorio complessivo le cui “prove” provengono dalla stessa lampada di Aladino (i presunti computers di Raúl Reyes) con cui hanno criminalizzato e criminalizzeranno ancora, tra gli altri, anche il presidente venezuelano.
Ed è un colossale errore strategico, a cui Chávez ed i suoi comprimari arrivano dopo un’elaborazione analitica che ricorda molto quella di Gheddafi alla fine degli anni ’90: collaborare col nemico, stringere forti alleanze col gran capitale e coi regimi reazionari e voltare le spalle ai rivoluzionari di altri paesi, come quelli colombiani, è il frutto della pia illusione che così facendo si neutralizzerà la controrivoluzione (interna ed esterna), e si toglieranno pretesti all’imperialismo. Tuttavia, la prima lavora a pieno regime, infischiandosene delle sempre più soventi concessioni di Chávez, ed il secondo, come insegna la storia, non ha bisogno di pretesti, se li fabbrica ad hoc per aggredire paesi e stati non più funzionali alle sue proiezioni geopolitiche, economiche e militari.
In un sol colpo, Chávez ha perso la fiducia della sinistra rivoluzionaria, in Venezuela e nel mondo, e non ha certo scalato il ranking delle preferenze della destra (quella colombiana in primis), che ha manovrato abilmente per indebolirlo adesso, sfruttandone allegramente l’inconsistenza ideologica e l’incoerenza, per poi sferrare il colpo finale quando l’imperialismo avrà deciso di mettere le mani definitivamente sul petrolio venezuelano.
Nel frattempo, migliaia di persone in tutto il mondo, siano essi giornalisti alternativi, militanti bolivariani, intellettuali critici o semplici lavoratori e studenti, colombiani e non, continueranno a lavorare in sostegno alla lotta per la liberazione dal giogo dello sfruttamento e del neo-colonialismo che eroicamente conduce, sui più diversi terreni, il popolo colombiano. Non dobbiamo lasciarlo solo, così come vorrebbero gli opportunisti che lavorano per “cambiare tutto” affinché non cambi niente. E non dobbiamo lasciare soli i rivoluzionari venezuelani, chiamati in questo momento storico ad intensificare la lotta di classe e di resistenza per sconfiggere l’oligarchia pro-imperialista da una parte, e la destra endogena (travestita da bolivariana) che fagocita i gangli del potere dall’altra.
E, naturalmente, dobbiamo sostenere e accompagnare Joaquín Pérez Becerra, la cui vita è in pericolo in un vigliacco carcere di Bogotá che l’oligarchia ha nottetempo dato in comodato d’uso al paramilitarismo, e i 7500 prigionieri politici colombiani rinchiusi nelle peggiori condizioni per il solo fatto di essere oppositori di un regime antidemocratico e antipopolare. Lo stesso con cui adesso va a braccetto il presidente Chávez, che è corresponsabile di ciò che potrebbe capitare al direttore di ANNCOL.
Associazione nazionale Nuova Colombia
Pacto cumplido?
Extraditado a Venezuela el narcotraficante Mackled con todas las garantias.
Joaquín Becerra ha sido deportado ilegalmente y entregado en las manos de sus verdugos colombianos como en los años oscuros del Plan Condor.
Padre Andrés Tamayo: un sacerdote sulle barricate
Un sacerdote sulle barricate
Di: Geraldina Colotti
Fonte: il manifesto
Leader ambientalista e portavoce del «Fronte di resistenza popolare al colpo di stato» del 2009, Teologo della liberazione, il religioso salvadoregno ha messo la sua vita al servizio degli ultimi.
L’Honduras è piccolo, ma è un paradiso su cui le multinazionali hanno allungato le mani facendo grandi profitti senza dare nulla alle popolazioni locali. L’Italia lo conosce solo per “L’Isola dei famosi”, ma gira la testa di fronte alle violazioni dei diritti umani perpetrati da un golpista di origine bergamasca come Micheletti e alle responsabilità di un magnate dei media comeRafael Ferrari». Non usa mezzi termini padre Andrés Tamayo, quando si tratta di difendere gli ultimi: in questo caso quell’oltre 63% di honduregni che, nel paese centroamericano grande come un terzo dell’Italia, vive sotto la soglia di povertà. «Ho scelto di abbracciare la causa del popolo — dice al manifesto -, con mezzi pacifici ma senza risparmio». Al punto di diventare un dirigente del Frente di resistencia popular in Honduras: «Mi occupo – spiega – del settore Orientamento, di far crescere la coscienza nella base». Il Vangelo di Tamayo è quello della Teologia della Liberazione. Nato in Salvador, è stato chierichetto di Oscar Romero, l’arcivescovo di San Salvador, ucciso il 24 Marzo 1980 da un sicario del governo mentre celebrava la messa. Una fine a cui è scampato di misura anche lui, sopravvissuto in Honduras a cinque attentati. Quattro dei suoi più stretti collaboratori sono stati uccisi da sicari mai identificati. Gli ultimi due tentativi di eliminarlo si sono verificati dopo il colpo di stato del 28 giugno 2009, che ha costretto all’esilio il presidente Manuel Zelaya. Da allora, Tamayo è obbligato a nascondersi: «Sono stato espulso – precisa — dal paese e da quella Chiesa che non ha alzato la voce insieme al popolo, ma a favore del potere; che ha chiuso i suoi spazi alla protesta e, a differenza della chiesa di base, ha perso l’opportunità di agire da profeta del futuro: e non ha più fra la popolazione che lotta per una causa giusta». In quanto leader del Movimento ambientalista dell’Olancho (Mao), nel 2004 Tamayo ha ricevuto il prestigioso Goldman Prize, il Nobel alternativo per l’ambiente. In questi giorni, è in Italia per un giro di conferenze, ospite del centro Balducci di Zugliano (Udine) e dei missionari comboniani e ha parlato con il manifesto della situazione in Honduras e del suo impegno per la giustizia sociale.
Un sacerdote in politica e con un ruolo preminente. Com’è cominciata?
Ho sempre avuto un’inclinazione sociale per la giustizia e per il bene comune della popolazione e sempre in questa chiave ho inteso il processo pastorale. Negli anni ’90, quand’ero parroco nel municipio di Salamà ho partecipato ai movimenti per la difesa della foresta, contro lo sfruttamento selvaggio delle miniere d’oro, che inquinano i corsi d’acqua, e per il governo delle risorse naturali. L’Honduras è sempre stato depredato delle sue risorse, soprattutto del legname. Nel 2000 ci siamo resi conto che, in dieci anni, il paese aveva già perso più del 10% delle proprie foreste. Gran parte del legname veniva tagliato illegalmente, venduto soprattutto negli Stati uniti e in Europa: un volume d’affari che avrebbe consentito alla popolazione di vivere in modo dignitoso, invece vedevamo gli alberi scomparire, la pioggia diminuire, le falde acquifere inaridirsi, i contadini impoveriti spinti alla deforestazione selvaggia. Quattro multinazionali — una delle quali, la Sansoni, è italiana mentre la più importante è cubanoamericana, la Aljoma Lumber — si sono impadronite di queste risorse, hanno il monopolio dell’esportazione. Nella parte nordorientale del paese, dove si trova l’Olancho, il dipartimento più grande, riserve della biosfera come quella del Rio Platano sono state devastate. Nel 2000, la popolazione ha cominciato a protestare, a chiedere una moratoria al taglio del legname. Nel 2002, ho partecipato a uno sciopero della fame di 30 giorni, e si è messo in moto il processo che ha portato a due marce per la vita: la prima, nel 2003, di 190 km, e quella del 2004 a cui hanno partecipato oltre 50.000 persone provenienti da tutto il paese. Cercavamo di ottenere un tavolo di trattativa, ma il colpo di stato contro il presidente Manuel Zelaya, il 28 giugno 2009, ha chiuso ogni via d’uscita. Anche allora mi sono messo a fianco del popolo, per infondere coraggio a chi manifestava per i propri diritti. L’attuale governo di Porfirio Lobo è lì per garantire mano libera allo sfruttamento delle risorse da parte delle grandi famiglie e delle multinazionali che controllano l’80% della ricchezza. Ogni cinque minuti si distrugge un ettaro di bosco.
Gli indigeni garifuna, gli afro-discendenti che vivono lungo la costa Atlantica e che sono i più colpiti dalla devastazione di propri territori, a febbraio hanno organizzato l’Asamblea Constituente de los pueblos indiegenas y negros de Honduras e il 1 di aprile hanno dato vita a una marcia contro la repressione. Qual è il loro peso politico nel movimento di resistenza?
Molto forte. I garifunas vivono in Honduras da oltre 200 anni. I loro territori sono quasi un paradiso e per questo gli indigeni vengono deportati. Il pretesto è il turismo. A Roatan, dove si sta girando il reality «L’isola dei famosi», vi sono villaggi turistici e commerci gestiti da grandi imprese occidentali, che cercano di corromperli offrendo loro briciole. Gli afrodiscendenti, però, si sono organizzati e partecipano con le loro rappresentanze al Frente. In molti hanno pagato con la vita. Anche se l’elezione di Porfirio Lobo è stata una farsa a cui oltre il 65% dei cittadini non ha partecipato, in questo momento il potere ha in mano tutte le leve, chiunque cerca di opporsi viene ssassinato. La Cia, insieme all’esercito colombiano e ai servizi segreti israeliani, addestra imilitari agli assassinii mirati degli oppositori, e poi fa credere che si tratti di delitti comuni. Il governo ha cercato di sbiancare il colpo di stato con una Commissione di verità costituita unilateralmente, mentre noi chiediamo che ne venga formata una vera per far luce sugli omicidi di maestre, giornalisti, sindacalisti… Le organizzazioni indigene e ambientaliste continuano a presidiare le sorgenti, organizzano momenti di resistenza contro la deforestazione, sperando in un cambiamento politico e nel ritorno alla democrazia.
Su cosa si basa questa speranza?
Il Frente di resistencia popular è una forza alternativa a cui partecipano gruppi di donne — che sono molto importanti-, organizzazioni contadine, intellettuali, indigeni. È nato dopo il colpo di stato del 28 giugno 2009 e si è rafforzato nel corso di quasi due anni in termini di rappresentanza e credibilità: in difesa della libertà del popolo e per la costruzione di un vero cambiamento sociale e politico in Honduras. I nostri principali obiettivi sono quattro: il ritorno in sicurezza di tutti gli esiliati come me, a partire dal presidente Manuel Zelaya, oordinatore del Frente. Il rispetto dei diritti umani e la punizione dei golpisti. La realizzazione di un’Assemblea nazionale costituente, partecipativa, inclusiva e democratica. Il riconoscimento del Frente come organizzazione politica e sociale belligerante in Honduras: una vera organizzazione politica, indipendente ed estesa su scala nazionale qual è, e non un’organizzazione di quartiere come vorrebbe far credere il governo Lobo. Per questo, contiamo sulle nostre forze ma anche sulla mediazione internazionale intrapresa dal presidente venezuelano Hugo Chavez e da quei paesi dell’America latina i quali, all’interno dell’Alba o di Unasur, sostengono un cambiamento progressista dell’Honduras.
Uno dei principali mediatori è Manuel Santos, il presidente della Colombia, un paese non proprio campione dei diritti umani.
Anche se la politica dei governi non sempre parla la lingua del popolo (che esprime forte e chiaro i propri obiettivi), per noi questa mediazione costituisce un passo avanti. Prima eravamo costretti a cercare un dialogo impari e senza giustizia con un potere che ha tutto il potere, ora invece ci sarà qualcuno che potrà sostenere la nostra proposta in quattro punti. L’ostacolo più serio, però, è la pressione della destra Usa perché l’Honduras entri nell’Osa, in modo che i finanziamenti internazionali possano finire nelle solite tasche. Comunque vadano le cose, però, è nostra ferma intenzione procedere all’autoconvocazione dell’Assemblea costituente che porterà a una nuova costituzione a cui il popolo ha diritto: entro il 28 giugno, a due anni dal colpo di stato
Comunicato dell’ ABC contro la censura all’ informazione alternativa in Venezuela
Comunicato dell’ ABC contro la censura all’ informazione alternativa in Venezuela
Asociación Bolivariana de Comunicadores, ABC
Tutti i fatti relativi all’arresto e alla deportazione del giornalista bolivariano Joaquín Pérez Becerra sono stati caratterizzati da una censura alla libertà di informazione:
Prima, la stessa detenzione di Pérez, la voce dissidente del governo colombiano più riconosciuta e letta non solo in quel paese; la pagina di ANNCOL riusciva, come nessun altro mezzo alternativo in Colombia, a raggiungere le 800mila visite in alcuni momenti di particolare congiuntura politica, cosa che in Colombia avviene costantemente.
Successivamente, un’ora dopo la detenzione di Joaquín, veniva diffuso un comunicato ufficiale, che con il linguaggio caratteristico della destra, indicava le ragioni dell’arresto, dettate non dall’ INTERPOL ma dall’ex consigliere di Álvaro Uribe Vélez, José Obdulio Gaviria, un oscuro personaggio noto per i suoi vincoli con il narcotraffico e il paramilitarismo in Colombia.
Poi, il 25 aprile, la convocazione da parte del MINCI ai mezzi di informazione per una conferenza stampa all’aeroporto di Maiquetía rispetto a una probabile consegna del compagno, infine la successiva e quasi immediata cancellazione dell’invito con la motivazione di una momentanea sospensione di tutto il processo in corso.
Per finire, una trasmissione a reti unificate del governo, passata nello stesso momento in cui stavano trasferendo Becerra in Colombia.
Inoltre, il Ministero dell’ Informazione e della Comunicazione del Venezuela (MINCI), nella persona del ministro Andrés Izarra, dà disposizione a tutti i mezzi di comunicazione che dirige, di non coprire nessun avvenimento relativo alla solidarietà a Joaquín Pérez Becerra e alle proteste di un ampio settore del popolo rivoluzionario del Venezuela per la deportazione, per le nuove condizioni della relazione Colombia – Venezuela e per gli accordi di ambedue i governi in materia di “sicurezza” e cooperazione militare.
E’ deplorevole il ruolo che hanno giocato i mezzi di informazione che, come la VTV e Telesur, si sono distinti per la loro assenza nei luoghi cruciali dove si è manifestata la risposta della sinistra rispetto al caso di Joaquín Pérez. I loro racconti si sono limitati ai comunicati di governo e alle accuse della Colombia sui presunti crimini commessi dal direttore di ANNCOL.
Sono venuti meno alla verità e soprattutto all’impegno di trasformare il Venezuela nello spazio di costruzione di una stampa impegnata con gli interessi delle masse popolari, con la rottura del pensiero unico e con l’ egemonia mediatica capitalista che ha contribuito a consolidare questo feroce sistema. Telesur e altri mezzi di informazione sono venuti meno al principio socialista di costruire una comunicazione per la liberazione.
Attraverso questo comunicato rispondiamo anche a Iván Maiza che nell’unico articolo di opinione pubblicato da TeleSUR, in cui, più o meno assicura che il comunicatore bolivariano si è andato a cercare il suo arresto (come le donne che usano la minigonna sono colpevoli delle violenze che subiscono – nostro commento).
Dice Maiza che il movimento di sinistra è probabilmente infiltrato da “alcuni compagni” o da qualche “partito rivoluzionario” che hanno fatto dei piani per sabotare le strategie pianificate dal Comandante. Anche costruendo trappole ai danni dei compagni di lotta? Compagni che non accettando la decisione di avvicinarsi a Santos sono disposti a fare qualsiasi cosa che possa “minare la fiducia” tra Chávez e il suo popolo, tra Chávez e i “popoli del continente”.
No, signor Maiza e signori di TeleSUR, noi direttori dei mezzi di informazione alternativi che abbiamo invitato in qualche occasione Joaquín Pérez Becerra per consolidare un progetto di comunicazione bolivariana, né lavoriamo né tanto meno facciamo accordi diplomatici con il DAS.
Noi abbiamo invitato in Venezuela in diverse occasioni Joaquín perché eravamo assolutamente sicuri che il nostro governo non avrebbe mai deportato al governo fascista colombiano un militante impegnato con la verità, con gli ideali bolivariani, un militante che ha sempre difeso in Europa questo processo che rappresenta la speranza dell’America latina.
Chi avrebbe mai immaginato che una deportazione così vile e lontana dal diritto (perfino quello borghese), sarebbe stata possibile nel paese con il maggior numero di emittenti comunitarie dell’America latina, il paese nel quel si sono svolti tanti incontri, congressi e dibattiti sul ruolo dei mezzi di informazione nella costruzione della Nostra America; l’unico paese dell’America latina dove c’è un processo rivoluzionario che dice di essere socialista; il paese del premio Rodolfo Walsh alla comunicazione popolare.
Proprio nel corso dell’incontro della fondazione della Asociación Bolivariana de Comunicadores (ABC) che realizzammo nel dicembre del 2008 e nella quale partecipò anche Joaquín Pérez, decidemmo in sede plenaria che la sede della ABC sarebbe stata a Caracas per essere stata questa città la culla del nostro libertador Simón Bolívar e il luogo più sicuro contro la censura, le persecuzioni e la diffamazione della destra.
Scegliemmo Caracas perchè consideravamo che il Venezuela avesse bisogno di una Associazione che smontasse le calunnie della stampa borghese e del suo Colegio Nacional de Periodistas. Considerammo che Caracas doveva essere la capitale dell’unità latinoamericana nel settore della comunicazione alternativa.
Dicemmo quindi allora, come già in altre occasioni al nostro caro amico: “compagno Joaco, vieni che questa è una terra liberata”.
Come ci sbagliavamo!
Traduzione a cura di Annalisa Melandri
La censura di Stato di TeleSUR sul caso Joaquín Pérez Becerra
E’ stato allegramente pubblicato un articolo veramente infamante da parte della redazione di TeleSUR sul caso del direttore dell’ agenzia ANNCOL, arrestato in Venezuela ed estradato in Colombia: o a TeleSUR hanno la memoria corta, oppure le direttive di governo sono più forti della necessaria solidarietà a un giornalista da sempre coerente con gli stessi ideali bolivariani di questa catena televisiva nata sei anni fa come mezzo di informazione rivoluzionario e come “progetto latinoamericano alternativo al neoliberalismo”.
Sembra che qualcosa sia andato perduto di quei valori originari nei pochi anni che sono trascorsi da quel 24 luglio 2005, quando nel 222° anniversario della nascita di Simón Bolívar, l’antenna televisiva iniziava a trasmettere il suo primo blocco informativo.
L’articolo al quale mi riferisco porta il titolo “Su Joaquín Pérez Becerra” ed è scritto da tal Iván Maíza (che né so chi è e nemmeno voglio saperlo) ed è il primo (e l’unico di opinione) che si trova su Google cercando TeleSUR+Joaquín Becerra. Le altre notizie pubblicate da TeleSUR sull’arresto all’aeroporto di Caracas e la successiva deportazione in Colombia del giornalista svedese sono di cronaca nuda e cruda.
Evidentemente la redazione di TeleSUR non ricorda più la solidarietà che molti militanti e “giornalisti terroristi” come ora chi chiamano, manifestammo quando nel mese di novembre del 2006, in Colombia il DAS arrestò il suo corrispondente Fredy Muñoz, accusandolo di essere membro delle FARC.
L’allora direttore dell’antenna televisiva, Andrés Izarra, attuale ministro della Comunicazione e Informazione, in quella circostanza dichiarò molto preoccupato: “la vita di Muñoz è in pericolo”. Aveva ragione. La Colombia non è un paese sicuro per i giornalisti che denunciano l’imperante terrorismo di Stato promosso dal suo governo e apparati di sicurezza.
La Colombia però, e questo la redazione di TeleSUR dovrebbe saperlo molto bene, non è un paese sicuro nemmeno per Joaquín Pérez Becera, a maggior ragione non lo è per lui, nato là, ex consigliere comunale del partito Unión Patriotíca, che a seguito delle minacce ricevute, circa 20 anni fa dovette abbandonare il paese per non diventare un numero in più degli oltre 4000 militanti di quel movimento politico assassinati in pochi anni dai paramilitari e dall’ esercito colombiano. In quel genocidio politico conosciuto con il macabro nome di Baile Rojo (Danza Rossa) sequestrarono e uccisero anche la sua prima moglie.
Joaquín quindi cercò rifugio in Svezia e in questo paese europeo ottenne asilo politico e cittadinanza.
Nonostante questa storia, le autorità del Venezuela lo hanno arrestato, deportato e consegnato nelle mani del presidente colombiano Manuel Santos (ex ministro della difesa del governo Uribe) senza battere ciglio, dopo la telefonata ricevuta da Chávez con la quale il suo omologo colombiano gli chiedeva il favore.
TeleSUR quindi oltre a non preoccuparsi della sicurezza di Joaquín Pérez Becera, pubblica anche articoli offensivi e denigranti su di lui.
Conoscendo il percorso umano e politico del giornalista svedese, che abbiamo appena raccontato, leggere le infamanti domande (non dimentichiamolo! pubblicate come opinione sulla pagina di TeleSUR e non su qualsiasi piccolo blog) che pone il tal Maíza, autore dell’articolo, non possiamo non riflettere sul nuovo corso intrapreso dalla Rivoluzione Bolivariana: “Chi ha fatto salire in questo momento Joaquín sull’aereo? Chi lo ha venduto per mettere la Rivoluzione Bolivariana a rischio di perdere il suo ordine strategico?… ci sono settori nella sinistra rivoluzionaria che ricevono ordini dal DAS?”
Questo si può leggere nella pagina di una catena televisiva che pretende di essere alternativa oltre che rivoluzionaria, che vuole dare la voce ai senza voce… Che pretende di rappresentare un governo rivoluzionario, bolivariano…
Ma non basta. La cosa peggiore è che l’ex presidente di TeleSUR, Andrés Izarra, dal suo terzo incarico come ministro della Comunicazione e dell’Informazione, fa del sabotaggio perfino sulla copertura informativa rispetto alle giuste proteste che il governo sta ricevendo in questi giorni per la deportazione di Joaquín Becerra.
Ieri a Caracas, di fronte al ministero degli Esteri, dove centinaia di rappresentanti dei movimenti sociali e organizzazioni politiche si erano riuniti per chiedere al governo spiegazioni su quanto accaduto, oltre al fatto che i giornalisti di TeleSUR non erano presenti (ricevono precise disposizioni dal ministero della Comunicazione, MINCI) non lo erano nemmeno quelli dei maggiori mezzi di informazione del paese. I pochi alternativi che hanno coperto le proteste come l’Agencia Bolivariana de Prensa (sarà una casualità ma la pagina ABP oggi non funziona), Radio del Sur, Avila TV, Catia TV, Tribuna Popular, ALBATV, lo hanno fatto “contravvenendo l’orientamento generale dato dal ministero della Comunicazione”.
Fonti venezuelane presenti hanno commentato che lo stesso Izarra stava realizzando varie chiamate telefoniche minacciando e insultando i giornalisti per la copertura che stavano dando alla mobilitazione.
Tornano allora alla mente le dichiarazioni che faceva in una intervista due anni fa Aram Aharonian, importante giornalista uruguayano, uno dei fondatori ed ex direttore di TeleSUR, allontanatosi dalla televisione per “differenze politiche ed anche etiche” : “TeleSUR è occupata da inetti, controrivoluzionari nel più ampio senso della parola: gente che recita slogan per sembrare rivoluzionaria ma che non ha la minima idea di cosa voglia dire”. Le sue accuse, che allora apparivano gravi e pesanti, erano rivolte a Izarra. Ora sono invece confermate sicuramente dai fatti.
Annalisa Melandri — www.annalisamelandri.it
Certo bisogna farne di strada/da una ginnastica d’obbedienza
fino ad un gesto molto più umano/che ti dia il senso della violenza
però bisogna farne altrettanta /per diventare così coglioni
da non riuscire più a capire/che non ci sono poteri buoni.
(Fabrizio De Andrè)
Pronunciamiento de la ABC contra la censura a la comunicación alternativa en Venezuela
Pronunciamiento de la ABC contra la censura a la comunicación alternativa en Venezuela
Por: Asociación Bolivariana de Comunicadores, ABC
Todos los hechos que han rodeado el proceso de captura y entrega del comunicador bolivariano Joaquín Pérez Becerra se encuentran enmarcados en la censura a la libertad de prensa:
Primero, la misma detención de Pérez que representa la voz disidente del gobierno colombiano más reconocida y leída no sólo en ese país; ANNCOL como ningún otro medio alternativo en Colombia tenía 800 mil visitantes en momentos de coyuntura política, que en Colombia es permanente.
Posteriormente, a una hora de la detención de Joaquín la expedición de un comunicado oficial que con un lenguaje propio de la derecha señalaba las razones de la captura, dictadas no propiamente por la INTERPOL sino por el ex asesor de Álvaro Uribe Vélez, José Obdulio Gaviria, un personaje oscuro reconocido por sus vínculos con el narcotráfico y el paramilitarismo en Colombia.
Luego, el día lunes 25 de abril, la convocatoria del MINCI a diversos medios a una rueda de prensa en el aeropuerto de Maiquetía con motivo de la posible entrega del compañero y la casi inmediata cancelación de la invitación bajo el argumento de que el proceso en cuestión se encontraba congelado.
Al instante, una cadena nacional del Ejecutivo, a la misma hora en que estaban trasladando al director de ANNCOL a Colombia.
Ahora, el Ministerio de Información y Comunicación de Venezuela (MINCI), en la persona del ministro Andrés Izarra, orienta a todos los Medios de Comunicación que dirige, a no cubrir ningún evento relacionado con las expresiones de solidaridad con Joaquín Pérez Becerra y más aún, con el reclamo de un amplio sector del pueblo revolucionario de Venezuela por la entrega y las condiciones de la relación Colombia-Venezuela y los nuevos acuerdos de ambos gobiernos en materia de “inteligencia” y cooperación militar.
Es lamentable el papel que han jugado los medios informativos que como, VTV y Telesur, han brillado por su ausencia en los lugares cruciales donde se ha desarrollado la noticia sobre la respuesta de la izquierda frente al caso de Joaquín Pérez. Sus reportes se han limitado a los comunicados del gobierno y las acusaciones del gobierno colombiano sobre los presuntos crímenes cometidos por el director de ANNCOL.
Han faltado a la verdad y sobre todo al compromiso de convertir a Venezuela en el espacio de construcción de una prensa comprometida con los intereses de las mayorías populares, con la ruptura del pensamiento único y con la hegemonía comunicacional capitalista que ha consolidado ese feroz sistema. Telesur y otros medios han faltado al principio socialista de construir una comunicación para la liberación.
En esta vía le respondemos a Iván Maiza en el único artículo de opinión publicado por Telesur que en palabras más, palabras menos asegura que el comunicador bolivariano se buscó la captura (como las mujeres que usan minifalda son culpables de su violación-observación nuestra-). Dice Maiza que el movimiento de izquierda posiblemente infiltrado por “algunos “camaradas” o algunos “partidos revolucionarios” han aventurado planes para sabotear las estrategias planteadas por el Comandante, ¿Incluso montando trampas a compañeros de lucha?, camaradas que no aceptan que el Comandante haya tomado la decisión de acercarse a Santos y están dispuestos a hacer cualquier cosa que “quiebre la confianza” entre Chávez y su pueblo, entre Chávez y los pueblos del continente”.
No señor Maiza y señores de Telesur, los directivos de medios alternativos que hemos invitado en algunas ocasiones a Joaquín Pérez Becerra para consolidar un proyecto de comunicación bolivariana, ni trabajamos ni hacemos acuerdos diplomáticos con el DAS. Nosotros hemos invitado a Venezuela en diferentes ocasiones a Joaquín porque estábamos absolutamente seguros que nuestro gobierno jamás entregaría al gobierno fascista de Colombia, a un militante comprometido con la verdad, el ideario bolivariano, un militante que siempre ha defendido en diferentes escenarios de Europa este proceso que es esperanza de Latinoamérica.
Quién iba pensar que una entrega tan vil y alejada de todo derecho (hasta burgués) iba a ser posible en el país con el mayor número de emisoras comunitarias de Latinoamérica, el país que ha hecho tantos encuentros, congresos y coloquios sobre el papel de los medios de comunicación en la construcción de Nuestra América; el único país de Sur América en donde hay un proceso revolucionario que dice ser socialista; el país del premio Rodolfo Walsh a la comunicación popular.
Justamente en el encuentro de fundación de la Asociación Bolivariana de Comunicadores que realizamos en diciembre de 2008 y en la que participó Joaquín Pérez decidimos en plenaria que la sede de la ABC sería en Caracas por ser la cuna de nuestro libertador Simón Bolívar y el lugar más seguro contra la censura, las persecuciones y la difamación de la derecha. La escogimos porque consideramos que Venezuela necesitaba una Asociación que hiciera mella a las calumnias de la prensa burguesa y su Colegio Nacional de periodistas. Además se consideró que Caracas debía ser la capital de la unidad latinoamericana del sector comunicacional alternativo.
Así pues que le dijímos ahora, como en más de una ocasión, a nuestro querido compañero, “camarada Joaco, venga que ésta es tierra liberada”.
!Nos equivocamos!
La censura de Estado de TeleSUR sobre el caso de Joaquín Pérez Becerra
Se ha publicado alegremente un artículo infame por la redacción de TeleSUR: o tienen memoria muy corta o las directivas de gobierno son más fuertes que la necesaria solidaridad a un periodista comprometido con los mismos valores e ideales bolivarianos de esta cadena televisiva que nació hace seis años para ser un medio revolucionario y un “proyecto latinoamericano alternativo al neoliberalismo”.
Parece que algo se haya perdido de los valores originarios en el transcurso de estos pocos años, desde aquel 24 de julio de 2005 cuando en el 222 aniversario del nacimiento de Simón Bolívar, la antena TeleSUR empezaba a transmitir su primer bloque de informaciones.
El artículo al que me refiero se titula “Acerca de Joaquín Pérez Becerra” y está escrito por tal Ivan Maíza (que ni se quien es y ni voy a averiguarlo) y es el primero (y el único de opinión) que se encuentra en Google buscando TeleSUR+Joaquín Becerra. Las otras noticias publicadas por TeleSUR respecto a la detención en el aeropuerto de Caracas y a la siguiente deportación a Colombia del periodista sueco director de la agencia ANNCOL, son de pura crónica pelada, monda y lironda.
Evidentemente en la redacción de TeleSUR ya no recuerdan la solidaridad que muchos militantes y “periodistas terroristas” como ahora está de costumbre llamarnos, les brindamos cuando en el mes de noviembre de 2006 en Colombia el DAS detuvo el corresponsal de ellos, Fredy Muñoz, acusándolo de ser miembro de las FARC.
El entonces director de la antena televisiva, Andrés Izarra (actual ministro de la Comunicación y la Información), declaró en aquellas circunstancias muy preocupado: “la vida de Muñoz corre peligro”. Tenía razón. Colombia no es un país seguro para los periodistas que denuncian el imperante terrorismo de Estado promovido por sus gobiernos y sus órganos de seguridad.
Pero Colombia, y eso la redacción de TeleSUR debería saberlo muy bien, no es un país seguro tampoco para Joaquín Pérez Becerra, con mayor razón para este hombre, nacido allá, ex concejal del partido Unión Patriótica, que hace 20 años tuvo que huir de su país para no ser un numero más de los casi 4000 militantes de esta fuerza política asesinados en pocos años por los paramilitares y las fuerzas de seguridad colombianas.
Joaquín tuvo que buscar refugio en Suecia después del secuestro y homicidio de su primera esposa, una víctima más de aquel genocidio político que llevó el nombre macabro de Baile Rojo. Allá obtuvo estatus de refugiado político y la ciudadanía sueca.
No obstante esta historia, las autoridades de Venezuela lo ha detenido, deportado y entregado en las manos del presidente colombiano Manuel Santos (ex ministro de defensa en el gobierno de Uribe) sin pestañear, después de haber recibido Hugo Chávez una llamada telefónica de parte de su homologo colombiano pidiéndole el favor.
TeleSUR entonces no se preocupa por la seguridad de Joaquín Becerra pero además de eso publica artículos ofensivos y denigrantes.
Conociendo la trayectoria humana y política del periodista sueco, que acabamos de contar, leer las infamantes preguntas, (¡no olvidémoslo! publicadas como opinión en la página de TeleSUR y no en cualquier bloguesito) que hace el tal Ivan Maíza, autor del artículo, no se puede no reflexionar seriamente sobre el nuevo rumbo tomado por la Revolución Bolivariana: “¿Quién montó en este momento a Joaquín en ese avión? ¿Quién lo vendió para poner a la Revolución Bolivariana en riesgo de perder su ordenamiento estratégico?… ¿hay sectores en la izquierda revolucionaria que reciben órdenes del DAS?”
Eso se lee en la página de una cadena televisiva que pretende ser alternativa y además revolucionaria, que pretende dar la voz a los sin voz… Que pretende ser cadena televisiva de un gobierno revolucionario, bolivariano…
No es suficiente. Lo peor es que el ex presidente de TeleSUR Andrés Izarra desde su actual y tercer cargo de ministro de la Comunicación y la Información (MINCI), sabotea también la cobertura informativa respecto a las justas protestas que el gobierno está recibiendo en estos días por la deportación de Joaquín Becerra.
Ayer en Caracas, frente a la cancillería, donde centenares de representantes de los movimientos sociales y organizaciones políticas se habían reunido para exigir al gobierno una explicación sobre lo sucedido, además de no estar presentes los periodistas de TeleSUR (que reciben precisas disposiciones del MINCI) ni de los mayores medios de comunicación, los pocos medios alternativos que cubrieron las protestas como la Agencia Bolivariana de Prensa (será una casualidad pero la página ABP hoy no funciona),Radio del Sur, Avila TV, Catia TV, Tribuna Popular, ALBATV, lo hicieron “contraviniendo la orientación general del Ministerio de Comunicación”. Fuentes venezolanas comentaron que el mismo Izarra, realizó varias llamadas telefónicas a unos de ellos, amenazándolos e insultándolos por dar cobertura del plantón.
Vuelven entonces a la memoria las declaraciones que hacía en una entrevista hace dos años Aram Aharonian, destacado periodista uruguayo, uno de los fundadores y ex director de TeleSUR que se alejó de la misma por “diferencias políticas, e incluso éticas”: “Telesur está tomada por ineptos, contrarrevolucionarios en el amplio sentido de la palabra: gente que recita consignas para parecer revolucionarios pero que no tienen la menor idea de qué se trata”. Sus acusaciones, que entonces parecieron pesadas y graves, estaban referidas al mismo Izarra. Ahora se ven definitivamente confirmadas por los hechos.
Annalisa Melandri