Carolus Wimmer (PCV): el compromiso hoy está con la clase obrera
En los días 4, 5, 6 y 7 de agosto de este año se ha reunido el XIV Congreso del Partido Comunista de Venezuela que ha confirmado su apoyo firme al gobierno de Hugo Chávez y a la candidatura del presidente a las elecciones del 2012, considerándola como una “necesidad política […] para dar continuidad a su accionar político en función de profundizar el carácter democrático, participativo y progresista que se desarrolla en la sociedad venezolana a partir de la victoria popular en las elecciones presidenciales de 1998″. Además, el Comité Central ha elegido el nuevo Buró Político, confirmando como Presidente y Secretario General del Partido, respectivamente los camaradas Jerónimo Carrera y Oscar Figuera.
Por si mismo, el presidente Chávez, saludando por vía telefónica a los integrantes del Partido presentes al Congreso, ha expresado a sus dirigentes que la “alianza es mucho más que coyuntural” y los ha exhortado a la formación del Gran Polo Patriótico, que reunirá todas las fuerzas revolucionaria del país para dar seguimiento y fortalecimiento a la Revolución Bolivariana.
En esta entrevista inédita y exclusiva realizada el pasado mes de marzo en el Hotel Alba de Caracas a Carolus Wimmer, secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Venezuela y diputado del Parlamento Latinoamericano, Wimmer nos explica en qué consiste el Polo Patriótico y hace un balance tanto de los logros y avances de la Revolución Bolivariana como de los desafíos y pasos todavía necesarios para poder hablar de Socialismo en Venezuela.
Por Annalisa Melandri – www.annalisamelandri.it
Caracas, marzo 2011
AM. — El Partido Comunista de Venezuela este año celebra sus 80 años de lucha, desde su fundación en 1931. ¿Cuál es el balance que podemos hacer hoy en día de este periodo?
C.W. — Solamente el hecho de existir después de 80 años de lucha (y subrayamos que el PCV en el pasado ha utilizado todas las formas de lucha y también por el futuro tiene una perspectiva de línea política que las incorpore todas, naturalmente siempre discutiéndolas y adecuándolas al momento histórico) indudablemente tiene un gran valor y por eso se puede decir que a pesar de errores, equivocaciones, dificultades, divisiones y traiciones… el Partido Comunista de Venezuela, en la sociedad venezolana, tiene un alto prestigio. Eso es debido especialmente por la defensa clara y con todos los sacrificios, de los intereses y derechos del pueblo venezolano, de los trabajadores y trabajadoras de la clase obrera, de los campesinos y de todos los demás sectores. Por eso José Vicente Arangel, el ex Vice presidente, que estuvo como orador del acto oficial del 2 de marzo (en las celebraciones de los 80 años del Partido) declaró que el PCV es el partido de los prisioneros, de los mártires, de los asesinados, de los torturados, de los desaparecidos — todavía muchos camaradas no sabemos donde están - pero es también el partido de los vivos de hoy en día. Este resumen de José Vicente, un poco explica cómo los 80 años de lucha y de compromiso siempre se han dado en los intereses de la clase obrera y del pueblo venezolano.
A.M. — ¿Cuál es el aporte del PCV con el proceso bolivariano hoy en Venezuela?
C.W. - El compromiso hoy está en la primera línea de lucha, reconociendo el momento histórico incomparable que vivimos y el liderazgo del presidente Comandante Hugo Chávez Frías. Sin embargo nos mantenemos como una fuerza independiente del gobierno. Concretamente, al momento tenemos levantadas las banderas de la Ley Orgánica del Trabajo, que es la propuesta del Partido Comunista hecha sobre la base de un largo trabajo con la clase obrera. Esta ley durante 5 años en la Asamblea Nacional no ha sido aprobada, puede ser por el contenido pero puede ser también porqué ha sido propuesta por el Partido Comunista. Esa lucha sigue. No podemos hacer un proceso revolucionario que va hacia el socialismo sin tomar en cuenta los nuevos derechos de la clase obrera, de los trabajadores y trabajadoras, sin la Ley Orgánica del Trabajo y sin la creación de los Consejos Socialistas de los Trabajadores y Trabajadoras, que son un punto especial de fuerza.
A.M. ¿Prácticamente cual es hoy la situación de la clase obrera en Venezuela? ¿Nos puede hablar de los avances respecto al pasado y de las batallas todavía necesarias respecto a la organización del movimiento obrero?
C.W. — La clase obrera todavía vive una gran desorganización, naturalmente producto de la quiebra organizativa sindical y política de los años ʹ80 y ʹ90, ya que Venezuela ha sido la vanguardia del neoliberalismo en América latina. Siempre en forma autocritica señalamos que la clase obrera en sí hoy no está incorporada orgánicamente al proceso revolucionario. El Partido Comunista por eso lucha y da su aporte en la organización sindical, en la cual hay inicios pero también hay muchas trabas que dificultan un trabajo unitario. Al lado de ese trabajo para fortalecer el movimiento sindical, trabajamos también para crear y fortalecer el poder obrero. Son dos aspectos que se unen dialécticamente pero no son la misma cosa: una es la lucha sindical y la otra es la lucha política por el poder, que nosotros consideramos como poder obrero. Todo eso paralelamente a las Comunas y a los Consejos Populares que son el movimiento social. Sin embargo nuestro partido todavía depende del viejo concepto de la vanguardia de la clase obrera en un proceso revolucionario y en un proceso hacia el socialismo. Exactamente ahí están parte de las dificultades porque al momento la vanguardia en ese proceso está en la pequeña burguesía. Entonces la organización y el fortalecimiento de la clase obrera y sindical es un largo trabajo que llevamos adelante. Algo que marcha muy bien por ejemplo es la construcción de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras. En este hotel donde estamos hablando, el Hotel Alba, hay un Consejo Socialista de Trabajadores y Trabajadoras, son 575 trabajadores, la mayoría son mujeres que se organizaron en algo que es muy interesante, con todas las contradicciones y dificultades, porqué no hay una ley al respecto. De hecho están haciendo algo “ilegal” para tumbar la vieja sociedad. Indudablemente nosotros tenemos que hacer cosas que el sistema burgués que esta dominando, considera “ilegales”. No podemos hacer una revolución siempre siguiendo las reglas del sistema burgués. Como se dice: no se puede pedir permiso para hacer la revolución…
A.M. — En el Plan 2011 del Partido Comunista de Venezuela están los planteamientos que se entregarán a la Asamblea Nacional. ¿Cuál cree usted que sean los avances necesarios para el fortalecimiento del proceso de revolución bolivariana o para fortalecer el proceso hacia el Socialismo?
C.W. — Nosotros por el momento tenemos un solo diputado principal y eso lógicamente limita nuestro trabajo. Con el secretario general Oscar Figuera, uno de los pocos, si no el único que realmente viene de la clase obrera, vamos a enfocarnos especialmente en el Poder Popular y como ya he expresado, en la Ley Orgánica del Trabajo. Nosotros todavía no hablamos de Socialismo, hablamos de una etapa del Frente Antiimperialista, como una pre-fase para alcanzar niveles mayores. Pero ya en esa etapa antiimperialista, naturalmente con visión hacia el Socialismo, tienen que comenzar a atacarse muchos vicios, limitaciones e injusticias del sistema burgués y esto en primer lugar implica un cambio de la ley del trabajo. Tenemos una ley que todavía representa la correlación de fuerzas de los años ʹ80 y ʹ90, con una clase obrera totalmente dividida, con una organización destruida y con los sindicatos que son unas mafias. Yo siempre explico que el sindicalismo venezolano reformista, socialdemócrata, fue formado, financiado y apoyado para Europa desde los años ʹ50 hasta los ʹ80. De ahí viene la mayoría de los cuadros del viejo sindicalismo que finalmente se están acabando. Todos los dirigentes del CTV (Central de Trabajadores de Venezuela) fueron formados en Italia y en Alemania, según una escuela socialdemócrata, sin embargo el sistema sindical era netamente norteamericano. Aquí no había realmente confederaciones sindicales, sino que todavía hoy en día cada empresa tiene su sindicato. Son mafias sindicales, como en los Estados Unidos. Ahora son asesinados trabajadores, constantemente son asesinados trabajadores. Una de las luchas más emblemáticas del año pasado fue la de la Mitsubishi, donde todos los dirigentes después de ganar una lucha sindical han sido asesinados. Indudablemente esos no son métodos europeos, esos son métodos que introdujo el sistema norteamericano que aquí es el dominante. Tenemos entonces esa imagen del sindicalismo venezolano, sus brazos con Europa y sus brazos también con los Estados Unidos que son los dominantes. Entonces luchamos por una ley, movilizamos exitosamente el partido de los trabajadores para un parlamento revolucionario socialista. Finalmente se acepta esto: que todavía no tenemos una ley del trabajo socialista. Hay que ver la realidad, no se puede vivir de ilusiones.
La otra parte del trabajo es la organización del Poder Popular, de los trabajadores en las empresas. El Partido Comunista toma eso como tarea principal. En el momento todo el Partido, todos sus militantes están dirigidos en ese trabajo, en el trabajo con la clase obrera. En mi caso estuve acompañando la formación de tres Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras, uno aquí mismo en el Hotel Alba, otro en VTV (Venezolana de Televisión) y otro en la Radio Nacional de Venezuela. Eso es un trabajo fundamental.
De eso para nosotros depende el futuro de la Revolución Bolivariana. Si no se logra movilizar y dar poder a los trabajadores y trabajadoras, ¿quién controla esa vía hacia el Socialismo?
A.M. ¿En qué consiste la propuesta presentada al PSUV para la construcción de un Polo Patriótico?
C.W. – Nosotros hemos tenido varias reuniones del Comité Central, además hemos llevado nuestro documento a la base del partido y hemos publicado también nuestra propuesta del Polo Patriótico. Simplemente ponemos a la orden un debate y una discusión que no consideramos como la verdad absoluta. Todavía el PSUV no ha terminado sus discusiones, ellos en este momento están en el debate interno de las famosas cinco líneas estratégicas donde una trata del Polo Patriótico y las otras cuatro son de asuntos internos de ellos. Muy prácticamente para nosotros el Polo Patriótico es un frente antiimperialista que debe incluir a todos los sectores que de una forma u otra son o serán afectados por la constante amenaza imperialista.
AM. ¿Esto tiene una perspectiva electoral?
CW.- Pregunta muy buena. No, subrayamos que no debe ser una alianza electoral como vivimos ya bastantes. Esta es una lucha de clase y depende con que visión de clase tú ves la alianza que en sí misma tiene diferentes perspectivas. La nuestra es estratégica, mira lejos; otros tienen la perspectiva de ganar las elecciones, pero creemos o podemos decir que estamos seguros que también por los acontecimientos de los últimos años hay una toma de conciencia en todos los sectores que realmente quieren avanzar en un proceso bolivariano que no puede ser limitado por elecciones. El propio presidente Chávez lo señala porque solamente en la parte electoral, sin revolución, sin cambios profundos, naturalmente el enemigo de clase tiene su ventaja, aunque haya recibido algunos golpes. Si no logramos vencerlo, otra vez levanta la cabeza.
A.M. Respecto a la crisis económica mundial que está golpeando muy duramente a todos lo países del mundo, ¿cómo ve el PCV esta situación y cuáles son las propuestas del Partido para salir de ella a nivel nacional e internacional?
C.W. - En primer lugar hay que constatar y también nosotros lo decimos abiertamente, que la crisis mundial efectivamente afectó a Venezuela. No todos lo expresan pero la crisis ha fuertemente golpeado la economía del país. Tenemos una economía basada en un alto porcentaje de importación. Somos todavía un país importador de todo y eso es otro factor que tenemos que superar. Ser dependientes es no ser libres. Obviamente por ser tan dependientes económicamente hay que hacer ciertos compromisos internacionales, que no es malo en sí, pero que tiene que tener una perspectiva de cambio. Eso siempre está en la parte industrial, tecnológica y científica pero también en la parte agraria; se habla de un 70%, 80% de alimentos importados y al respecto nosotros tenemos que dar otra explicación que la derecha. Hay hechos que también hay que analizar según un punto de vista de clase. Es correcto, suponemos que hay un 80% de los alimentos que están importados, la derecha dice que el modelo socialista es un fracaso total, nosotros decimos que no es un fracaso total porqué es un hecho que hoy la gente vive y come más y mejor que antes.
Hoy en día hay acceso a los alimentos, con dificultades, se puede objetar y criticar muchas cosas, pero es una verdad que no se puede decir que hay hambre. Es una realidad que hoy el gobierno se preocupa por ese tema, antes no. En los años ′90 había hambre. Naturalmente la alta dependencia es un tema que necesita resolverse, especialmente en un momento de crisis.
Sin embargo hay que subrayar que aquí hay capacidad. En América latina la situación respecto a la crisis en general es diferente que en Europa y en Estados Unidos porque aquí efectivamente no se despidieron masivamente miles y miles de personas. Hay gente sin trabajo y es otra cosa, pero no es un efecto directo. Aquí sí perdió cierto poder la clase burguesa, las transnacionales, hay más control que antes sobre eso y especialmente un control legal y un control también de decisiones gubernamentales, hay ciertos hechos que no se permiten. Nosotros vemos una posible solución de la crisis en la mayor integración latinoamericana y del Caribe, para no estar completamente involucrados en la avalancha de la crisis. Un país solo puede buscar soluciones muy limitadas y muy inmediatas, ahora nosotros necesitamos soluciones estratégicas, y una de esas es la integración de América latina que está avanzando exitosamente.
A.M. — ¿Cuales son las dificultades en este proceso?
C.W. — Es un proceso muy difícil, un proceso único. Simón Bolívar fracasó en eso y en 200 años no se ha logrado nada, especialmente por la injerencia extrajera de Europa y después de la de los Estados Unidos. Se avanzó grandemente en apenas diez años, que en la historia no son nada, y con resultados importantes, por ejemplo la UNASUR ha evitado dos guerras en América latina y no es poca cosa. En Europa casi no se conocen guerras de nuevas generaciones, la última fue en Yugoslavia. Aquí había una planteada entre Colombia y Ecuador en 2008, ya estaba todo listo, los Estados Unidos hacían máxima presión. Con una rápida decisión de la todavía presidente chilena de UNASUR, Michelle Bachelet, que invitó a una reunión de los presidentes de ese organismo recién formado, se logró inclusive evitar la decisión de Álvaro Uribe de atacar, sabemos que donde hay supuestamente guerrilleros ellos se sienten en derecho de atacar, y lo mismo pasó el año pasado en Venezuela. La decisión, se ha demostrado con documentos, era de atacar supuestos campamentos guerrilleros en Venezuela, eso también se desmontó con UNASUR.
El ALBA también, para nosotros tiene una calidad superior , donde se necesita más conciencia y no todos los países participan, pero es algo más que simples relaciones internacionales, es solidaridad, cooperación y complementación, en donde ya el dinero es el factor segundario y eso ya es utópico, pero es utópico y es real al mismo tiempo; donde se negocia el petróleo con salud o con cereales pero no al precio de la bolsa de Londres porque sería imposible por ejemplo por la República Dominicana hacer negocios con Venezuela. Hoy existe esa posibilidad porque el petróleo en una forma muy utópica vale tantas toneladas de cereales y no vale 120 dólares por barril. Eso es algo muy interesante y ahora ese año, el 5 de julio se va a dar el primer paso de la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericano y Caribeños, donde están incluidos todos los gobiernos. La decisión fue tomada el año pasado en Cancún, participarán todos los 22 países, de América latina y América central, todos menos Estados Unidos y Canadá. Obviamente es algo que va a tener problemas, pero el hecho que la propuesta fue hecha y aprobada en México y no en Caracas o en La Habana y formulada por Calderón, que sabemos que no es revolucionario, nos demuestra que esos gobiernos pro – imperialistas o pro yankee como los llamamos, tienen grandes contradicciones, especialmente en la sociedad. Lo que está pasando ahora en la región de Magreb en la región en el norte de África son contradicciones explosivas en la sociedad y hasta los propios gobiernos de la derecha, como ahora Santos en Colombia, tienen que hacer algunas concesiones para salvarse y para salvar el sistema.
Ahora tú conoces América latina y sabes que son también explosivas las contradicciones que hay ahí y puedes imaginar que la CELAC va a tener muchos problemas. Esto es algo que nos regresa al esfuerzo de Simón Bolívar al congreso Anfictiónico de Panamá. Yo siempre señalo como muy interesantes las declaraciones continuas de la canciller mexicana, de la derecha, Patricia Espinosa. Sus declaraciones son antiimperialistas y me imagino que sabe muy bien lo que dice, estas son las contradicciones exactamente del sistema, donde ella denuncia la injerencia de los Estados Unidos, repite y repite mucho más que Calderón (que no se atreve a decirlo), que sin los Estados Unidos el problema de la droga no estaría así y sin las armas que vienen de los Estados Unidos, no habría tantos muertos que ya van a 35 mil.
Vemos así como la política revolucionaria no puede ser blanca y negra, la política revolucionaria es analizar en que etapa estamos, que aliados tenemos para la lucha, sabiendo que solos no podemos vencer este monstruo que es el imperialismo, no solamente norteamericano sino también europeo. Entonces hay que buscar estas alianzas; ahí se convierte la política en ciencia. El famoso “rechazo a la política” necesita de un debate colectivo que propone el Partido Comunista. Sin embargo nosotros no tenemos la razón, la verdad, la verdad tiene que construirse colectivamente. Otro punto es la dirección colectiva de la revolución, porque no solamente haces un aparato, hay quien dirige este aparato. Este aparato tiene que ser una dirección colectiva y esto no ha existido durante doce años, es algo en que no hemos avanzado, no hemos logrado. Hay seguramente una toma de conciencia a nivel popular que es un gran avance, que indudablemente parte de ese avance el merito es de Chávez, pero la conciencia hoy en día es tan elevada que realmente no se acepta algo que no sea colectivo y por eso los últimos procesos electorales son una muestra de eso, se lograron resultados óptimos, la gente quiere participar y quiere tomar colectivamente decisiones.
A.M. ¿Como evalúa la situación que se está creando en África del Norte con los levantamientos de sus pueblos? ¿Se puede decir que la situación en Libia en vez sea algo diferente?
C.W. - En primer lugar para nosotros como marxistas-leninistas, dogmáticos, dinosaurios… como revolucionarios, es lógico que el mundo sigue marchando, que los pueblos siguen avanzando, luchando. Lo que siempre no está claro es dónde está la lucha. Siempre, en cualquier parte, aunque no hay auge revolucionario, se justifica un pequeño grupo de resistencia, para que estemos eventualmente preparados con un núcleo cuando la historia y los pueblos deciden pasar de la omisión a la acción. Eso actualmente pasa en África, las contradicciones han siempre existido, no están comenzando ahora este año. Había un sistema económico, político, social, en la mayoría inclusive medieval, que fue un producto, también hay que recordarlo, del colonialismo. Si tú ves el mapa, ves esta línea recta y tú ves que esta no es una frontera natural, entre Libia y Egipto hay una recta que va hacia abajo. Esto es un producto del colonialismo, del realmente crear saqueo de las potencias del siglo XIX y del siglo XX, hay que tomarlo en cuenta y no simplemente ahora echar la culpa a una cabeza, o a los pueblos mismos.
Lo que pasa actualmente en Libia es para nosotros en Venezuela sumamente importante y peligroso, porque hay varios puntos en común, es mi opinión personal, con el golpe en Honduras. Como ese fue un golpe contra el ALBA, ahora el golpe contra Libia ha sido un golpe contra OPEC. En una forma general podemos decir que el enemigo planifica estratégicamente si va a quedarse Gadafi o no. Los Estados Unidos van a hacer una política internacional en esta región, que en este momento es toda en llamas. Pero hay los mismos muertos o la misma falta de democracia en Mauritania, donde matan diariamente manifestantes, o en Marruecos (que además Marruecos tiene ocupado ilegalmente la República Saharawi con más de un millón de expulsados), solo que Marruecos y Mauritania están protegidos por España, por de eso no sale nada. Sigue Argelia y Tunes protegidos por Francia y Alemania, pasó algo pero ya no es noticia. Saltamos Libia y hay Egipto, donde hay una situación extremadamente grave en ese momento, que el propio gobierno, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, es una dictadura militar protegido por Mubarak que no está en la corte de la Aja, en la Corte de los Derechos Humanos, sino felizmente en un balneario. Mubarak la semana pasada amenazó de cerrar el Canal de Suez si había más injerencia exterior. ¿Quién es ahora ese Consejo? Este Consejo es la ultraderecha militar de Egipto que no quiere democracia, que no está dispuesta a hacer algo que el pueblo pidió y hubo bastantes muertos en eso. Cero, silencio total sobre eso. Subes al Yemen, donde algunas notas salen, pasas a Omán que es igual, pasas a Bahréin, donde en una plaza masacraron hace tres semanas todos los que estaban durmiendo, un protectorado de Arabia Saudita, no se sabe más nada, se da noticia pero no se denuncia como crimen, de Jordania ni hablamos, entonces ahí ves esa gigantesca región que hasta para Estados Unidos, reconocida como primera potencia mundial militar, tiene una situación que es bien difícil de resolver. Todas sus guerras fueron contra países puntuales: Vietnam, Corea, Iraq, Afganistán, algunas escaramuceas en América latina y ahora esa que es en una región estratégicamente y con recursos extremamente importantes. Ahora ¿Por qué Libia? ¿Cuál es nuestra posición? En primer lugar, todos los pueblos tienen derecho a tomar sus decisiones. Libia es un caso complicado, no es un estado occidental, son tres grandes tribus. Gadafi inició con una posición revolucionaria anticolonial, tumbando una monarquía que para nosotros es un paso positivo, sin embargo parece que en una visión tribal, que no hay que criticar de por sí, porque hay diferentes culturas que existen en el mundo y no todas tienen que ser cómo la democracia occidental o europea, pero una tribu excluyó a las otras dos. Entonces en el momento hay una rebelión de una tribu del Este, de Bangazi contra Gadafi, pero esa rebelión es claramente por el poder político. ¿Libia porqué? Porqué es un país petrolero. ¿Libia porqué? Porque su gobierno ha tenido siempre, aunque no en los últimos años, posiciones que molestaban a las grandes potencias, no era sumiso. En Libia vemos como el imperialismo quiere dividir nuestros países, nuestros pueblos, dividirlos para dominarlos, siempre bajo algo que tenemos que rechazar o sea ese hipócrita concepto de los derechos humanos. Cierran un ojo sobre un país y abren otro sobre otro país. Ayer salió la denuncia que Libia tiene armas químicas y de destrucción masiva… recuerdo a Saddam Hussein… y si las tiene ¿quién se las vendió? O fueron los Estados Unidos o fue Gran Bretaña o Alemania o Francia, alguno de esos países vendió las armas. En esa parte insistimos, en la autodeterminación de los pueblos, las tribus, porqué no hay un pueblo libio, que peleen, que luchen por sus derechos, pero por principio estamos en contra a que las grandes potencias imperialistas se metan, porque lo único que sabemos es que si ellos se meten no habrá democracia, no habrá derechos humanos, no habrá autodeterminación de los pueblos y lo único que va a pasar, como ahora en Egipto, es que simplemente quitarán el clan Gadafi y meterán otro clan para saquear el país y los recursos, que hay bastantes en ese país.
A.M. — Se observa a nivel mundial un fermento de diferentes luchas, sobre todo de reivindicaciones de mejores condiciones laborales. ¿Cree que se pueda empezar a pensar en una fuerza comunista internacional? ¿Hubo seguimiento a la propuesta del presidente Chávez de una Quinta Internacional?
C.W. - Ese tema en Venezuela, de la Quinta Internacional, ya no existe, si te diste cuenta. Yo estuve presente en el Ávila cuando el presidente lo dijo a los delegados internacionales en el Congreso del PSUV. Compartimos entonces con él la preocupación de la unidad de la izquierda. Hoy el mundo es diferente y mucho más complejo que años atrás, décadas atrás. En el naciente capitalismo había la confrontación de dos clase principales que para nosotros siguen principales, pero hoy existen todos estos sectores que en el siglo XXI piden derechos sindicales pero también piden derechos específicos que hay que tomar en cuenta. No siempre se puede pensar en lo general, esta es nuestra visión como comunistas. Por ejemplo las mujeres, toda la gran gama de género, son derechos, no estrictamente laborales, pero que hoy en día hay que incluir, los sectores que nunca existían antes son los más debilitados, los niños y las niñas, los de la tercera edad, los derechos específicos profesionales, culturales y todo eso hoy hay que incorporarlo. Eso entonces va más allá de los partidos políticos específicos pero en el momento no se ha encontrado todavía una fuerza orgánica que pueda dirigir toda esa diversidad. Simplemente se necita alguna fuerza, donde nadie tenga la exclusividad, eso sí, nadie tiene la exclusividad de ser revolucionario o progresista pero se necesitan organizaciones que puedan combinar lo participativo con lo representativo. Yo soy muy crítico con toda esa teoría de la parte netamente horizontal, de eso surge muchas veces una persona que habla más o que se mete más. Nosotros somos por lo colectivo. Hay una teoría de Negri, que ha sido tomada por Chávez, que decía que no somos un partido de cuadros. ¡Somos un partido de multitudes! A ver, primero: ¿Qué es una multitud? Para mi es algo desorganizado. Pero todo es válido en ese debate, lo importante en Venezuela es que haya ese debate.
El movimiento comunista internacional en ese momento no existe, hay muchos esfuerzos y todos son validos para mí, para concretizar algunas acciones en conjuntos, por el momento hay muchos foros, muchos eventos, muchos seminarios pero uno se pregunta, y eso fue la a gran crítica de Chávez en esa noche: ¿Y después qué?
El imperialismo actúa y nosotros somos ahora todavía más cómodos en ese mundo, antes uno iba a la calle y arriesgaba la vida, ahora pidiendo firmas en el internet y el enemigo de clase sigue ahí, existe, entonces esa es la gran crítica, que no tenemos solución concreta. Lo interesante es que Chávez lleva temas al debate, temas que generalmente la gente no se atreve a plantear, como en la ONU cuando habló de azufre, recibió un aplauso porque todo el mundo piensa lo que él dice pero nadie se atreve públicamente a criticar un presidente de Estados Unidos. Entonces esa es una tarea colectiva, donde nosotros no hablamos del movimiento comunista, hablamos del Frente Antiimperialista, donde también deben participar los partidos comunistas, los obreros. Entonces la lucha sigue, como en el concepto del Manifiesto del Partido Comunista, estamos unidos, todos los hombres y mujeres progresistas, que quieren hacer cambios en el mundo. Por eso hoy la solidaridad internacional es más importante que nunca, por eso también estamos solidarios con la situación de Libia, no justificamos mecánicamente un hombre sin ver que hay detrás, no creemos automáticamente a las imágenes que me dan de las masacres que supuestamente hay. Ahora se habla de una guerra civil, ¿en cuál guerra civil solamente una parte sufre víctimas y la otra no? Exactamente hay que evitar que haya civiles que están en favor de los intereses del imperialismo y nunca a favor de los intereses de los pueblos. Es por eso que en ese movimiento progresista antiimperialista internacional como nosotros lo llamamos, hay que hacer el máximo esfuerzo, y no es fácil, para que incluya a todos los sectores y que se respeten todos los sectores, independientemente de la cantidad, del tema. Eso hay que hacerlo en medio de una lucha de clase donde el enemigo tiene la ventaja mediática, la ventaja del poder económico y militar, la ventaja de nuestras divisiones, que no surgen así por casualidad y sin embargo, concluyendo en una forma positiva, decimos que América latina durante la última década ha demostrado en una forma real que es posible la lucha de los pueblos. Nosotros siempre esperamos que fuera ahora en África y en los países árabes, donde puedan surgir estas luchas antiimperialistas. América latina ha comenzado estrechas relaciones con África, existe la alianza África-Sur América (ASA) que todavía está en su inicio, tal vez un poco burocrático, pero existe ya este enlace. Antes había un enlace solamente hacia el norte, hacia Estados Unidos y hacia Europa. Vemos entonces positivamente esta difícil lucha de clase donde se juega no el destino de un país sino de la humanidad. La locura que puede existir con las armas destructivas, che están en mano de las potencias imperialistas y no en nuestras manos como siempre se denuncia, eso es algo grave. Como es grave que en los gobiernos de Estados Unidos, en el viejo y en el nuevo, aparecieron muchas sectas, donde ni siquiera hay son posiciones políticas, donde tú puedes estar en contra pero tú lo puedes definir. Tú puedes definir una posición conservadora, una posición social demócrata, no coincides pero puedes definir, pero estas sectas que aparecen ahora en el máximo poder, el hecho que detrás de un presidente está un reverendo que tú no sabes quién es, eso lleva un fanatismo que uno ve en por un lado en Afganistán o en Irán, por otro lado en Israel. Eso lleva hoy en día la política en una dimensión desconocida porque no tienes un referente político sino una locura, un fanatismo y esos fanáticos sí tienen un arsenal de armas nucleares. Eso es el gran peligro que nos obliga a unirnos y a vencer. Eso no es una opción o una posibilidad, es una obligación que tenemos.
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